viernes, junio 26, 2009

EL OLVIDO ESTA LLENO DE MEMORIA. Artículo de Iratxe Fresneda, periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto/ una cosecha de la nada y, sin embargo, el olvido está lleno de memoria». La memoria de aquellos que desean que la verdad se conozca, que la historia deje de repetirse, que no se perpetúen las injusticias y los ejecutores dejen sus tronos. En los tiempos en los que la poesía se diluye, en estos raros días en los que Benedetti nos deja huérfanos, la vida sigue sin detenerse dejando entrever, de vez en cuando, atisbos de humanidad en un mundo caníbal.

Mujeres y memoria histórica, difícil tarea la de relatar aquello que la sociedad desea olvidar. Las mujeres, sus historias personales y colectivas, rara vez han adquirido protagonismo. Un protagonismo desgraciado el de aquellas que durante el franquismo pasaron parte de sus vidas encarceladas, entre ellas, las presas políticas de Saturraran. Allí sufrieron condena entre 1938 y 1943 miles de mujeres de todo el Estado español, ellas y sus hijos. Y aquí también fallecieron hacinadas, castigadas, olvidadas...

177 personas murieron en Saturraran. Otras, acabaron sus días fuera, pero sus mentes seguramente no olvidaron, siguieron siendo presas de su memoria.

Y, lo queramos o no, aunque todos los elefantes se reúnan para olvidar, siempre quedará alguno que recuerde, siempre quedará alguno con ganas de contarnos lo que pasó.

Porque necesitamos contar y que nos cuenten, necesitamos saber, aunque nos pese.

Porque el saber sí ocupa lugar en nuestras mentes, las hace más pesadas, menos inocentes. Me pregunto qué es lo que habrá movido a Mikel Rueda a rodar la historia de las mujeres de Saturraran. Me pregunto también cuál será el resultado de su aventura mientras le agradezco el intento de rescatar esta tragedia del olvido. Necesitamos saber lo que pasó, ellas merecen que se sepa, tienen derecho. Porque no olvidemos que la memoria nos salva de nosotros mismos, siempre cerca, marcando nuestro presente y nuestro futuro. Desmemoriarse a veces sería un alivio; otras, un castigo. ¿Qué seríamos sin recuerdos?, ¿qué seríamos sin historia?, ¿qué seríamos sin memoria?...

«Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto/ una cosecha de la nada y, sin embargo, el olvido está lleno de memoria».

(Gara. 26 / 06 / 09)