viernes, mayo 30, 2008

REFLEXION DESDE EZKABA. Articulo de opinión de Ahaztuak 1936-1977


Al referirnos al acto que el pasado domingo día 25 de Mayo realizamos en el monte Ezkaba para conmemorar la fuga que centenares de presos politicos encarcelados en dicho lugar por los franquistas protagonizaron el 22 de Mayo de 1938 comenzaremos enviando un abrazo y nuestro reconocimiento a las personas que unas con su trabajo y otras con su presencia hemos hecho posible un año mas el encuentro en ese “Fuerte San Cristobal” de cientos de personas y de esas banderas queridas por las ideas de libertad que simbolizan y por la memoria de los que allí sufrieron prisión, tormento y muerte por defenderlas: la republicana junto a la ikurriña, la bandera roja y la rojinegra junto a la de ANV… todas ellas ondeando al viento en la cima del monte Ezkaba, y en ese viento, volando libres, los sueños que aquí se intentaron encerrar junto a quienes los soñaron.

Sin embargo tambien debemos hacer una abierta critica a una parte del homenaje alli celebrado. Esperabamos quizas haber leido otras reflexiones sobre el mismo por parte de otras personas o asociaciones alli presentes, pero incluso siendo quizás los unicos que lo planteemos públicamente creemos necesario realizar una reflexión critica sobre la intervención realizada por Ernesto Carratalá, persona que por ser uno de los pocos ex-presos politicos encerrados en San Cristobal que aún vive asumia una cierta centralidad en el acto. Su esperada intervención fue sentida sin embargo por una buena parte de los alli presentes como poco respetuosa y para algunos incluso ofensiva para con las ideas anarquistas, para con las ideas que él en su intervención definió como “nacionalistas” y a las que comparó con la ideología nazi, para con el derecho de autodeterminación de los pueblos…

No podia ser otro el sentimiento cuando es sabido que entre los hombres alli presos los habia de todo el arco politico-ideológico vigente en aquellos años en el campo antifascista, pero con un arraigado sentimiento de luchar por un objetivo común, objetivo que durante su estancia en el fuerte fue -como el mismo Ernesto Carratalá describe- el resistir el brutal regimen carcelario de exterminio en él vigente; que durante la preparación de la fuga y durante ella fue la conquista de su libertad; que en todos los momentos fue la lucha frente al enemigo común: el fascismo. En esa empresa estuvieron juntos codo a codo, golpe a golpe, muerto a muerto… socialistas, comunistas, anarquistas, republicanos y nacionalistas como Andres Gangoiti, -uno entre tantos- militante de ANV cuyos restos fueron exhumados hace unos meses en el llamado “cementerio de las botellas”, en una de las laderas del monte Ezkaba.

Nos dolió asimismo ese miedo a la libertad de los pueblos –y por ende de las personas que componen esos pueblos- que contenía ese discurso máxime viniendo de un hombre como Carratalá que tan caro ha tenido que pagar la defensa de la suya propia. A nuestra manera de entender –y mas allá de la persona concreta aquí esta para nosotros lo verdaderamente preocupante- esa desafortunada intervención no es sino un síntoma más de la histórica incapacidad que la mayoría de las izquierdas españolas han tenido para interpretar y asumir una posición realmente democrática frente a la problemática de las naciones oprimidas por el Estado español, manteniendo bajo el manto de un supuesto internacionalismo la variante izquierdista de la España Una que es el discurso de la “España roja, pero nunca rota”. Creemos necesario remarcar esto porque entendemos que es precisamente en ese chovinismo gran-español compartido en ciertos grados por derechas y algunas izquierdas donde se encuentra actualmente el principal humus del que sigue alimentandose ese franquismo sociológico y politico, que aún hoy pervive, un franquismo latente que desde las asociaciones de victimas del franquismo y desde el denominado movimiento memorialista consideramos como uno de nuestros objetivos prioritarios el desterrar.

Con todo ello creemos que lo ocurrido el domingo en Ezkaba debe de servirnos a todos –a Ernesto Carratalá tambien como compañero en este “combate por la memoria” que es- para reflexionar desde una perspectiva constructiva no solo sobre un acto que creemos ha de seguir siendo una referencia anual en la lucha por una memoria historica democratica y antifascista de Euskal Herria, sino sobre los imprescindibles parámetros democráticos y de respeto a todas las opciones que debe de contemplar esta memoria, sobre todo si se considera, como es nuestro caso, que esa memoria histórica democrática y antifascista que reivindicamos y defendemos, ha de ser algo no solamente discursivo o reducido a libros, conferencias y homenajes, sino un elemento de aprendizaje, recuperación y ejercicio práctico de esquemas de comportamiento realmente democráticos, de libertad y libertades sin cortapisas, de aprehender esa memoria para ponerla al servicio de la solución de los problemas del presente y por tanto al servicio de un futuro mas libre.

Una vez mas, creemos, aparece nitida la necesaria identificación de esa memoria histórica democrática y antifascista con la defensa a ultranza de unos valores muy concretos que no han de ser, creemos, ni partidistas ni ideologistas, ni “nacionalistas” ni “unionistas”, pero si tajantemente democraticos en cuanto a defender a capa y espada la posibilidad de planteamiento, de defensa y materialización de todos los proyectos-modelos politicos, sociales, territoriales, económicos… que la ciudadania tanto de Euskal Herria como del conjunto del estado español -ese Pueblo con mayusculas del que a algunos tanto les gusta hablar y tan poco dejarle hablar- tenga a bien querer proponer.

(Enviado a todos los diarios escritos de la CAV y Navarra. Publicado en "Gara" el 30 / 05 / 08)