El Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba condenó a cadena perpetua, para cumplir en una cárcel común, al general Luciano Benjamín Menéndez, uno de los hombres emblemáticos de la dictadura militar que tuvo a su cargo una vasta zona de operaciones con sede en Córdoba, por crímenes de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención de la Perla, ubicado en esa provincia.
A pesar de esta condena, por el secuestro, tortura y muerte de cuatro militantes en 1977, y de existir en curso otros procesos en su contra por diversos crímenes, Menéndez defendió la represión de la pasada dictadura y en su alegato después de justificar sus crímenes sostuvo que «los guerrilleros de los 70 están en el poder» ahora.
Los otros condenados a cadena perpetua son Luis Alberto Manzanelli, Carlos Alberto Díaz, Oreste Valentín Padován y Ricardo Alberto Ramón Lardone. Con penas menores resultaron Hermes Oscar Rodríguez y Jorge Ezequiel Acosta -22 años de prisión- y Carlos Alberto Vega, sentenciado a 18 años.
Menéndez escuchó en silencio su veredicto al ser condenado por los secuestros y asesinatos en 1977 de Hilda Palacios, Humberto Brandalisis, Carlos Lajas y Raúl Cardozo, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
«Los delincuentes subversivos ensangrentaron el país durante diez años», manifestó Menéndez, quien sostuvo que Argentina «es el primer país que juzga a sus soldados victoriosos que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas».
Esto provocó la indignación de familiares de víctimas que le recordaron los secuestros, los asesinatos y desapariciones, el robo de niños y las miles de víctimas en el país y en las regiones bajo su mando.
«Antes los terroristas estaban en la ilegalidad, ahora pretenden ser ciudadanos atados a la Constitución. Confío en que los guerrilleros de los 70, ahora en el poder, no puedan imponer su régimen autoritario».
(Gara. 26 / 07 / 08)