La periodista María José Esteso Poves es otra de las expertas que ha documentado adopciones irregulares con origen en Euskadi. Entre ellos, el de una joven cuyos padres vivían en Gran Canaria y los llamaron de un día a otro para que fueran a recoger un bebé a Bilbao en mayo de 1975. Al igual que la periodista catalana Montse Armengou que en el libro ¡Devolvedme a mi hijo! se hace eco del tráfico de niños y de la red que funcionó entre la casa cuna de Tenerife y los pisos para embarazadas de Mercedes Herrán de Gras en Bilbao -que fundó ex profeso una asociación cuya finalidad era entregar a bebés en adopción- y del envío de estos niños a latitudes lejanas. No en vano, abogados, sociólogos o periodistas están investigando para sacar a la luz una trama de compraventa de bebés que, al parecer, fueron arrebatados de sus familias durante medio siglo.
La Fiscalía investiga actualmente en el Estado español 1.500 denuncias judiciales por presuntos niños robados, cerca de 250 en Euskadi. Con el agravante de que todas las exhumaciones por posibles casos efectuadas hasta ahora han hallado tumbas vacías o restos mortales de niños distintos a los de la familia. Hasta la fecha se han realizado tres exhumaciones en Bizkaia y Gipuzkoa, sin hallar resto alguno de los bebés que supuestamente un día fueron sepultados allí.
pisos patera Aunque los inicios de las adopciones irregulares se remontan a 1940, el momento álgido de estas conexiones de niños presuntamente robados al nacer tuvo lugar en las décadas de 1960 y 1970. "En el País Vasco por su larga duración en el tiempo se produce una sistemática en combinación con dos clínicas que estaban en la calle Gordóniz de Bilbao, por cercanía con los pisos patera de Alameda de Urquijo, donde iban a dar la luz las madres que estaban en acogida. Al ser dos entidades privadas, no se puede acceder a esos archivos", explica González.
El sociólogo -que recientemente se ha entrevistado con el subsecretario de Justicia para hacerle partícipe de estas actividades ilícitas-, hace de este modo referencia a la labor desarrollada por Mercedes Herrán de Gras, quien regentaba una red de pisos-nido en Bilbao, en los que alojaba a mujeres embarazadas de todo el país. Esos bebés serían dados en adopción, en muchos casos, presuntamente, sin el consentimiento de la madre. Los expertos hablan de un modus operandi recurrente. Muchas eran jóvenes que se habían quedado embarazadas sin estar casadas, la mayoría de buena posición social que eran obligadas por sus padres a permanecer escondidas allí y, sin ellas saberlo, sus padres ya habían pactado con Mercedes Herrán que, supuestamente, el bebé fuera entregado a otra madre que pagaba al recibirlo. Los compromisos para las adopciones llegaban de todo el país e incluso de Francia y México.
Intermediarios con comillas "Al principio se trataba de unas intermediaciones teñidas de caridad, si se le quiere llamar así, con algunos sacerdotes que intentaban acoger, con todas las comillas del mundo, a madres muy jóvenes que no eran aceptadas por sus familias. Lógicamente en la década de los 40 y los 50 la moral que existía no es la actual. Con 18 o 19 años eran menores y había intermediarios que las canalizaban hacia lo que después fue la organización María Madre", expone el sociólogo.
González Tena pone el acento en algunas "cosas extrañas que aparecen rodando el tiempo". Así, en diciembre de 1975 en un documento de María Madre, la organización de acogida, aparece que se han evitado 68 abortos, se han propiciado 18 bodas y que hay 30 recién nacidos que se dan en adopción. "Pero María Madre no tenía residencias para niños pequeños, no tenía una casa cuna y parece raro que desarrollase una actividad así. Escarbando, escarbando, me fui al Instituto de Estadística y se registran tasas de mortalidad altísimas. En el año 45 aparecen 55 niños fallecidos en Bilbao con menos de un mes, luego están los fallecidos con menos de dos, de tres... Y después aparece un apartado que son los fallecidos ilegítimos, cosas que hay que mirar con lupa y que indican que pisamos un terreno peligroso", dice González, verbalizando sus sospechas.
Aunque se habla de entre 200.000 y 300.000 los afectados en toda España, es muy difícil documentar los casos e imposible avanzar una cantidad exacta en Euskadi. De hecho, los responsables de María Madre fueron más cautos que los de la casa cuna de Tenerife que tenían la osadía de publicar estadísticas.
Sin embargo, la falta de pruebas definitivas hace ahora temer que se de carpetazo a muchas de las denuncias presentadas.
(Noticias de Gipuzkoa. 19 / 02 / 2012)