Ayer nos dejaba Valeriana Alles Rey, vecina de
Bejes, pequeño pueblo de la Liébana, en las alturas donde la cordillera
entrelaza Cantabria con Asturies.
Tenia 85 años y con ella una vida de trabajo,
esfuerzos y penalidades, arrostradas unas por ser hija de familia
campesina y humilde y otras por ser solidaria con los de su clase y con
aquellos que luchaban por un mundo mejor, donde la cultura, la sanidad y
la comida no fueran patrimonio de unos cuantos. De ella dice
Jesús de Cos, uno de los hombres que formaron parte de la "Brigada
Machado", que fue enlace y punto de apoyo para los guerrilleros de la
dicha Brigada, hasta que fue detenida, torturada y encarcelada.
El 20 de octubre de 1952, lunes y día de mercado en Potes, la Guardia
Civil -cuerpo por excelencia de la represión franquista- en un registro
rutinario en el pueblo de Tama sorprende a varios guerrilleros: a Gildo,
a Guerrero y a Pin "el asturiano", escondidos en la casa de Dominador
Gómez Herrero, punto de apoyo de la guerrilla. El registro lo realizaban
un Sargento y dos números de la Guardia Civil. Nada más comenzar el
tiroteo, Gildo cayó muerto, mientras "el asturiano" y Guerrero
perforaron el suelo de madera y salen por la bodega de la casa. En la
huída, el Sargento les cortó al paso, y allí cayó muerto por un disparo
de alguno de los dos guerrilleros. Al cruzar el puente, un guardia mató a
Pin "el asturiano", pudiendo escapar Guerrero. Los guardias civiles, al
encontrar muerto al sargento, alli mismo fusilan a los dueños de la
casa y a una hija de estos de 16 años, tras lo que prenden fuego a la
vivienda. Tras la matanza se produce una gran redada en la que son
detenidos muchos enlaces y familiares, que sufrieron brutales torturas;
algunos llegaron a dormir quince días entre los caballos de la Guardia
Civil de Potes, siéndoles aplicado el cepo entre otros tormentos.
A raiz de estos hechos Valeriana es sacada de la prisión y conducida a
Potes para identificar los cadáveres de estos guerrilleros, engañando a
la Guardia Civil al identificar el cadáver de “Pin el asturiano” como
perteneciente a Joaquín Sánchez “Andaluz”, lo que hace que este pueda
escapar al cerco represivo y pasar a Francia sin ser buscado por las
fuerzas represivas.
Valeriana es el ejemplo, uno más entre
tantos, de como fueron los enlaces, conocidos y en general todos los
sospechosos de haber ayudado a los del monte los que en gran medida
sufrieron también todo tipo de amenazas, chantajes y violencias. Este
hecho además se agravaba cuando además se trataba de mujeres en las que
se cebaban las vejaciones, malos tratos, violaciones y torturas que
en ocasiones acabaron con la muerte. Valeriana fue una más de estas
mujeres y con ella se ha ido -y todos lo sabemos- mucho más de lo que
contaba.
Valeriana siempre estaba, aunque hablaba poco. Pero es bien sabido que quien menos habla es a menudo quien más ha hecho.
Siempre te recordaremos!!
AHAZTUAK 1936-1977