En rueda de prensa ofrecida este mediodia en Bilbo miembros de la
asociación de victimas del franquismo Ahaztuak 1936-1977 y familiares de
Benito Reola Hermosilla han dado a
conocer de forma pública lo acontecido con este militar vasco que
comandara una de las dos Brigadas Vascas enviadas por el Lehendakari
Jose Antonio Agirre a pelear en suelo asturiano en 1937, en plena
ofensiva republicana para acabar con los franquistas atrincherados en la
ciudad de Oviedo.
La primera de estas Brigadas quedaría conformada por los batallones “Amayur”, “ANV Nº 2 -Eusko Indarra” y el “UGT Nº 2 Indalecio Prieto” y estaría comandada por Cándido Saseta, comandante del Euzko Gudarostea. La segunda Brigada quedaría al mando de Benito Reola Hermosilla y estaría compuesta por los batallones “Rusia”, “Perezagua” e “CNT Nº 3 -Isaac Puente” y combatiría con gran efectividad en el sector de San Claudio tomando al asalto el pico del Pando, cortando el pasillo que unía a los sitiados en Oviedo con Grado donde estaban las columnas gallegas franquistas. En ese lugar, durante una visita de inspección a las posiciones de sus tropas, Reola resultaría gravemente herido en el pecho.
Tras el avance franquista y la perdida de esas posiciones Benito Reola seguiría combatiendo en diferentes lugares hasta la caida definitiva del frente asturiano en Octubre de 1937 y con ello de la desaparición del Frente Norte. En esos meses Reola desarrolla una intensa actividad, organiza a una parte importante de las fuerzas vascas que combaten en Asturias, estando al mando de la Academia Militar y los cuarteles de Santoña en el momento de hacerse efectivo el conocido Pacto que toma el nombre de esa localidad cántabra mostrándose contrario al mísmo y partidario de seguir luchando encuadrado en el Ejercito Republicano, cosa que hace junto con un contingente importante de milicianos y gudaris vascos en los puertos de montaña asturianos limitrofes con León donde la resistencia se mantiene de forma muy efectiva hasta última hora y donde en esos dias de finales de octubre de 1937 se le pierde la pista, ignorándose su paradero hasta el día de hoy en que Ahaztuak 1936-1977 y sus familiares han dado a conocer lo ocurrido con él, tras haber hallado despues de una fructifera investigación varios informes que certifican como el 1 de Noviembre de 1937, dos cuerpos sin vida son encontrados con heridas por arma de fuego en la cabeza en una cuneta en el término municipal de Cuadros, un pequeño pueblo leonés no lejos de Puerto Pinos y Busdongo, en los limites con Asturias donde Reola junto a sus tropas desarrolló sus ultimos combate.
Uno de ellos está indocumentado y el otro tiene su documentación en un bolsillo a nombre de Benito Reola Hermosilla. Se procede al levantamiento de los cadáveres por el Juez y después de ser analizados por el forense y ser emitido el correspondiente informe, son enterrados al día siguiente en el cementerio de esa localidad. Tras inscribir las defunciones en el Registro Civil se inicia el correspondiente proceso judicial para localizar a los autores de los crímenes pero el caso pasa a la Jurisdicción Militar que lo asume “habida cuenta de que se trata de un hecho cometido por medio de arma de fuego y de un probable antecedente político-social, de conformidad con el Bando declarando el Estado de Guerra” que ratifica lo que en un primer momento refleja el informa de la Guardia Civil diciendo que suponian “que dichos cadáveres fueron traidos en algún camión de los muchos que vienen de Asturias recientemente liberada y los abandonaron en el sitio indicado”. Ambas apreciaciones, según ha indicado Marcelo Alvarez, miembro de Ahaztuak 1936-1977 “no hacen sino certificar que fué “paseado”, como tantos cientos de milicianos tras la derrota republicana y la victoria franquista”.
Tras el ha tomado la palabra Iñaki Tamayo Reola, nieto de Benito Reola, que ha agradecido la labor desarrollada por Ahaztuak 1936-1977 y el apoyo que han tenido en por parte de dicha asociación señalando que su abuelo “ha estado durante 76 años deliberadamente oculto, como otros miles de personas que a pesar de haber estado desde el mismo momento de su muerte perfectamente localizados, ni la dictadura, ni la democracia que padecemos han querido rescatar del olvido, teniendo que ser asociaciones como Ahaztuak las que lo hacen”.
