sábado, mayo 22, 2010

EL CEMENTERIO DEL FUERTE DE SAN CRISTOBAL SE VOLVERÁ A ABRIR PARA IDENTIFICAR A LOS PRESOS ENTERRADOS

El cementerio habilitado en las inmediaciones del Fuerte de San Cristóbal en el año 1939, que acoge los restos mortales de 131 presos de este penal del franquismo, volverá a ser abierto las próximas semanas con el fin de poder identificar a las personas enterradas. En una segunda fase, se acometerán las pruebas de laboratorio con el ADN de los familiares que han solicitado exhumar los cuerpos.

Pero hasta entonces, el Fuerte de San Cristóbal volverá a ser escenario mañana de un nuevo homenaje a todos los presos que pasaron por esta cárcel, un acto que se celebra cada año para conmemorar la histórica fuga que protagonizaron 795 de los 2.487 presos que se encontraban en el fuerte el 22 de mayo de 1938 condenados, en su mayoría, por su condición de republicanos.

Es sabido que de los 795 fugados se detuvo a 585 y que sólo tres lograron pasar la frontera. La persecución a la fueron sometidos desde el mismo momento de abandonar el Fuerte se saldó con 187 fusilados identificados a los que hay que añadir 24 muertos más sin identificar.

En esta ocasión, el homenaje quiere servir para proporcionar un evento de encuentro entre nietos y abuelos. "Que los jóvenes tengan la oportunidad de conocer esta tremenda historia", apuntó Koldo Pla, miembro de la sociedad Txinparta que junto a la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra organiza el homenaje. Para ello se ha preparado un programa dirigido a jóvenes y mayores que incluye la actuación de tres grupos musicales, dos raperos y el acompañamiento al txistu de campeón de Euskadi Mikel Erro, precisó Pla. El acto, como es habitual, se iniciará a las doce del mediodía junto a la puerta principal del Fuerte.

Placa en Ansoáin

Previamente, hoy sábado a la misma hora (12.00) tendrá lugar en el cementerio de Ansoáin la colocación de una placa en la que se leen los nombres de los 20 presos que murieron en el Fuerte y fueron enterrados en este camposanto. Cabe indicar que en un principio, es decir hasta que se habilitó el cementerio junto al fuerte, las personas que morían en el penal eran enterradas en los cementerios de la antigua Cendea de Ansoáin.

En total se dio sepultura a 203 personas -sólo ocho de ellas oriundas de Navarra- que durante todos estos años han permanecido en el anonimato. Desde la Asociación Txinparta se inició una actividad para restituir la memoria de estas personas y se han ido colocando en los cementerios placas identificativas. Entre los 20 que fueron inhumados en el cementerio de Ansoáin, cuya placa se coloca hoy, se encuentran tres vecinos de Sangüesa Juan Mangado García, Romualdo Moriones Belzunegui y Javier Rocafort Apesteguía.

(Noticias de Navarra. 22 / 05 / 2010)