El pasado domingo día 24 de Diciembre moría Nelva Falcone, una de las primeras Madres de Plaza de Mayo. Nelva era la madre de Claudia Falcone, una de las jóvenes de entre 14 y 16 años secuestrados por fuerzas militares durante la última dictadura (1976-1983) en represalia por su lucha a favor de rebajas para los estudiantes en el transporte de pasajeros y cuya represión fue conocida como "La noche de los lápices".
Nelva Falcone organizó las primeras reuniones de mujeres en La Plata, situada a unos 50 kilómetros de Buenos Aires, que luego derivarían en la conformación, el 30 de marzo de 1977, de las Madres de Plaza de Mayo. También participó en la "Asamblea Permanente por los Derechos Humanos" y el 16 de septiembre pasado, al cumplirse el 30 aniversario de "La noche de los lápices", asistió a un acto en recuerdo de los estudiantes, de los cuales seis permanecen desaparecidos. Luego de permanecer diez días ingresada en un hospital por una afección pulmonar, Falcone murió durante la madrugada del domingo y sus restos fueron incinerados. Por voluntad de Nelva Falcone sus cenizas serán esparcidas en los próximos días en la Plaza San Martín de La Plata o la Plaza de Mayo de Buenos Aires, los sitios donde reclamó por su hija y el resto de los desaparecidos durante la dictadura. Al igual que su esposo, el ex alcalde de La Plata Jorge Falcone, Nelva fue secuestrada y sometida a torturas por los militares en dos ocasiones.
El texto que transcribimos a continuación es parte de la intervención de Nelva en el acto-homenaje a su hija y sus compañer@s el pasado 18 de Septiembre:
"...Realmente hay cosas que no se pueden perdonar, ni olvidar. Las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, el Indulto, no nos pueden hacer olvidar compañeros todo lo que pasamos. De ninguna manera. Desaparecían como objetos, los ponían en los campos de concentración, los tragaba la tierra y no los veíamos mas. Deberían estar todos en la cárcel que es lo menos que podemos pedir.
"...Realmente hay cosas que no se pueden perdonar, ni olvidar. Las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, el Indulto, no nos pueden hacer olvidar compañeros todo lo que pasamos. De ninguna manera. Desaparecían como objetos, los ponían en los campos de concentración, los tragaba la tierra y no los veíamos mas. Deberían estar todos en la cárcel que es lo menos que podemos pedir.
Íbamos las madres con las listas, dábamos la cara para que nos ayudaran. La Iglesia no creía en las listas, decían que eran invento nuestro, teníamos que llevar las partidas de nacimiento. El 80% los sacaron de sus hogares, de sus empleos. Ahora nos piden perdón, yo pienso, ustedes se imaginan con el poder que tiene la Iglesia, si no les hubiera dado misa, si no les hubiera dado la comunión a los militares, cuantos chicos se hubieran salvado.
Hoy a 25 años, yo no puedo perdonar. Podrían haber salvado tantas vidas, yo pienso, nos piden perdón por lo que hicieron o por lo que no hicieron? Porque hicieron muchas cosas que no se debieron haber hecho. El pueblo esta reivindicando con la memoria colectiva, nos han nombrado ciudadanas ilustres en la ciudad de La Plata, por nuestra lucha por los Derechos Humanos. La que realmente fue la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, la que nos unía, ella fue Azucena Villaflor, que era peronista y de Lanús. También se la llevaron con las monjas francesas. Yo no puedo olvidarme de ella, ya que la tomo como ejemplo, porque fue muy especial. Quiero decirles a las juventudes que si bien no es un hecho gratuito luchar por la dignidad del hombre, por sus derechos, no siempre se termina en una pancarta o en una silueta en la pared, hay pueblos que en sus luchas populares han conseguido un futuro venturoso. Hay que participar, el miedo paraliza compañeros..."
Hablar de Nelva es hablar de su hija María Claudia Falcone, la adolescente de 16 años, fue protagonista principal de la lucha por el boleto estudiantil que le costaría la vida en la llamada 'Noche de los Lápices', aquel operativo criminal comandado por el comisario Miguel Etchecolatz -recientemente juzgado y condenado a cadena perpetua-, el 16 de septiembre de 1976. Junto a ella desaparecieron Claudio de Acha de 16 años, Horacio Ungaro de 16 años, Maria Ciocchini de 17 años, Francisco López Muntaner de 17 años, Daniel Racero de 18 años. A ell@s les tocó vivir en un período histórico en el cual cambiar el mundo era un mandato y la solidaridad un pasaporte.
Tenian pocos años y una montaña de sueños. Pretendían que todos tuvieran para comer, educación y un lugar donde vivir. Fueron secuestrados, "chupados", y junto al unico sobreviviente del grupo y novio de Claudia, Pablo Díaz, cuidaron embarazadas que estaban secuestradas como ell@s mientras estuvieron en aquel siniestro lugar de detención clandestina llamado el "Pozo de Banfield". María Claudia Falcone fue salvajemente torturada y vejada en el centro de detención y desaparición llamado "Pozo de Arana". Cuando tuvo la convicción que no llegaría a los 17 años, le dijo a Pablo: "Cada 31 de Diciembre levanta la copa por mí".
Por ello este 31 de Diciembre que ya se aproxima l@s personas que formamos parte de "Ahaztuak 1936-1977" y todas aquellas que compartan nuestros objetivos levantaremos una vez mas nuestra copa por Claudia Falcone y sus compañer@s, por l@s miles de herman@s desaparecid@s en Argentina y por l@s miles que aún estan en las cunetas de Euskal Herria y de todo el Estado español. Por tod@s ell@s y por Nelva Falcone. Pero sobre todo por lucha que aqui y alli mantenemos por la Memoria y por la Justicia.
Que vuestro recuerdo y vuestro ejemplo nos impida claudicar.