lunes, junio 15, 2009

TRANSICIÓN CONTINUISTA. Artículo de opinión de Andoni Pérez Cuadrado

El Tribunal Constitucional ha anulado la sentencia del Supremo que ilegalizaba la candidatura de Iniciativa Internacionalista al considerar que tal sentencia se basaba en la falta de pruebas. Ello nos recuerda los peregrinos argumentos utilizados por el franquismo. Sirva un ejemplo: Dolores Clemente, andaluza, fue ejecutada por su pasado "bolchevista" (sic) por lo que seguramente intervino en cuantos hechos anormales ocurrieron en su pueblo. ¿Pruebas?, ¿para qué? La palabra seguramente era suficiente argumento. La justicia española actual sigue el mismo criterio al inventar el entorno etarra e incluyendo en el mismo todo aquello que no cuadra a sus principios, presuntamente democráticos.

La falta de una transición democrática dejó en pie muchos de los tics de actores directos de un régimen dictatorial que para lavar su imagen se sacaron de la manga una mala réplica de falso arrepentimiento, enarbolando como amnistía lo que no era si no el olvido de su horrendo pasado, algo que podríamos dar por bueno si de verdad hubiera habido cambios sustanciales.

Los Principios Fundamentales del Movimiento ayer y la Constitución española hoy imponen por igual la sagrada unidad española con el Ejército como garante. Las Cortes franquistas guardaban el mismo respeto a la diversidad regional que las autonomías actuales. Los ministros de Gobernación de entonces y los delegados de Madrid actuales están obsesionados con el orden y la seguridad; aquellos con los grises y la político-social , hoy sustituidos en parte por sofisticados artilugios, cámaras de vigilancia por doquier, controles, datos personales archivados en diversas instancias, etc. con parecida inseguridad ciudadana. Vitoria-Gasteiz acaba de crear una brigada de la policía municipal que podrá "identificar y cachear a presuntos sospechosos". A eso estuvimos sujetos durante la dictadura. El cierre ilegal del diario Egin guarda un verdadero paralelismo con el derribo del diario Madrid . El temido Tribunal de Orden Público perseguía la libertad de expresión, asociación y propaganda con la misma intensidad que la actual Audiencia Nacional con la Ley de Partidos.

Aquella derecha, protagonista de escándalos y chanchullos económicos, con Matesas y similares, dan paso a los Gürtel actuales y, en menor medida, se les suman los socialistas, herederos de aquellos que ondeaban banderas republicanas y presumían de honestidad centenaria.

(Noticias de Alava. 15 / 06 / 09)