EL 16 de mayo de 2009 se inauguró en la carretera que va de Irurita a Eugi, en el puerto de Artesiaga, una escultura en homenaje a los presos antifacistas que construyeron entre 1939 y 1941 esta carretera. El homenaje fue organizado por el Ayuntamiento de Baztan, el pueblo de Irurita, la asociación Memoriaren Bideak y el instituto Gerónimo de Uztariz. El día 17 de mayo, tras sufrir un ataque, el monumento amanecía con serios desperfectos, lleno de pintadas y otros rastros de vandalismo.
Una parte de la Navarra del alzamiento no ha digerido la historia. De cuando en cuando los gases provocados por esa digestión obstruida e inacabada estallan violentamente llenando el aire de pestilencia. Otras veces sus nocivos efectos son silenciosos y casi imperceptibles. Pero lo uno no puede entenderse sin lo otro. El origen es el mismo: la secreta seguridad del valor que tuvo la victoria .
Nos lo acaban de recordar un puñado de fascistas: Irebazi giñun eta beti irebeziko (Vencimos y siempre venceremos ) han dejado escrito en el monumento que apenas un día antes habíamos inaugurado en homenaje a quienes sufrieron la represión franquista. Los trabajadores forzados, que abrieron a golpe de pico la carretera NA-1740 de Irurita a Eugi, padeciendo la crueldad de sus verdugos y los rigores extremos de las estaciones, merecían este acto de reparación por parte de la sociedad civil; un homenaje gestado desde abajo, desde asociaciones y ayuntamientos, y patrocinado por el ministerio de la Presidencia. El ataque que sufrió el monumento inaugurado el 16 de mayo de 2009 y las amenazas garabateadas en él constituyen una verdadera apología del terrorismo, y reflejan el odio y la cobardía de los herederos emboscados de aquel régimen de terror.
La fútil notoriedad alcanzada por este grupúsculo, que al menos ha servido para que un medio escrito de amplia tirada se haga eco indirecto y tardío de aquel homenaje, es impotente ante la fuerza de los hechos. Y éstos hace años que han dejado en evidencia la ominosa y cruel inutilidad de aquella sangrienta sublevación. Tras muchos años de celebración de los caídos por Dios y por España , toca ahora reparar tantas décadas de olvido y sufrimiento de las víctimas del franquismo. Quizás así algún día no muy lejano unos y otros podrán formar parte de una común memoria, una memoria documentada que reconozca e identifique el dolor padecido y el dolor causado. Para llegar a eso quienes creyeron, y todavía secretamente creen en una única y verdadera Navarra laureada, deberán terminar su digestión de la historia.
(Noticias de Navarra. 22 / 05 / 09)