El presidente del Congreso, José Bono, permanecía ayer cómodo con la cosecha de aplausos constantes gracias a sus elogios al coraje de los ex presos antifranquistas. Animado por el complaciente público -casi 400 ex reclusos políticos- dio un paso más y alabó "la lucha de aquellos que fueron privados de libertad por defender la legalidad".
¿La legalidad republicana? Antonio Molla, un veterano comunista, así lo entendió y replegó su bandera tricolor. Después gritó: "¡Viva la república!". Bono se lo pensó y criticó el vítor: "Condeno esta manifestación espontánea que quita valor a los que pasaron parte de su vida en la cárcel".
Los cerca de 400 veteranos de la represión franquista acudieron ayer al salón de las columnas del Congreso de los Diputados para recibir un homenaje y para reclamar una reparación moral. Entraron con esa intención y salieron indignados. La actitud del político socialista decepcionó a los que según dijo ayer el propio Bono "forman la historia de España".
Tras la polémica, el presidente del Congreso no acudió a la clásica fotografía de la visita al Congreso ni al posado junto a los leones de la Carrera de San Jerónimo. "Le ha faltado cintura", criticó Molla con su bandera al hombro. El "viva la República" del ex preso superó el límite por la izquierda que Bono puso al acto. Antes del suceso, el ex presidente de Castilla La Mancha destacó la "puesta en valor del sacrificio y entrega", de un grupo de gente que "no soportó la dictadura ni colaboró con ella". Con esta frase arrancó sonoros aplausos. Después, Bono se incluyó entre los luchadores por la democracia: "Algunos hemos alcanzado puestos de responsabilidad".
La visita al Congreso formó parte del homenaje que la asociación de ex-presos políticos antifranquistas celebró ayer en Madrid. Tras la tormentosa visita a la cámara baja, los autobuses repletos de veteranos represaliados y sus familiares se citaron en la localidad de Rivas-Vaciamadrid. En un polideportivo de este pueblo del este de Madrid gobernado por IU no había tabús con la tricolor. Sin embargo, los asistentes no hablaban de otra cosa. "No he visto lo que ha ocurrido, pero hay que destacar que el actual gobierno es el que más ha representado los valores republicano de igualdad, fraternidad, justicia o lucha por los derechos", afirmó Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE, presente en el acto.
"¿Yo soy ilegal?"
"Si hubiera estado aquí mi padre habría salido detenido. Habría pensado: ¿que yo soy ilegal?", reflexionó Matilde Pardo, hija de un represaliado valenciano. Por otro lado, los organizadores del homenaje lamentaron el incidente. "Simplemente, el compañero nos ha reventado el acto. No era el momento ni el lugar para sacar la bandera", comentó apenado Luis Pérez, secretario de la asociación.
El supuesto alterador disentía: "Bono ha estado dando pie durante todo el discurso y luego sale con la condena. No lo entiendo", analizó Molla. Orgulloso, se preguntaba si su bandera, con la que posó ante casi todas las cámaras digitales posibles, era la primera que había entrado en democracia en el Congreso de los Diputados. "Si es así, la meto en una urna", apostilló con su pin del Partido Comunista del País Valenciano.
Dejada aparte la polémica, el acto de Rivas permitió que cerca de 1.000 represaliados recordaran viejos tiempos en las cárceles de Soria, Burgos, Segovia o Carabanchel (Madrid). Una exposición titulada "De la represión al olvido" explicó la degradación de la cárcel de Carabanchel. Varios de los asistentes pudieron reconocerse en las fotos del penal. "Primero luchamos por no ir a misa y casi planeamos una fuga", recordó José Soriano, ex preso en Soria.
El hilo musical en el pabellón fue amenizado por Paco Ibáñez en su mítico concierto en el exilio de París con poemas de Gabriel Celaya. Todo un clásico. "Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos...". Eso debió pensar Molla cuando Bono le mandó callar "en la casa de todos".
(Público. 15 / 06 / 08)