Me he apropiado del título de la película de culto del director George A. Romero, rodada en 1968. Un filme que dio una nueva dimensión a las películas de terror y a un género hasta entonces desprestigiado. Parece una extraña introducción para el tema que trataré de analizar. Me imagino a todas las personas sepultadas de manera infame, cuyos restos aún no han sido encontrados y por lo cual familiares, amigos o simpatizantes de la organización a la que pertenecieron han visto de nuevo cómo la causa de la Recuperación de la Memoria Histórica queda paralizada en función de no sabemos qué competencias.
Los familiares, a título particular o incorporados a las asociaciones por la recuperación de la Memoria Histórica, pretenden recuperar a sus deudos y a la vez que se conozca la verdadera historia, frente a los historiadores del antiguo régimen y algunos revisionistas que arrepentidos de su pasado, nuevamente pretenden manipularla. Prescindiendo de la actuación del juez Garzón y de la del fiscal Javier Zaragoza, nos encontramos con casos como el de la Audiencia de Córdoba, que ha dictado una resolución que, entre otras cosas, manifiesta a Rocío Borrego que "su caso sirve para reavivar viejas heridas o remover el rescoldo de la confrontación civil". Pero aún hay más. Conocía por referencias la reeducación de los niños de la posguerra, algo que en menor medida por mi edad padecí, pero el robo de niños , encarnizamiento de los fascistas en arrancar de las manos de las mujeres de los vencidos, es algo que nada ni nadie puede resarcir y la caridad cristiana colaboró de manera activa en esta aberración.
Se les reeducó haciendo odiar por lo que sus madres y padres habían luchado, es decir, contra el fascismo. Antonio Vallejo Nájera, psiquiatra, abanderó la regeneración de la raza, al más puro estilo nazi. No conocen ni conocerán a sus progenitores, fueron cambiados sus apellidos para borrar todo vestigio de su pasado. Nadie cuenta de las incautaciones de sindicatos y partidos políticos que se hicieron a particulares, la compra de terrenos y empresas forzadas por quienes se consideraron vencedores. Sin temor a equivocarme, muchas de las familias que poseen hoy negocios, pisos y terrenos son las herederas de una expoliación de la cual los verdaderos propietarios nunca han tenido ni tendrán compensación alguna. Es más seguro que en alguna población rural o urbana conocerán a quienes se beneficiaron.
Y después de la dictadura se hizo la luz . Otra crónica de la historia que tiene muchos claroscuros. El bloque social que apoyó el franquismo siguió controlando el aparato del Estado, ningún sector económico se ve afectado y la Iglesia mantiene intactos sus privilegios. La Transición tuvo también otros condicionamientos, la posición favorable de EEUU por puro interés propio, la presunta integración de España en la OTAN para cubrir el flanco sur de Europa, el apoyo del capital a la Monarquía y un Gobierno fuerte.
Sería prolífico entrar en detalles pero hay cosas meridianamente claras, las personas provenientes de la dictadura fueron las que impusieron su ley a quienes propugnaban por salir de la clandestinidad. El Ejército vencedor , como ellos mismos se denominaban, fue una parte importante del nuevo sistema. Las sucesivas destituciones de altos cargos no fueron sino una cortina de humo para intentar demostrar la supremacía del poder militar al civil. Los pactos firmados, fundamentalmente el de La Moncloa, donde CCOO y el PCE participaron activamente en un intento de monopolizar el sindicalismo frente a la UGT y a la CNT, perjudicaron notablemente a la clase trabajadora y el sistema domesticó a quienes se proclamaban representantes del movimiento obrero.
(Noticias de Alava. 30 /12/08)