Ramón Bengaray Zabalza nació en Garralda en 1896. Era un industrial importante, ya que tenía la mejor imprenta de la capital navarra, en la que se editaba el diario «Democracia». Además, fue varítono y solista del Orfeón Pamplonés, un reconocido jotero, presidente de la "Asociación de los Amigos del Arte" en Iruñea, y fundador de la peña "Los Irunshemes" y del Club Larraina. Republicano y euskaltzale, fue también presidente del Frente Popular de Nafarroa y de Izquierda Republicana. Bengaray fue el primer firmante de un documento redactado en junio de 1936 y suscrito por los partidos de izquierda y sindicatos de la época, en el que se exigía al Gobierno español la unión de Nafarroa con Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en un estatuto común. Todo ello fue motivo suficiente para que las fuerzas franquistas le fusilaran en 1936 en Iruñea, dejando una viuda con cinco hijos.
Uno de estos hijos, Manuel Bengaray, ha viajado expresamente desde Venezuela para participar el próximo sábado en la inauguración del "Parque de la Memoria" en Sartaguda, y también estuvo ayer en Iruñea con motivo de la presentación de la novena edición del libro «Navarra 1936. De la esperanza al terror». Manuel Bengaray no pudo evitar unas lágrimas de emoción cuando hizo una pequeña semblanza de su padre, y lo mismo le ocurrió al escritor Pablo Antoñana cuando habló sobre su tío Jesús Chasco Esteban, maestro de Viana que también fue fusilado por sus ideas y sus ideales. Esto ocurrió en Marruecos en 1936, pero no se ha conocido de forma pública hasta ahora.
Jesús Chasco es uno de los once nombres añadidos a la novena edición del libro de Altaffaylla Kultur Taldea. Junto a ellos han sido incorporados Cirilio Ollo Giménez, de Etxarri Aranatz; José Zorita Loiola, de Eugi; Basilio Urbistondo Rekarte, de Ollo; Agustín Uterga Ugalde, de Gares; Narciso Pérez Iñigo, de Sesma; Angel Amatria San José, nacido en Baiona y residente en Iruñea; y junto a ellos, José Ruiz Encinas, Vicente Sanz Casadaba, Juan Los Santos Arnedo y Luciano Larraza Lizarraga, todos ellos vecinos de la capital navarra.
Estos once nombres, con sus datos biográficos y fotografías, han sido incorporados a la nueva edición del libro de Altaffaylla, que recoge con todo tipo de detalles las identidades de los 2.868 navarros muertos por las fuerzas franquistas. Debido a que las investigaciones que han permitido recabar los datos de estos once fusilados han sido recientes, sus nombres no han podido ser incluidos todavía en el muro del "Parque de la Memoria" de Sartaguda.
Estos once navarros fueron fusilados fuera de Nafarroa, motivo por el que ha costado más su identificación. La mayoría de ellos han sido localizados en el archivo de Martutene por el investigador Iñaki Egaña, viejo colaborador de Altaffaylla Kultur Taldea. Los datos que el libro aporta sobre ellos son los que constan en los sumarios de ejecución, si bien otros datos han sido facilitados por sus propios familiares.
Estos 2.868 se refieren exclusivamente a navarros muertos de forma violenta, es decir, de tiro en la nuca o fusilados. Si a ellos se añaden las víctimas mortales provocadas por el alzamiento franquista en el penal del Fuerte de Ezkaba (San Cristóbal), en trabajos forzados en diversos valles del Pirineo navarro, los navarros fallecidos en el campo de concentración nazi de Gussen (Bearne) y los aragoneses y riojanos que perdieron la vida en Nafarroa tras 1936, la cifra de muertos alcanza 3.431. Josemari Esparza precisó que estas cifras se están aproximando a las definitivas, «aunque todavía no lo son».
«Navarra hubiera sido diferente»
«La Navarra que tenemos hoy en día -agregó el escritor y editor tafallés- no se puede entender sin la criba de los más de 3.000 fusilados a raíz de 1936, muchos de ellos líderes sociales, pensadores, empresarios comprometidos socialmente, líderes obreros y campesinos, maestros, mujeres reivindicativas... Fusilaron a lo mejor de una sociedad que fue arrancada de cuajo y que lógicamente se resiente 70 años después. La Navarra que tenemos hoy habría sido muy diferente si todos los navarros que están en el Muro de la Memoria de Sartaguda hubieran seguido vivos».
Además de Josemari Esparza, Juan Carlos Berrio y Marijose Ruiz, coordinadores del libro, en la presentación de ayer también estuvieron Mikele Agirre, hija de Fortunato Agirre, alcalde de Lizarra por el PNV que fue fusilado; Manuel Pastor, hijo del alcalde de Mendabia, igualmente fusilado; Javier Txarela, representante de Ahaztuak; Pilar López Escudero, hija de un fusilado de Tafalla, republicano y miembro de CNT, que dejó una viuda con nueve hijos tras su muerte; y Fermín Balentzia, el cantautor más identificado con la denuncia de la represión franquista.
La «Enciclopedia navarra» reduce a 1.190 el número de fusilados
Todas las ediciones de esta obra se han visto rápidamente desfasadas por la aparición de nuevos datos sobre el número total de muertos por los franquistas. Así, desde la primera edición, en 1986, la lista se ha incrementado con 79 nuevos nombres y ha llegado ya a esos 2.868 fusilados.
Esta cifra contrasta con la que dio el historiador franquista Jaime del Burgo en 1970. Según él, «sólo» hubo 678 fusilados, cifra que Jimeno Jurío aumentó a 2.466 en 1982. El General Salas Larrazabal dio la cifra de 1.190 en 1983, y así lo recoge la Gran Enciclopedia Navarra, editada por la CAN en 1990, sin que todavía lo haya rectificado.
(Gara. 08 / 05 / 08)