martes, mayo 05, 2009

CARMEN DOMINGO: "La mujer sigue presa de los cuarenta años de franquismo y de los veinte siglos anteriores"

"La mujer en la postguerra, algo más que coser y cantar' ¿Por qué este título?

Para demostrar que, a pesar de que nos quisieron dejar sólo cosiendo y cantando, en la postguerra hubo mujeres que hicieron algo más.

Imagino, que les debemos mucho.

Mucho y nada porque, en realidad, no pudieron hacer todo lo que quisieron, por lo que podemos extraer muy pocas enseñanzas.

Una etapa perdida para la mujer.

Sí, totalmente.

Mas aún viniendo de la II República, donde sí fue protagonista.

Efectivamente, el contraste es aún mayor, incluso en la Guerra Civil tuvo un papel relevante.
Sin embargo, intentan vendernos el presente como la única época de democracia y libertades. Por supuesto, interesa decir que somos supermodernos y que podemos hacer de todo cuando no es así, lo que sucede es que tenemos un sistema paritario que obliga.

Sin cuotas que cumplir, no se echaría mano de tantas mujeres.

Seguro. Lo que pasa es que desde hace siglos hay mucho hombre inútil que está ahí porque sí; puestos a coger hueco, hagámoslo todos.

Ya me he hecho un lío. La mujer avanza o como en la postguerra corre el riesgo retroceder.

La verdad es que soy un poco derrotista en este terreno. España va siempre dos pasos hacia delante y cinco hacia atrás. No sólo porque se vuelva a valores más conservadores, que en cualquier caso es una opción, sino porque se cobra menos, las jornadas de trabajo son mucho peores, reivindicar una baja se toma como una estafa al empresario y para que haya mujeres en puestos directivos necesitamos una legislación que lo así lo marque.

Y, ¿cómo era esa desconocida mujer de la postguerra?

Son muy distintas unas de otras, no podemos hablar de un solo modelo. De una lado está la mujer de la postguerra en el exilio, reivindicativa y luchadora, que se implica, escribe libros, colabora; en segundo lugar, la que se queda en casa, bien porque tiene a la familia encarcelada o porque no le dejan trabajar y, por último, la mujer en la cárcel que, aunque quiera hacer cosas, no puede.

En definitiva, mujeres reprimidas por ley a las que no se les permite ni tener una cuenta corriente.

Reprimidas por la ley y por la Iglesia Católica, que condiciona el poco margen que deja el franquismo. A la mujer se le podía condenar por adulterio y al hombre no, a las prostitutas se les castigaba, pero no a los clientes y, por supuesto, no era el legal el aborto, que sí lo fue en la II República. En realidad, la Iglesia está haciendo hoy lo mismo que en los años 40, ha cambiado muy poquito.

Mujeres reprimidas por ley y sumisas, sometidas al marido durante años. Difícil adaptarse a los tiempos actuales para ellas.

Sometidas al marido hasta el punto de que cuando se casaban tenían que dejar el trabajo. En realidad, estas mujeres no se han adaptado... si durante cuarenta años te dicen que eres nula, que no tienes derecho de opinión, que debes vestir de determinada manera... ¿cómo vas a ser capaz de cambiar el chip? Y tampoco la sociedad les deja, porque está organizada para que el hombre tenga un papel determinante, de lo contrario, se cree que le estás quitando el puesto.

Vamos, que ni de mayores se les deja vivir la juventud arrebatada.

Creo que no, el hecho de que una mujer pueda comprarse un jersey o entrar en una pizzería no significa que viva bien.
De hecho, han transmitido a sus hijos parte de esa represión.

Totalmente porque sólo conocían ese tipo de educación. Resulta difícil salirse de ese círculo vicioso, incluso hoy en día se ve de diferente manera a un soltero que a una soltera, la gente comenta cómo viste la vicepresidenta Fernández de la Vega, pero no cómo lo hacen Zapatero o Bono... Todo ello dice mucho de cómo está la sociedad.

Represión, sobre todo, en las relaciones sexuales y de pareja.

Las relaciones de pareja fueron condicionadas, penalizando todo aquello que no estuviese dirigido hacia la procreación. La mujer tenía la obligación de acostarse con su marido para cubrir sus necesidades y nadie pensaba en las de ella. Pero ahora sigue siendo poco más o menos igual.

¿Puede decirse que los malos tratos que hoy sufren muchas mujeres mayores son fruto de aquella educación represiva y machista?

No me atrevería a decir tanto, pero hay bastante relación.

También hay chavalas jóvenes víctimas de la violencia machista.

Cierto. Han sido educadas por unas madres que mantienen los roles. Insisto, las sociedades monoteístas tienen un grave problema con el rol hombre-mujer, en una religión como la nuestra donde todo depende del hombre, empezando por Dios, la mujer queda en un segundo plano. De hecho, el maltrato de género no se da al mismo ritmo en las sociedades budistas o sintoístas.

Al final, la mujer sigue presa de cuarenta años de franquismo.

De esos cuarenta años y de todos los siglos anteriores porque, en el fondo, lo que el franquismo hizo es recuperar la tradición del XIX. Repetimos roles de veinte siglos.

Aun así, podemos gritar: 'Mujer: tu futuro no ha caducado'

Claro, siempre estamos a tiempo de corregir, otra cosa es que la gente se atreva, le apetezca, quiera, lo vaya a hacer o tenga tiempo.
(Noticias de Alava. 5 / 05 / 09)