Tras un áspero debate, la Cámara baja uruguaya dejó anoche sin efecto la norma de amnistía de los crímenes cometidos en la dictadura (1973-1985), conocida como ley de caducidad, que había sido ratificada en dos referéndums en 1989 y 2009.
El proyecto de ley que declara inaplicable la ley de caducidad, impulsado por el bloque oficialista de izquierda Frente Amplio (FA), fue aprobado con el voto favorable de 50 de los 80 parlamentarios que asistieron a la sesión tras casi 12 horas de debate. Los 30 blancos, independientes y colorados votaron en contra.
La norma debe ser ahora ratificada en el Senado, donde el oficialismo podría tener dificultades para alinear a su bancada, dado que dos legisladores del Frente Amplio afirmaron que se opondrían a la derogación de la ley. Sin embargo, fuentes del oficialismo dijeron que la norma será ratificada en la Cámara alta. La derecha, por su parte, no se da por vencida. Pablo Abdala, diputado del opositor Partido Blanco, ha declarado: “Aspiro a que el Frente Amplio recapacite y que en el Senado se corrija el error que se comete en la Cámara de Diputados. También aspiro a que el presidente (José Mujica) y el vicepresidente (Danilo Astori) recuerden sus propias palabras de no hace mucho, de que los pronunciamientos populares pesan” (en alusión a que la norma fue respaldada por el voto popular en los dos referéndums).
La ley de caducidad impide juzgar a militares y policías por los crímenes de lesa humanidad cometidos bajo la dictadura (1973-1985).
Al discutir este miércoles un proyecto que pretende declarar inaplicable la Ley de Caducidad, los diputados de todos los partidos políticos se enfrascaron en discusiones del pasado, que derivaron en el Pacto del Club Naval, la salida de la dictadura y la posición de los líderes partidarios en este momento. Las fuerzas se midieron con intensidad, hubo gritos y reproches; la tensión sobrevoló en toda la jornada. Mientras, desde las barras, un puñado de activistas de los derechos humanos seguían en silencio el debate y afuera otros mostraban pancartas.
La coalición de izquierda del Frente Amplio comenzó a rebatir el principal argumento de los partidos fundacionales, referente a la doble legitimidad de la norma que amnistió a militares de la última dictadura (1973-1985). El diputado Jorge Orrico (Asamblea Uruguay) aseguró que un referéndum no puede “blanquear” la inconstitucionalidad de una norma y además, advirtió de los juicios que recaerán sobre el Estado en caso de seguir vigente la ley.
Gustavo Borsari (Herrerismo), por su parte, respondió al cruce con cuentas del pasado y apeló al Pacto del Club Naval. Para el legislador la “impunidad” salió de aquel encuentro entre militares, Partido Colorado, Unión Cívica y Frente Amplio, aunque reconoció que su partido se “hace cargo” de la Ley de Caducidad. El diputado nacionalista sacó de su pupitre una montaña de recortes de diarios de la década del 80, cuando en el Parlamento se aprobó la Ley de Caducidad y luego se mantuvo con el plebiscito. En ese punto, Borsari compartió argumentos del general Líber Seregni a favor del pronunciamiento popular.
José Bayardi (Vertiente Artiguista) intervino para denunciar una supuesta maniobra de la mayoría blanca y colorada de la Corte Electoral en el momento de organizar el referéndum de 2009. A su juicio, no existió papeleta por el “NO” a propósito, y por eso no se alcanzaron los votos necesarios para derogar la norma.
Mientras tanto, el diputado colorado Fitzgerald Cantero (Vamos Uruguay) dijo que le gustaría saber la postura del presidente José Mujica. Sin embargo, apeló al libro “Pepe Coloquios” –editado en plena campaña electoral de 2009- para recordar las polémicas declaraciones del actual mandatario . En caso que el gobierno promulgue la ley que ahora el oficialismo pretende aprobar, la posición de Mujica será clara, a juicio de Cantero. Por otra parte, el diputado oficialista Carlos Gamou (CAP-L) dijo que votaba el proyecto por “disciplina partidaria”.
Luego, el debate siguió por los mismos derroteros. Tras el cuarto intermedio del mediodía, había treinta peticiones para tomar la palabra. Entrada la noche, el diputado Pablo Pérez (Alianza Progresista) leyó la declaración de su agrupación para argumentar en contra de la iniciativa pero anunciar –por disciplina partidaria- el voto a favor. “Votamos afirmativamente cumpliendo con la decisión del FA, fortaleciendo la unidad de acción interna”, dijo.
Más tarde emocionado hasta las lágrimas el diputado del FA Darío Pérez recordó cómo se torturaba en la dictadura. “No hay rencor, en mi fuero íntimo solo quiero que pasen por el juzgado los que hicieron eso; se me aprieta el corazón”, dijo y sus palabras fueron recibidas con los aplausos de las bancadas.
A las 22 en punto la Cámara de Diputados aprobó con 50 votos de los 80 legisladores presentes el proyecto de ley.
(Nueva Tribuna. 21 / 10 / 2010)