Como punto final los participantes en la rueda de prensa han señalado que “los restos de Cándido Saseta, mando de la primera Brigada Vasca y muerto en combate, fueron hallados y repatriados en 2010 a tierra vasca donde fueron enterrados y se le tributó homenaje y reconocimiento. Los de Benito Reola, al mando de la segunda Brigada, aún yacen fuera de Euskal Herria aunque ya por fin en lugar sabido, habiendo dejado de ser hace pocos días un desaparecido. En fechas próximas le tributaremos tambien un Homenaje popular como le hicimos en su día a Saseta en Gernika para expresarle a él todo nuestro agradecimiento y reconocimiento y a sus familiares todo nuestro cariño”
La primera de estas Brigadas quedaría conformada por los batallones “Amayur”, “ANV Nº 2 -Eusko Indarra” y el “UGT Nº 2 Indalecio Prieto” y estaría comandada por Cándido Saseta, comandante del Euzko Gudarostea. La segunda Brigada quedaría al mando de Benito Reola Hermosilla y estaría compuesta por los batallones “Rusia”, “Perezagua” e “CNT Nº 3 -Isaac Puente” y combatiría con gran efectividad en el sector de San Claudio tomando al asalto el pico del Pando, cortando el pasillo que unía a los sitiados en Oviedo con Grado donde estaban las columnas gallegas franquistas. En ese lugar, durante una visita de inspección a las posiciones de sus tropas, Reola resultaría gravemente herido en el pecho.
Tras el avance franquista y la perdida de esas posiciones Benito Reola seguiría combatiendo en diferentes lugares hasta la caida definitiva del frente asturiano en Octubre de 1937 y con ello de la desaparición del Frente Norte. En esos meses Reola desarrolla una intensa actividad, organiza a una parte importante de las fuerzas vascas que combaten en Asturias, estando al mando de la Academia Militar y los cuarteles de Santoña en el momento de hacerse efectivo el conocido Pacto que toma el nombre de esa localidad cántabra mostrándose contrario al mísmo y partidario de seguir luchando encuadrado en el Ejercito Republicano, cosa que hace junto con un contingente importante de milicianos y gudaris vascos en los puertos de montaña asturianos limitrofes con León donde la resistencia se mantiene de forma muy efectiva hasta última hora y donde en esos dias de finales de octubre de 1937 se le pierde la pista, ignorándose su paradero hasta el día de hoy en que Ahaztuak 1936-1977 y sus familiares han dado a conocer lo ocurrido con él, tras haber hallado despues de una fructifera investigación varios informes que certifican como el 1 de Noviembre de 1937, dos cuerpos sin vida son encontrados con heridas por arma de fuego en la cabeza en una cuneta en el término municipal de Cuadros, un pequeño pueblo leonés no lejos de Puerto Pinos y Busdongo, en los limites con Asturias donde Reola junto a sus tropas desarrolló sus ultimos combate.
Uno de ellos está indocumentado y el otro tiene su documentación en un bolsillo a nombre de Benito Reola Hermosilla. Se procede al levantamiento de los cadáveres por el Juez y después de ser analizados por el forense y ser emitido el correspondiente informe, son enterrados al día siguiente en el cementerio de esa localidad. Tras inscribir las defunciones en el Registro Civil se inicia el correspondiente proceso judicial para localizar a los autores de los crímenes pero el caso pasa a la Jurisdicción Militar que lo asume “habida cuenta de que se trata de un hecho cometido por medio de arma de fuego y de un probable antecedente político-social, de conformidad con el Bando declarando el Estado de Guerra” que ratifica lo que en un primer momento refleja el informa de la Guardia Civil diciendo que suponian “que dichos cadáveres fueron traidos en algún camión de los muchos que vienen de Asturias recientemente liberada y los abandonaron en el sitio indicado”. Ambas apreciaciones, según ha indicado Marcelo Alvarez, miembro de Ahaztuak 1936-1977 “no hacen sino certificar que fué “paseado”, como tantos cientos de milicianos tras la derrota republicana y la victoria franquista”.
Tras el ha tomado la palabra Iñaki Tamayo Reola, nieto de Benito Reola, que ha agradecido la labor desarrollada por Ahaztuak 1936-1977 y el apoyo que han tenido en por parte de dicha asociación señalando que su abuelo “ha estado durante 76 años deliberadamente oculto, como otros miles de personas que a pesar de haber estado desde el mismo momento de su muerte perfectamente localizados, ni la dictadura, ni la democracia que padecemos han querido rescatar del olvido, teniendo que ser asociaciones como Ahaztuak las que lo hacen”.
Como punto final los participantes en la rueda de prensa han señalado que “los restos de Cándido Saseta, mando de la primera Brigada Vasca y muerto en combate, fueron hallados y repatriados en 2010 a tierra vasca donde fueron enterrados y se le tributó homenaje y reconocimiento. Los de Benito Reola, al mando de la segunda Brigada, aún yacen fuera de Euskal Herria aunque ya por fin en lugar sabido, habiendo dejado de ser hace pocos días un desaparecido. En fechas próximas le tributaremos tambien un Homenaje popular como le hicimos en su día a Saseta en Gernika para expresarle a él todo nuestro agradecimiento y reconocimiento y a sus familiares todo nuestro cariño”
(Agencias)