Tras el Auto de Garzón, valoraciones jurídicas a un lado, pues ni los propios profesionales de la ley se ponen de acuerdo, es un paso histórico en cuanto a lo que allí se expone, viene la segunda parte, que nunca fueron buenas. Tras la comisión propuesta por la plataforma de entidades promotoras de la demanda, que recordemos está en la mesa del juez desde el 2006, y tras la decisión de Garzón de que uno de los expertos sea Jiménez Villarejo, esto pinta a que en el caso más que hipotético de que la fiscalía no tumbara el asunto, poco iba a prosperar.
Recordemos que el aguerrido Jiménez Villarejo héroe de la memoria pasó de la noche a la mañana a villano por su indefendible defensa del acuerdo adoptado por IU-ICV y PSOE. Pacto que cerró la puerta a la justicia que tanto esperábamos y causó la desunión y la desazón entre las entidades memorialistas, que estaban por la verdad, la justicia y la reparación. Un golpe muy duro, que creo recordar les pasó factura en las urnas. Y que al sr. Jiménez Villarejo le reportó un bonito cargo y la vergüenza de confundir a la opinión pública con el ilegítimo y el ilegal, como si no tuviéramos diccionario en casa.
Si se hubiera declarado ilegal el régimen franquista, sus tribunales y sus sentencias, no habría que hacer un peregrinaje sin futuro en busca de las anulaciones de los juicios franquistas. Mire por donde la diferencia semántica es más que notable. Luego te vas enterando de que Javier Zaragoza es amigo del alma de Garzón y de que este le ha tenido al corriente de sus movimientos. De que el tal Fiscal pertenece al sector progresista pero que le toca jugar al poli malo viniendo a decir que para que vamos a “marear más la perdiz” si tenemos la maravillosa 52/2007, que imparte justicia a mansalva. Zaragoza confunde los términos caridad y justicia, porque para que esta exista la segunda tiene que haber un hecho punible, un culpable y una sentencia, no que hagan un agujero para que te den los huesos de tu abuelo en una caja de plástico, lo cual es estupendo pero insuficiente. Ayer decía el diputado Tardà, coincidiendo con una idea ya expuesta por nosotros, que vaya casualidad que después de 2 años, justo cuando aparece en escena el asunto Totenkopf (este sí admitido a trámite por la Audiencia Nacional), Garzón decida tras sus exhumaciones colombianas sacar la demanda del cajón acaparando todo la atención mediática, lo cual nos parece bien, es sólo un apunte.
A todo esto el Gobierno no ha salido más que muy tímidamente a decir lo típico de respetamos las decisiones judiciales, a decirnos que ya tenemos una ley de la Memoria que no pidamos más. Y para más INRI, Zapatero se descuelga con una frase que no debió pronunciar: el franquismo está absolutamente juzgado por la historia. ¿Qué historia sr. Zapatero? la que no se explica en los colegios, la que no llega al ciudadano medio, la que publican los revisionistas Vidal y Moa en sus Best Sellers, la del PP y la COPE.... Aún suponiendo que la Historia lo hubiera juzgado, ¿dónde está el veredicto? Y además, el único juez tendría que ser el estado democrático representante de los ciudadanos, condenando sin paliativos y declarando el franquismo ilegal.
Si todo esto es una obra de teatro donde los actores tienen asignados su papel, algunos sin saber cual van a interpretar, la teoría de la operación conspiración "punto final" empieza a cobrar fuerza.
¿Por qué esto es así? ¿Por qué nos torean los que nos ponen los cuernos ideológicos?, ¿Por qué no salen a escena a decir que no van a hacer más porque ya les vale como está montado todo, que no quieren sacar al abuelo camisa vieja del armario y que aquí la transición está bendecida, la monarquía santificada y nuestros muertos enterrados, aunque algunos no sepan donde? Sería lo más honrado (palabra que pueden buscar en el diccionario), que no abusen más de nuestra paciencia.
Mientras todo se reduzca a sacar restos de la tierra todo seguirá en orden, pero que nadie exija justicia, que nadie quiera saber quién asesinó, que nadie quiera anular lo que el franquismo dejó atado y bien atado con ayuda de los que se le llenó la boca de lucha antifranquista, que no el corazón y la cabeza.
¿Qué pasa en este país de cobardes o de desvergonzados atados a su silla? ¿Qué opciones nos quedan? No vamos a arremeter contra el Juez, le vamos a dar tiempo, vamos a arremeter contra una fiscalía a la que le ha tocado el papel de miserable moral e indecente. Vamos a apoyar para que esto llegue lo más lejos posible. Intentemos reescribir un final distinto del que les interesa a los empresarios de la función, que no son otros que los que pergeñaron este engendro apodado Ley de la Memoria.
