La gran labor que se está realizando en Nafarroa y en todo Euskal Herria para recuperar la memoria histórica ya cuenta con un nuevo referente: la biografía de Ricardo Zabalza Elorga, escrita por Emilio Majuelo tras un largo trabajo de documentación y editada por "Txalaparta". En nombre de esta editorial, Marijose Ruiz explicó durante la presentación del libro que este baztandarra de Erratzu fue un destacado dirigente sindical y político durante la época de la II República y la Guerra de 1936. De hecho, estuvo al frente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, que era el mayor sindicato campesino de la época. En 1936 salió elegido diputado por el Frente Popular en Badajoz y durante la guerra ocupó el cargo de gobernador civil en Valencia. Con anterioridad había vivido casi 16 años en Argentina, donde ejerció de maestro y periodista. Fue fusilado en Madrid en abril de 1940, después de un sumarísimo juicio de los militares sublevados.
Esta biografía de Ricardo Zabalza tiene de particular que recoge su faceta más personal, humana y familiar, reflejada por Emilio Majuelo a través de decenas de entrevistas realizadas tanto a familiares como a personas que convivieron con él. Ello le ha permitido recoger testimonios muy valiosos sobre la vida de este sindicalista, de quien Marijose Ruiz dijo que «lo enterraron dos veces». «No sólo lo fusilaron, sino que luego -constató- ha desaparecido de muchísimos libros de historia, escritos incluso por dirigentes socialistas».
«Fue uno de los grandes»
Por su parte, Emilio Majuelo comenzó diciendo que Ricardo Zabalza fue «uno de los grandes» de la época en que vivió, ya que «fue una persona clave, no sólo desde el punto de vista político sino sobre todo desde el punto de vista sindical».
Tras constatar que había «un hueco tremendo» en torno a la figura de Zabalza, el historiador tudelano recordó que él ya se interesó hace unos 25 años por este sindicalista baztanés, de quien dijo que desde 1934 «también fue clave en la UGT» a nivel estatal, junto a Largo Caballero.
Tras recordar que en muchísimos lugares la UGT era una organización campesina y que Ricardo Zabalza estaba al frente de ella, el autor de esta biografía señaló que era una figura «prácticamente desconocida para la clase política del momento, pero en muy poco tiempo llegó a encumbrarse a los altos puestos de dirección en la Federación de Trabajadores de la Tierra». «Zabalza llegó a estos puestos de responsabilidad porque era un militante trabajado, una persona que había adquirido una enorme experiencia durante su estancia en Argentina. Se marchó con 15 años, estuvo allí tres lustros y en los años treinta ya era un punto de referencia para muchísimos jóvenes que en aquel momento entraron a formar parte de la militancia política y sindical», informó Emilio Majuelo.
No obstante, aclaró que no se trata de una biografía estrictamente política ni sindical, aunque esta faceta también aparece en el libro, sino que se ha centrado más en conocer «la historia social desde abajo». «A los historiadores esto nos cuesta muchísimo, porque no es fácil -reconoció el autor-, ya que requiere prestar atención a ese sinfín de militantes, de activistas, de personas que están en los cuadros medios de las organizaciones, que igual son simplemente afiliados, pero que se movilizan en momentos de manifestaciones y de realizar una actividad social importante. Digo esto porque esta generación de militantes, en cualquier época histórica en que hay una movilización social de importancia, no aparece nunca, no ya en los libros de historia al uso, sino tan siquiera en las monografías más importantes».
A este respecto, Majuelo recordó que, cuando comenzó a trabajar en torno a esta biografía, se encontró con cantidad de experiencias de personas «aparentemente irrelevantes para los grandes procesos históricos, pero que desde mi punto de vista deberían tener un espacio». «Por eso he titulado el libro «La generación del sacrificio» -explicó el autor-. No es un título novedoso, sino una frase del propio Ricardo Zabalza cuando estaba en capilla y se despide de su mujer diciéndole que `éste es el precio que nosotros debemos de pagar para que nuestras ideas se abran paso el día de mañana'. Este es el precio de esta generación de jóvenes que nutren la clase histórica obrera y campesina en el Estado español».
Uno de los problemas con que se encontró el autor fue el «cómo coser esta biografía de un personaje relevante y un sinfín de rasgos biográficos y de experiencias de personas no tan importantes en la acción política, con una temática de fondo importante que le diese al libro un contenido y no quedase simplemente salpicado de anécdotas o de detalle». En el libro aparecen pinceladas de Argentina, Iruñea, Madrid, Valencia... pero sobre todo de Jaca y Burgi. Y es que a Majuelo le ha interesado muchísimo ver cómo en estos pequeños núcleos de población «se proyectaba toda la problemática general que supuso la República como transformación social, cómo se vive toda esta cuestión en estos núcleos del mundo rural».
El historiador navarro finalizó su presentación aclarando que el libro no concluye con el fusilamiento de Ricardo Zabalza, sino que su historia continúa a través del hilo conductor de su mujer y de su cuñada, «que siguieron manteniendo el recuerdo de este sindicalista hasta la Transición».
Una segunda entrega de esta biografía se centrará en el periplo de Zabalza en Argentina, donde adquirió la experiencia sindical y política que luego aplicó en el Estado español.
Polifacético
Fue maestro, sindicalista, articulista, poeta, editor, difusor de ideas emancipadoras, diputado por el Frente Popular, gobernador civil y dirigente de la Federación de Trabajadores de la Tierra.
Fusilado
Fue el político navarro de izquierdas más importante de los años treinta. Hecho prisionero por las fuerzas franquistas, fue fusilado en febrero de 1940 después de un juicio sumarísimo militar.
«Es también un libro sobre la represión», afirma Emilio Majuelo
«Es también un libro sobre la represión, no sólo de Ricardo Zabalza, que fue fusilado con 42 años, sino también de un hermano suyo que fue igualmente fusilado, de otros hermanos que tuvieron que marcharse al exilio y de toda la gente que le rodeó en Burgi, en Jaca y en otras localidades». Así lo expresó Emilio Majuelo durante la presentación de esta obra de 430 páginas, en la que se muestra el costo que tuvo para toda una generación la defensa de unos ideales republicanos en torno a una reforma social profunda que quedaron truncados por el golpe de Estado franquista.
En el epílogo del libro, el propio Majuelo hace una reflexión mirándose a sí mismo como historiador, y es «el papel y la función social que debe cumplir la Historia a la hora de asumir un pasado tan terrible como fue el de la represión, que ha dejado una estela de sufrimiento y dolor».
(Gara. 22 / 04 / 08)