En estos días pueblos y ciudades de Euskal Herria están asistiendo a un abanico de convocatorias de actividades diversas enmarcadas en la conmemoración de un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que tuvo lugar ayer.
Desde Ahaztuak 1936-1977, asociación en la que nos agrupamos víctimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista, queremos hacer un llamamiento a la ciudadanía vasca para recordar a las miles y miles de mujeres que nos han precedido en el camino y en las reivindicaciones, y de una forma muy especial a todas aquellas mujeres que en los años de la II República comenzaron a dar forma teórica y práctica a sus derechos negados y pisoteados reivindicando y logrando en 1931 por primera vez el derecho a votar, el derecho al divorcio en 1932... Construyendo paso a paso avances ideológicos, en pensamiento y en comportamiento, que pocos años mas tarde y en el fragor de la lucha popular contra el golpe fascista del 18 de Julio de 1936 tomarían carta de naturaleza mucho más clara. Nombres como Dolores Ibárruri, Casilda Méndez, Polixene Trabudua, Cecilia Guilarte, Julia Resano... y tantas otras fueron haciendo realidad en la práctica la igualdad de género, ocupando puestos de dirección y de creación en las milicias, en las formaciones políticas, en la cultura y la intelectualidad.
Tras la victoria de las tropas fascistas la lucha y la resistencia contra ese régimen no hubiese sido posible sin la incorporación y la aportación de las mujeres: resistentes, enlaces guerrilleras, guerrilleras ellas mismas, soporte fundamental de los centenares de miles de presos y represaliados políticos, esas "mujeres de los rojos" y de "los separatistas", que con una dignidad y un empeño inquebrantable fueron a menudo el único apoyo para las decenas de miles de familias que quedaron a su cargo tras el exilio o la muerte de sus maridos, padres o hermanos.
Por ello el 8 de Marzo, es en gran medida también el día de la memoria histórica democrática y antifascista de las mujeres vascas, de su lucha por conseguir sus derechos primero frente a una sistema afianzado en los prejuicios emanados por un sistema económico brutal y retrógrado y por una Iglesia medieval y después -cercenada ya de forma violenta y sangrienta por las potencialidades abiertas bajo la II República- por el régimen abiertamente fascista y el nacionalcatolicismo.
Pero no conmemoramos este 8 de Marzo desde una "memoria" ajena a la realidad y a la lucha actual de las mujeres. Rememorar y reivindicar las luchas y los avances de los años 30, de la efímera experiencia republicana, de la aportación de la mujer en la lucha contra el fascismo... es traducir esa determinación a la coyuntura actual, una coyuntura marcada por la feminización de la pobreza, por la polémica sobre el aborto y la intromisión -una vez más- de la Iglesia a través de la Conferencia Episcopal, de la Ley de Dependencia, del aumento de la tasa de paro femenina y de las sangrantes diferencias salariales respecto al hombre, de la violencia machista cuyas verdaderas y profundas raíces nacen en las entrañas del Sistema y de todos sus componentes y mecanismos de reproducción: económicos, educativos, ideológicos...
Por ello, desde esta perspectiva de la memoria histórica democrática y antifascista incorporando necesariamente la perspectiva de género, desde Ahaztuak 1936-1977 hacíamos también un llamamiento a sumarse como nosotros a las movilizaciones de ayer.
En recuerdo y homenaje a aquellas mujeres combatientes, milicianas, presas políticas en Saturraran, Amorebieta, Durango... En recuerdo y homenaje a todas las mujeres que con su lucha cotidiana han enfrentado históricamente uno de los rasgos de explotación mas brutales del modelo económico capitalista. En apoyo a las que hoy en día lo hacen.
Porque con la memoria de sus sueños perfilamos hoy nuestro futuro.
(Noticias de Gipuzkoa. 9 / 03 / 09)