Ayer, en la sede del Partido Comunista del País Valencià, compareció en rueda de prensa Antonio Moya, que estos días ha saltado a la fama por haber mostrado una bandera republicana en el marco de un homenaje a los represaliados y ex-presos políticos del franquismo. El presidente del Parlamento, José Bono, reprendió duramente a este luchador por la democracía ya que estaba haciendo algo “ilegal”, según afirmó. A Antonio Moya le acompañaron en su comparecencia Eduardo Alcazar, Cesar Llorca y Dionisio Vacas. Pero a dicha rueda de prensa como viene siendo normal en la ciudad de Valencia cuando convoca un partido de izquierda o movimiento social acudió ni uno sólo de los llamados “medios de comunicación”.
Antonio Moya quería aclarar determinadas informaciones en esos medios que, al parecer, no han tenido interés en profundizar sobre lo ocurrido el pasado sábado 14 en el Congreso de los Diputados. Lo primero que quiso explicar es que no había acudido a dicho homenaje ni había ondeado la bandera para “montar follón”. Moya reconoció que se sintió totalmente identificado con las primeras palabras del Bono, en este momento tan emotivo para él fue cuando decidió sacar de su mochila la bandera republicana, pues entendía que el Presidente del Congreso estaba defendiendo nuestra lucha y la recuperación de la República era una de ellas. Antonio Moya manifiesta que no lo tenía planificado, que llevaba la bandera republicana para exhibirla en una comida posterior que se celebraba dentro de la jornada de homenajes a los presos del franquismo. Recuerda nuestro protagonista que en toda fiesta de izquierdas las fiestas son actos reivindicativos, en nuestro caso lo de los ex-presos una de las cuestiones pendientes es la recuperación de la República.
Seguidamente intervino otro represaliado del franquismo, Dionisio Vacas, denunció el reduccionismo que la prensa había realizado de estos acontecimientos, no era “uno” el que había mostrado la bandera ni era “uno” el que había dado vivas a la República. También reconoce que todo ocurrió sin premeditación y con total espontaneidad. Dionisio Vacas denunció la falta de sensibilidad de Bono pues ante él había representados cientos años de cárcel, de torturas, de humillaciones y persecuciones y que durante su reprimenda amenazó a los homenajeados “espero que no se vuelva en contra de los invitados”, amenaza que no le sirvió de nada pues en la visita al hemiciclo, ya sin bandera que fue retirada por los servicios de seguridad, volvieron a vitorear a la república con los puños en alto.
Eduardo Alcázar, presidente de la "Asociación de Ex-presos y Represaliados Políticos Antifranquistas" del País Valencià reconoció que no fue nada preparado, que no conocían la intención de Antonio Moya de exhibir la bandera republicana pero que la asumen. Hizo pública la intención de su asociación de no tolerar sanción alguna contra Moya. También mostró su malestar por el desaire protagonizado por Bono que abandonó la sala nada más producirse el incidente sin acompañarlos a la visita ni hacerse con ellos la preceptiva fotografía. Recordó que los represaliados del franquismo siguen luchando por recuperar la llamada “memoria histórica” y especialmente seguirán luchando para que se anulen de oficio todos los juicios políticos del franquismo.
Antonio Moya quería aclarar determinadas informaciones en esos medios que, al parecer, no han tenido interés en profundizar sobre lo ocurrido el pasado sábado 14 en el Congreso de los Diputados. Lo primero que quiso explicar es que no había acudido a dicho homenaje ni había ondeado la bandera para “montar follón”. Moya reconoció que se sintió totalmente identificado con las primeras palabras del Bono, en este momento tan emotivo para él fue cuando decidió sacar de su mochila la bandera republicana, pues entendía que el Presidente del Congreso estaba defendiendo nuestra lucha y la recuperación de la República era una de ellas. Antonio Moya manifiesta que no lo tenía planificado, que llevaba la bandera republicana para exhibirla en una comida posterior que se celebraba dentro de la jornada de homenajes a los presos del franquismo. Recuerda nuestro protagonista que en toda fiesta de izquierdas las fiestas son actos reivindicativos, en nuestro caso lo de los ex-presos una de las cuestiones pendientes es la recuperación de la República.
