La muerte de Maravillas Lamberto Yoldi, una niña de 14 años, violada en el mismo ayuntamiento y asesinada después, al igual que su padre, Vicente, encarna toda la tragedia que se vivió aquellos días en Larraga. El colectivo Ahatzuak 1936-1977 presentó en septiembre una moción para que el Ayuntamiento le dedicase una calle, que fue rechazada por el Pleno, por lo que este colectivo decidió realizar su propio homenaje, al que acudieron cientos de personas que llenaron la plaza y entre los que se encontraba Josefina Lamberto, hija y hermana, respectivamente, de Vicente Lamberto y de Maravillas.
Un panel con la foto de Maravillas y los nombres de los otros cuarenta y seis asesinados, junto con la enseña republicana, la ikurriña y las banderas comunista y anarquista, presidía el acto, que se abrió con unas jotas compuestas para la ocasión por las Joteras de Larraga en las que reivindicaron la memoria de los homenajeados y la necesidad de conseguir la justicia aún pendiente para todos ellos.
Tras ellas serían dos representantes del grupo organizador los que tomarían la palabra para denunciar "la hipocresía manifiesta de los que de palabra dicen apoyar las reivindicaciones de las víctimas del franquismo, de la necesidad de reconocimiento y justicia para ellas, y en la práctica se niegan, como en este caso, a dedicarles una calle o colocarles una placa". Subrayaron también que "la lucha por esa verdad, esa memoria y esa justicia que aún nos niegan seguirá avanzando y profundizándose porque es algo presente, vigente y necesario para construir una verdadera democracia que realmente pase la página de la oscura noche del franquismo y que instalando un verdadero respeto a la voluntad y al derecho a decidir de personas y pueblos haga inviable la repetición de capítulos tan negros como ése".
A continuación sería el turno del cantautor navarro Fermín Valencia que dedicaría su conocido tema Alto de Loiti a todos los fusilados "de Navarra, de Euskal Herria y de todo el Estado". La guitarra de Fermín serviría también para poner fondo a la lectura por parte de José Mari Esparza, editor y miembro de Altaffaylla Kultur Taldea, de un entrañable texto.
Un aurresku en honor de los homenajeados sería la antesala de lo que fue sin duda el momento mas emotivo de todo el acto al serle entregada una ofrenda floral a Josefina Lamberto y subir esta mujer al escenario para acompañar a Fermín Valencia mientras éste interpretaba su tema Maravillas , compuesto en memoria de la joven de Larraga. Fueron momentos intensos de emoción desbordante en que los aplausos ininterrumpidos dieron paso a las lágrimas de la mayoría de las personas asistentes, que también entonaron la canción.
El acto central celebrado en esta plaza del Ayuntamiento tendría su fin con el canto de La Internacional y el Eusko Gudariak por parte de los cientos de asistentes que a continuación se dirigieron a la calle en donde se encuentra el txoko de Auzolan Elkartea para descubrir en su fachada la placa en homenaje a Maravillas y a los otros cuarenta y cinco asesinados. Tras ello el cercano cementerio sería también testigo de la celebración de una ofrenda floral en el panteón donde se encuentran los restos de todas estas personas. El programa de homenaje culminaría con la celebración de una comida popular en la que participaron más de cuatrocientas personas.
Un panel con la foto de Maravillas y los nombres de los otros cuarenta y seis asesinados, junto con la enseña republicana, la ikurriña y las banderas comunista y anarquista, presidía el acto, que se abrió con unas jotas compuestas para la ocasión por las Joteras de Larraga en las que reivindicaron la memoria de los homenajeados y la necesidad de conseguir la justicia aún pendiente para todos ellos.
Tras ellas serían dos representantes del grupo organizador los que tomarían la palabra para denunciar "la hipocresía manifiesta de los que de palabra dicen apoyar las reivindicaciones de las víctimas del franquismo, de la necesidad de reconocimiento y justicia para ellas, y en la práctica se niegan, como en este caso, a dedicarles una calle o colocarles una placa". Subrayaron también que "la lucha por esa verdad, esa memoria y esa justicia que aún nos niegan seguirá avanzando y profundizándose porque es algo presente, vigente y necesario para construir una verdadera democracia que realmente pase la página de la oscura noche del franquismo y que instalando un verdadero respeto a la voluntad y al derecho a decidir de personas y pueblos haga inviable la repetición de capítulos tan negros como ése".
A continuación sería el turno del cantautor navarro Fermín Valencia que dedicaría su conocido tema Alto de Loiti a todos los fusilados "de Navarra, de Euskal Herria y de todo el Estado". La guitarra de Fermín serviría también para poner fondo a la lectura por parte de José Mari Esparza, editor y miembro de Altaffaylla Kultur Taldea, de un entrañable texto.
Un aurresku en honor de los homenajeados sería la antesala de lo que fue sin duda el momento mas emotivo de todo el acto al serle entregada una ofrenda floral a Josefina Lamberto y subir esta mujer al escenario para acompañar a Fermín Valencia mientras éste interpretaba su tema Maravillas , compuesto en memoria de la joven de Larraga. Fueron momentos intensos de emoción desbordante en que los aplausos ininterrumpidos dieron paso a las lágrimas de la mayoría de las personas asistentes, que también entonaron la canción.
El acto central celebrado en esta plaza del Ayuntamiento tendría su fin con el canto de La Internacional y el Eusko Gudariak por parte de los cientos de asistentes que a continuación se dirigieron a la calle en donde se encuentra el txoko de Auzolan Elkartea para descubrir en su fachada la placa en homenaje a Maravillas y a los otros cuarenta y cinco asesinados. Tras ello el cercano cementerio sería también testigo de la celebración de una ofrenda floral en el panteón donde se encuentran los restos de todas estas personas. El programa de homenaje culminaría con la celebración de una comida popular en la que participaron más de cuatrocientas personas.
(Noticias de Navarra. 28 / 10 / 08)