HOY, 26 de abril, se cumplirá el 72 aniversario del bombardeo que la aviación de la Alemania nazi realizó sobre la ciudad vasca de Gernika, que la destruyó en un 70%, quedando solamente en pie el edificio de la estación de trenes y la Casa de Juntas. Según las estadísticas del Gobierno Vasco, las víctimas fueron 1.654, mientras que el informe oficial emitido por el Gobierno franquista da cuenta solamente de unos 12 decesos.
Como todos los lunes, en la villa de Gernika se realizaba la tradicional feria del mercado, a la cual, concurrían una gran cantidad de aldeanos de la región, con el fin de efectivizar la comercialización de sus productos.
Cerca de las 16 horas, cuando la feria se encontraba a pleno funcionamiento, comenzaron a replicar las campanas de las iglesias para alertar a los habitantes de la villa sobre un posible bombardeo aéreo. La gente corrió hacia los refugios, mientras un avión Heinkel III descargaba seis bombas sobre la ciudad. Luego de un breve intervalo, unos 53 aviones Junker sobrevolarán la villa con el fin de cumplir con el genocidio planeado. En esta segunda etapa del bombardeo, se calcula que fueron arrojaron sobre Gernika unas 50 toneladas de explosivos destruyéndola e incendiándola casi en su totalidad. A continuación, otro grupo de aviones Heinkel ametrallaba a la población civil que intentaba ponerse a salvo del horror, al verse en medio de una ciudad en llamas.
¿Por qué Gernika? Una primera reflexión nos llevaría a la conclusión de que la ciudad de Gernika forma parte del área de resistencia republicana del norte, la cual intentaba penosamente contener el avance de los insurgentes fascistas que se habían levantado en el norte de África en junio de 1936, al mando de Francisco Franco. Pero indudablemente la elección de Gernika no fue al azar, sino que la operación tuvo como objetivo principal minar la moral de los gudaris y de un pueblo aguerrido y patriota, porque Gernika constituye uno de los símbolos más preciados de los vascos, por su legendario roble, que representa la tenacidad y firmeza su pueblo.
El reconocido pintor Picasso inmortalizó al poco tiempo de ocurrido este hecho desgraciado para la humanidad, con su famoso cuadro Guernica . Debemos mantener la memoria activa sobre el genocidio ocurrido en Gernika en el año 1937, tomar plena conciencia de las consecuencias que acarrean el horror y las prácticas violentas, y comenzar a transitar caminos que conduzcan hacia la paz definitiva.
Los símbolos, como el Roble de Gernika constituyen una referencia, y quizás este 72 aniversario del genocidio constituya una buena oportunidad para comenzar a tejer los mimbres necesarios entre la militancia abertzale, con el fin de lograr materializar los objetivos soberanistas de la nación vasca.
(Noticias de Navarra. 26 / 04 / 09)