Este domingo se ha celebrado en la cima del monte Ezkaba, en las puertas del Fuerte San Cristobal, un acto de homenaje a la memoria de todos los presos políticos que sufrieron encerrados en este terrorífico penal las inhumanas condiciones de vida a las que les sometió el regimen fascista. Fueron miles los prisioneros que fueron encarcelados en las galerias subterraneas escavados en la roca, en lo que uno de los supervivientes ha descrito como un "autentico sepulcro de vivos".
Muchos murieron enfermos, desatendidos, de hambre o de frio. Otros fueron "paseados" y exterminados en las propias laderas del monte. Pero el Fuerte San Cristobal fue también testigo de una de las mayores demostraciones de dignidad y de amor a la libertad: la gran fuga del 22 de Mayo de 1938. Se trata de la mayor fuga de la historia reciente que pese a acabar en tragedia y enrojecer aún mas la larga noche franquista de sangre y horror, es una fecha de orgullo y de lucha para la memoria democrática y antifascista de todos nosotros.
Aquel día un reducido grupo de presos puso en marcha un motín que acabó dando la vuelta a la tortilla durante unas horas en las que los aproximadamente 2.500 presos del Fuerte se hicieron con el control del mismo y consiguieron abrir las puertas del penal. Esto dio pie a la gran fuga, en la que alrededor de 800 reos escaparon monte abajo. Las condiciones fisicas de los fugados, la desorientacion y la maldita actuacion de uno de los carceleros que logró avisar a las tropas fascistas hizo que requetes, guardias civiles y falangistas pusieron en marcha una sangrienta caza al hombre cuyo trÁgico balance fue 203 asesinados salvajemente, 595 fugados capturados y sólo 3 fugados que llegaron a cruzar los Pirineos y escapar.
70 años después varios cientos de personas comprometidas con la lucha de aquellos antifascistas nos hemos reunido a las puertas del Fuerte. Muchos familiares de presos del penal, de fugados, de paseados, de desaparecidos... nos hemos agolpado a las puertas de San Cristobal, esperando de alguna manera a que se volvieran a abrir esas rejas para que los nuestros, nuevamente, escaparan.
Reivindicando los valores de todos los que dieron su vida por la libertad en este y en otros lugares, recogiendo el testigo de sus luchas inacabadas, Ahaztuak 1936-1977 también ha estado allí en ese mar de banderas republicanas e ikurriñas, esperandoles para escapar con ellos una vez más...
Izan zirelako gara eta garelako izango dira.
Oroimenak bizirik dirau!
Izan zirelako gara eta garelako izango dira.
Oroimenak bizirik dirau!