Seguidamente intervino otro represaliado del franquismo, Dionisio Vacas, denunció el reduccionismo que la prensa había realizado de estos acontecimientos, no era “uno” el que había mostrado la bandera ni era “uno” el que había dado vivas a la República. También reconoce que todo ocurrió sin premeditación y con total espontaneidad. Dionisio Vacas denunció la falta de sensibilidad de Bono pues ante él había representados cientos años de cárcel, de torturas, de humillaciones y persecuciones y que durante su reprimenda amenazó a los homenajeados “espero que no se vuelva en contra de los invitados”, amenaza que no le sirvió de nada pues en la visita al hemiciclo, ya sin bandera que fue retirada por los servicios de seguridad, volvieron a vitorear a la república con los puños en alto.
Eduardo Alcázar, presidente de la "Asociación de Ex-presos y Represaliados Políticos Antifranquistas" del País Valencià reconoció que no fue nada preparado, que no conocían la intención de Antonio Moya de exhibir la bandera republicana pero que la asumen. Hizo pública la intención de su asociación de no tolerar sanción alguna contra Moya. También mostró su malestar por el desaire protagonizado por Bono que abandonó la sala nada más producirse el incidente sin acompañarlos a la visita ni hacerse con ellos la preceptiva fotografía. Recordó que los represaliados del franquismo siguen luchando por recuperar la llamada “memoria histórica” y especialmente seguirán luchando para que se anulen de oficio todos los juicios políticos del franquismo.
Cesar Llorca narró como, cuando Bono salió de la sala apresuradamente, le alcanzó para manifestar el desacuerdo con su forma de actuar y que le había faltado “mano izquierda” para lidiar con esta situación. Bono tras agradecerle sus observaciones le dijo que “da gracias que no he mandado desalojar el edificio” y que “a partir de ahora la Organización de Represaliados no volverá a entrar a esta casa”. Tras recordarle que esta organización defiende los intereses de un colectivo muy importante y que hay muchos asuntos pendientes de resolver, Bono dijo que a partir de ahora “se miraría muy bien el DNI de quienes quieran entrar aquí”.
Preguntamos a Antonio Moya si se sintió rechazado por el resto de sus compañeros por haber mostrado la bandera. Contestó que todo lo contrario, que aquello fue un clamor, todo el edificio le aplaudió y dieron vivas a la República. Es cierto que sólo un compañero le recriminó a título individual esta actitud, que le acusó de ir como “familiar” y le aclaró que no venía como familiar sino que también había sufrido directamente las cárceles, torturas, la aplicación de la Ley Antiterrorista, un año escondido en la clandestinidad y más de 30 sanciones de empleo y sueldo, una de ellas de seis meses, por defender la libertad sindical. Moya cuenta que después de hacerse público el incidente ha recibido múltiples muestras de solidaridad en este momento, mientras celebrábamos la rueda de prensa, ha recibido un SMS de un compañero de trabajo en el que le felicita por que ese es el camino por donde debe ir nuestra lucha.
Fueron preguntados sobre qué impresión les causaba que un político como Bono protegido por el franquismo (su padre era alcalde falangista y estudió en la exclusiva Universidad de Deusto) y que no pisó una comisaría durante la dictadura, reprendiera a unos luchadores que conocieron las cárceles y la tortura en la lucha por la democracia. Cesar Llorca contestó recordando que Bono se impuso otra vez una medalla a sí mismo, pues en su discurso dijo que “algunos de aquellos luchadores habíamos alcanzado altos puestos de representación como yo”.
Terminamos preguntando si tenían noticia que se hubiese iniciado algún expediente sancionador o causa penal contra Antonio Moya, contestó que no, pero que le había multado el Ayuntamiento de Valencia por pintar un mural en un solar abandonado pidiendo el voto para Esquerra Unida en las últimas elecciones.
(La República. 17 / 06 / 08)