Gracias al IV Club de Debate dedicado a la Recuperación de la Memoria Histórica (organizado por Diario de Noticias de Álava , Cadena Ser y Artium), Vitoria-Gasteiz ha sido punto de encuentro de muchos sentimientos. Para las víctimas de la represión franquista, para los familiares de los asesinados y desde luego para todas las personas que participamos en Ahaztuak 1936-1977, estos sentimientos no son una cuestión exclusiva del terreno personal o familiar, si no que son realidades que reflejan un modelo de Estado construido sobre la Impunidad.
Aunque cada vez somos más las voces que nos revelamos contra el olvido y el silencio impuesto por una dictadura fascista primero y por una atado y bien atado después, nos queda mucho camino por recorrer. Paco Etxebarria lo explicó magistralmente en la primera cita de las conferencias del Club de Debate: la cadena a la que hemos sido sometidos comienza con el Miedo de una primera generación de víctimas, que inculca el Silencio a la segunda, esto supone la Ignorancia de la siguiente que consigue finalmente la Ocultación, incluso la Negación de lo ocurrido porque paralelamente la versión oficial ha distorsionado su propia historia reciente. Por mucho que nos esforcemos en nadar contra la corriente oficial de anestesia colectiva, muchos de los que ahora reciben la denuncia son incapaces de ver la verdadera dimensión del Genocidio franquista y lo que es peor, no terminan de visualizar que los problemas de salud que sufre el enfermo son consecuencia de aquel virus fascista que comenzó en 1936. El enfermo al que me refiero es el Estado español.
A lo que nos enfrentamos pues, es a una estrategia de Represión e Injusticia desarrollada durante décadas que machaca y condiciona toda estructura democrática que pretendamos construir hoy. Franco murió en la cama en 1975 pero el franquismo sigue coleando, muchas de las cadenas de la dictadura siguen atándonos y bien atándonos. Por eso tenemos que seguir dando pasos para conseguir desatarnos. Las herramientas necesarias son la Verdad y la Justicia, para lo cual hacen falta valentía y compromiso, en todos los ámbitos. Desde la calle hasta en las instituciones, en todos los escenarios se pueden dar pasos firmes para acabar con tanta Injusticia, solo hace falta voluntad.
Ahora que ya han iniciado las obras del Memorial a los represaliados por el franquismo impulsado por la Diputación de Araba, tenemos una gran oportunidad en Gasteiz para avanzar en la buena dirección. Quiero recordar la propuesta que hicimos desde Ahaztuak 1936-1977 al respecto, para que en dicha escultura sean incluidos todos los nombres de las víctimas de la represión franquista en Araba.
Hemos visto con nuestros propios ojos en otros espacios públicos donde el familiar de un desaparecido puede tocar el nombre de su ser querido, desde Sartaguda hasta Argentina, que el efecto es reparador porque existe un vacío de reconocimiento que es necesario llenar. A eso nos referimos, pero no sólo para poder homenajear así públicamente a esos cientos de alaveses exterminados por el fascismo; primero con fusilamientos extrajudiciales, paseos y desapariciones forzosas, después con consejos de guerra sumarísimos y penas de muerte. No sólo para que los familiares de los desaparecidos, de esas personas sin tumba, tengan un lugar donde acudir. El homenaje público a los nombres de estas víctimas es necesario para divulgar la verdad de lo ocurrido en Araba, la recuperación de la memoria histórica requiere gestos de valentía y medidas reales como la que proponemos.
Tenemos que saber que hoy, al igual que ayer y mañana, cuanto más avancemos más obstáculos van a aparecer. No creo que en los tribunales españoles investiguen nunca los crímenes del franquismo, ahora parece un horizonte muy lejano pero veo más fácil que alguien acabe investigando a los tribunales españoles por todos los desmanes cometidos en los últimos 70 años. Mientras tanto, tenemos que continuar luchando contra el franquismo, con todos los nombres y con todas nuestras fuerzas.
(Noticias de Alava. 30 / 05 / 09)