Y nos queda una opción, la III República.
Recordemos que el aguerrido Jiménez Villarejo héroe de la memoria pasó de la noche a la mañana a villano por su indefendible defensa del acuerdo adoptado por IU-ICV y PSOE. Pacto que cerró la puerta a la justicia que tanto esperábamos y causó la desunión y la desazón entre las entidades memorialistas, que estaban por la verdad, la justicia y la reparación. Un golpe muy duro, que creo recordar les pasó factura en las urnas. Y que al sr. Jiménez Villarejo le reportó un bonito cargo y la vergüenza de confundir a la opinión pública con el ilegítimo y el ilegal, como si no tuviéramos diccionario en casa.
Si se hubiera declarado ilegal el régimen franquista, sus tribunales y sus sentencias, no habría que hacer un peregrinaje sin futuro en busca de las anulaciones de los juicios franquistas. Mire por donde la diferencia semántica es más que notable. Luego te vas enterando de que Javier Zaragoza es amigo del alma de Garzón y de que este le ha tenido al corriente de sus movimientos. De que el tal Fiscal pertenece al sector progresista pero que le toca jugar al poli malo viniendo a decir que para que vamos a “marear más la perdiz” si tenemos la maravillosa 52/2007, que imparte justicia a mansalva. Zaragoza confunde los términos caridad y justicia, porque para que esta exista la segunda tiene que haber un hecho punible, un culpable y una sentencia, no que hagan un agujero para que te den los huesos de tu abuelo en una caja de plástico, lo cual es estupendo pero insuficiente. Ayer decía el diputado Tardà, coincidiendo con una idea ya expuesta por nosotros, que vaya casualidad que después de 2 años, justo cuando aparece en escena el asunto Totenkopf (este sí admitido a trámite por la Audiencia Nacional), Garzón decida tras sus exhumaciones colombianas sacar la demanda del cajón acaparando todo la atención mediática, lo cual nos parece bien, es sólo un apunte.
A todo esto el Gobierno no ha salido más que muy tímidamente a decir lo típico de respetamos las decisiones judiciales, a decirnos que ya tenemos una ley de la Memoria que no pidamos más. Y para más INRI, Zapatero se descuelga con una frase que no debió pronunciar: el franquismo está absolutamente juzgado por la historia. ¿Qué historia sr. Zapatero? la que no se explica en los colegios, la que no llega al ciudadano medio, la que publican los revisionistas Vidal y Moa en sus Best Sellers, la del PP y la COPE.... Aún suponiendo que la Historia lo hubiera juzgado, ¿dónde está el veredicto? Y además, el único juez tendría que ser el estado democrático representante de los ciudadanos, condenando sin paliativos y declarando el franquismo ilegal.
Si todo esto es una obra de teatro donde los actores tienen asignados su papel, algunos sin saber cual van a interpretar, la teoría de la operación conspiración "punto final" empieza a cobrar fuerza.
¿Por qué esto es así? ¿Por qué nos torean los que nos ponen los cuernos ideológicos?, ¿Por qué no salen a escena a decir que no van a hacer más porque ya les vale como está montado todo, que no quieren sacar al abuelo camisa vieja del armario y que aquí la transición está bendecida, la monarquía santificada y nuestros muertos enterrados, aunque algunos no sepan donde? Sería lo más honrado (palabra que pueden buscar en el diccionario), que no abusen más de nuestra paciencia.
Mientras todo se reduzca a sacar restos de la tierra todo seguirá en orden, pero que nadie exija justicia, que nadie quiera saber quién asesinó, que nadie quiera anular lo que el franquismo dejó atado y bien atado con ayuda de los que se le llenó la boca de lucha antifranquista, que no el corazón y la cabeza.
¿Qué pasa en este país de cobardes o de desvergonzados atados a su silla? ¿Qué opciones nos quedan? No vamos a arremeter contra el Juez, le vamos a dar tiempo, vamos a arremeter contra una fiscalía a la que le ha tocado el papel de miserable moral e indecente. Vamos a apoyar para que esto llegue lo más lejos posible. Intentemos reescribir un final distinto del que les interesa a los empresarios de la función, que no son otros que los que pergeñaron este engendro apodado Ley de la Memoria.
Y nos queda una opción, la III República.
(LQSomos, 30-10-2008)