"Nuestra experiencia debe enseñar que la guerra es inútil". Así de claro se manifestó ayer en el cementerio de Zallo uno de los últimos supervivientes que vio caer sobre Gernika las bombas nazis el fatídico 26 de abril de 1937. 72 años después, los gerniqueses que sufrieron en sus carnes la masacre, y la posterior mentira franquista, luchan por legar una efectiva lección a las próximas generaciones: "frente a la barbaridad de la guerra, la paz es la única salida". Ayer, por otro año más, Gernika-Lumo reafirmó su apuesta por la paz y la reconciliación en las conmemoraciones del aniversario.
La jornada central de la conmemoración del bombardeo "que destruyó el 80% de la localidad", según el alcalde José María Gorroño, dieron comienzo con la entrega de los premios Gernika por la Paz y la Reconciliación en el Lizeo Antzokia. Los galardonados este año, en el que las distinciones cumplen su quinta edición, fueron la activista política alemana Petra Karin Kelly y Ahaztuak 1937-1977, la asociación de víctimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista que trabaja por la recuperación de la memoria histórica. Ambos se llevaron las más sonadas salvas de aplausos de los asistentes, sobre todo, cuando la agrupación vasca hizo subir a dos gudaris -Paco Barreño y Juanito Aranzamendi- y la hija de un represaliado al escenario para recoger la distinción. Martxelo Álvarez, miembro de Ahaztuak, abogó por "borrar cualquier rastro de sufrimiento de aquella oscura época -la Guerra Civil y la dictadura franquista- que, aún a día de hoy, perdura".
La activista por la paz del partido verde alemán y ganadora de un Nobel alternativo Petra Kelly, por su parte, fue la principal artífice del histórico perdón germano con una carta del entonces presidente Roman Herzog leída por el cónsul en Bilbao a las víctimas civiles del ataque aéreo del 27 de abril de 1937. Kelly falleció en 1992.
Otro de los nombres propios de la jornada fue el de George L. Steer, periodista y corresponsal de guerra sudafricano del periódico The Times que dio a conocer en todo el mundo el alcance de las bombas caídas sobre Gernika. Gernikazarra Historia Taldea quiso homenajear su figura, al cumplirse el centenario de su nacimiento, con el busto instalado en la villa en su honor. El merecido reconocimiento "a su compromiso por la verdad histórica" frente a las mentiras vertidas las horas posteriores por el aparato franquista contó además con la asistencia de su hijo y su biógrafo Nicholas Rankin. Frente a su estatua se dieron un cálido abrazo los vástagos de dos figuras claves para que el mundo conociera las consecuencias del terrible bombardeo: el hijo de Steer y el del lehendakari que denunció los sucesos, José Antonio Aguirre. "Gernika-Lumo siempre le rendirá homenaje por su valentía", dijo el alcalde Gorroño.
El toque de las sirenas en el Pasealeku recordó, a las 15.45 horas, que 72 años antes los Junker nazis sobrevolaron Gernika llenándola de bombas, y acto seguido se ofició la tradicional ofrenda floral y el responso en el cementerio de Zallo. Los minutos más emotivos se vivieron entonces frente al mausoleo de las víctimas, aquellas que la villa "siempre tendrá presentes", aseguró un superviviente. Y es que Gernika "ha perdonado a sus verdugos, pero jamás podrá olvidar" aquel 26 de abril de 1937.
(Deia. 27 / 04 / 09)