El Parlamento Vasco cerró ayer la "Comisión Especial sobre el 3 de Marzo" con un memorando que satisface dos de las tres reclamaciones que hizo la Asociación de Víctimas de aquellos sucesos a la Cámara. Así, 
el texto certifica la versión sobre la masacre elaborada por el Instituto Valentín de Foronda -hasta ahora sólo existía la oficial de aquellos días-, y señala como responsables políticos de la masacre al entonces ministro de Interior, Manuel Fraga; al de Relaciones Sociales, Rodolfo Martín Villa; y al de Presidencia, Alfonso Osorio. La tercera reclamación, no satisfecha, es la de señalar que existía un plan preestablecido para provocar la masacre, un extremo que el estudio del Instituto Valentín de Foronda no ha podido probar y cuya exclusión del texto final ha causado malestar en el colectivo de víctimas. Los grupos alegaron que la negativa de Fraga y Martín Villa a declarar ha impedido comprobar esa supuesta premeditación. A cambio, el memorando recuerda que en 1976 el Estado se encontraba en un "contexto de falta de libertades esenciales", que "las instrucciones" para desalojar a los obreros de la Iglesia de San Francisco "fueron desproporcionadas" y que se hizo un "uso irresponsable y homicida de armas de fuego".
el texto certifica la versión sobre la masacre elaborada por el Instituto Valentín de Foronda -hasta ahora sólo existía la oficial de aquellos días-, y señala como responsables políticos de la masacre al entonces ministro de Interior, Manuel Fraga; al de Relaciones Sociales, Rodolfo Martín Villa; y al de Presidencia, Alfonso Osorio. La tercera reclamación, no satisfecha, es la de señalar que existía un plan preestablecido para provocar la masacre, un extremo que el estudio del Instituto Valentín de Foronda no ha podido probar y cuya exclusión del texto final ha causado malestar en el colectivo de víctimas. Los grupos alegaron que la negativa de Fraga y Martín Villa a declarar ha impedido comprobar esa supuesta premeditación. A cambio, el memorando recuerda que en 1976 el Estado se encontraba en un "contexto de falta de libertades esenciales", que "las instrucciones" para desalojar a los obreros de la Iglesia de San Francisco "fueron desproporcionadas" y que se hizo un "uso irresponsable y homicida de armas de fuego". Se cierra de este modo el trabajo de la comisión creada para aportar una versión certera y ajena a la oficialidad de un régimen agonizante, en la que la cuestión de la premeditación no ha sido baladí. De hecho ha constituido el mayor escollo para lograr un consenso amplio, aunque aún queda la baza de las enmiendas antes de que el dictamen se someta al Pleno parlamentario, tal y como recordó el portavoz de EA, Rafa
Larreina. Su grupo, al igual que PNV, EB y PSE, apoyaron un memorando del que se distanciaron EHAK, pues para la izquierda abertzale, el texto "no "recoge el sentir de quienes sufrieron la masacre", y el PP, que ve en la comisión "una utilización sesgada de estas cuestiones después de una Transición modélica".La "Asociación de Víctimas del 3 de Marzo" también pretendía que la comisión incluyera a este colectivo en el de Víctimas del Terrorismo para convertir a los afectados en sujetos de reparación económica, asunto que también ha quedado fuera por ser competencia del Gobierno central, y que está íntimamente ligado a la existencia o no de premeditación en la actuación de la Policía Armada. En todo caso, los grupos mostraron su voluntad de conformar un grupo de trabajo para abordar el tema.
Además, la institucionalización de una nueva versión de los hechos puede servir para dar pasos en ese sentido. Las solicitudes cursadas por la Asociación de Víctimas para lograr su reconocimiento fueron rechazadas desde el Gobierno central, entre otras razones, porque apeló a los informes del Ejecutivo predemocrático para alegar que los asambleístas hicieron uso de la violencia con armas traídas previamente y arrinconaron a la Policía.
En apenas siete páginas, el memorando resume el transcurrir de los acontecimientos en aquel 3 de marzo, que vino precedido de un conflicto laboral en Forjas Alavesas el 9 de enero, y que se extendió a prácticamente toda la industria de la ciudad. El documento detalla cómo las huelgas tomaron una dimensión política en un momento de incertidumbre ante el futuro del país. Las iglesias servían como sedes para las asambleas, pues los obreros podían "acogerse a sagrado" en virtud del Concordato de 1953.
Fuego real En la tarde del 3 de marzo, después de una mañana en la que ya se hizo uso de fuego real, con 4.000 personas en la iglesia de San Francisco y otras tantas fuera, la Policía recibió la orden de desalojar, arrojó gases en el recinto y comenzó a golpear a quienes salían. La gente que estaba fuera les lanzó objetos del suelo, no traídos previamente, según la versión aprobada ayer. Entonces comenzaron los disparos y unos trágicos sucesos que dejaron un saldo de cinco personas muertas y 47 heridos, 26 de ellos de bala, más 28 agentes heridos leves y tres hospitalizados.
(Noticias de Alava. 13 / 06 / 08)
