Entre objetos como dos gafas, varias monedas, un lápiz o casquillos de bala de armas cortas y fusiles, los trabajos de exhumación iniciados esta semana por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en la fosa de Milagros (Burgos) han permitido localizar, hasta el momento, 30 cuerpos de represaliados durante la Guerra Civil.
Los restos se encuentran en dos fosas paralelas de 13 metros de longitud. Los cuerpos fueron enterrados por grupos, en diferentes momentos y algunos casquillos de bala han sido hallado incrustados en la tierra sin remover, lo que identifica los tiros con los que fueron rematados los asesinados.
Según fuentes de la Asociación, entre los restos hallados podría haber un adolescente de 16 años fusilado que podría estar identificado, así como algún alcalde de los pueblos de la zona. Hasta el momento han sido contabilizados los primeros 30 cuerpos de civiles que pertenecían a organizaciones progresistas. Hay zonas donde han sido detectados dos y tres niveles de esqueletos, por lo que la ARMH calcula que el número definitivo podría alcanzar los 40.
Las fosas de Milagros fueron abiertas durante los diez primeros días de septiembre del año 1936 y, junto a ellas, había una caseta de camineros, ya desaparecida tras la construcción de la antigua N-I, donde los Guardias Civiles y Falangistas que realizaron los asesinatos se lavaban después de perpetrarlos.
De Víctor Jara a la Guerra Civil
La exhumación comenzó ayer, dirigida por el profesor de Medicina Forense de la Universidad del País Vasco Francisco Etxeberría, quien más exhumaciones de fosas de la represión franquista ha llevado a cabo hasta el momento y que recientemente estudió en Santiago de Chile los restos del cantante Víctor Jara, asesinado durante el régimen chileno de Pinochet.
Los dos investigadores que durante años han recogido testimonios para documentar la fosa, José Ignacio Casado y José María Rojas, estuvieron presentes en todo momento y pusieron la documentación a disposición de los arqueólogos e incluso a algunos familiares que se acercaron hasta el lugar para aportar información.
Los restos se encuentran en dos fosas paralelas de 13 metros de longitud. Los cuerpos fueron enterrados por grupos, en diferentes momentos y algunos casquillos de bala han sido hallado incrustados en la tierra sin remover, lo que identifica los tiros con los que fueron rematados los asesinados.
Según fuentes de la Asociación, entre los restos hallados podría haber un adolescente de 16 años fusilado que podría estar identificado, así como algún alcalde de los pueblos de la zona. Hasta el momento han sido contabilizados los primeros 30 cuerpos de civiles que pertenecían a organizaciones progresistas. Hay zonas donde han sido detectados dos y tres niveles de esqueletos, por lo que la ARMH calcula que el número definitivo podría alcanzar los 40.
Manos limpias tras los asesinatos
Las fosas de Milagros fueron abiertas durante los diez primeros días de septiembre del año 1936 y, junto a ellas, había una caseta de camineros, ya desaparecida tras la construcción de la antigua N-I, donde los Guardias Civiles y Falangistas que realizaron los asesinatos se lavaban después de perpetrarlos.
En la fosa se buscan vecinos de Aranda de Duero, Castrillo de la Vega, Fuentelcésped, Pardilla, Quemada, Vadocondes, Zazuar, posiblemente Santa Cruz de la Salceda, Gumiel de Mercado o San Juan del Monte y existen dudas sobre la posibilidad de que una docena de vecinos de Milagros pudiera estar también enterrada ahí.
Hay también mucha seguridad sobre la presencia de al menos un grupo de Riaza (Segovia) y otro de los Condemios en Guadalajara, ambos pueblos muy cercanos al frente republicano y que, con la escusa de ser trasladados detenidos a Aranda de Duero, eran fusilados poco antes de llegar. De Pardilla se busca al abogado Marino Vela Arroyo, quien fuera alumno de Antonio Machado.
De Víctor Jara a la Guerra Civil
La exhumación comenzó ayer, dirigida por el profesor de Medicina Forense de la Universidad del País Vasco Francisco Etxeberría, quien más exhumaciones de fosas de la represión franquista ha llevado a cabo hasta el momento y que recientemente estudió en Santiago de Chile los restos del cantante Víctor Jara, asesinado durante el régimen chileno de Pinochet.
Junto a Etxberría, el equipo de la exhumación está compuesto por una veintena de arqueólogos y antropólogos, algunos de lo cuales proceden de países como Chile, Canadá y Colombia.
Los dos investigadores que durante años han recogido testimonios para documentar la fosa, José Ignacio Casado y José María Rojas, estuvieron presentes en todo momento y pusieron la documentación a disposición de los arqueólogos e incluso a algunos familiares que se acercaron hasta el lugar para aportar información.
(Público. 16 / 07 / 09)