domingo, abril 27, 2008

EL GUDARI SASETA VUELVE A CASA


71 primaveras han tenido que pasar antes de que el gudari hondarribiarra, Kandido Saseta, pudiera regresar a la tierra que le vio nacer. Abatido el 23 de febrero de 1937 por las tropas nacionales en las campas de la localidad asturiana de Areces junto a otros ochenta soldados, ocho largos años de ardua búsqueda e investigación dieron el pasado marzo con los restos mortales de este comandante de las milicias vascas, hallados en una fosa común.

Sasetaren Aldeko Taldea, Ahaztuak 1936-77, la fundación Telesforo Monzón y los ayuntamientos de Hondarribia y Gernika, así como los propios familiares de Saseta, quisieron que ayer, coincidiendo con el 71 aniversario del bombardeo de Gernika, se realizara un sentido homenaje al comandante en jefe de Eusko Gudarostea, primero en Gernika -donde se le concedió a título póstumo el premio por la Paz y la Reconciliación- y por la tarde en su localidad natal, Hondarribia, donde finalmente recibió sepultura en el cementerio municipal.

El sol se agarraba con fuerza a los tejados de Hondarribia cuando cientos de personas se encontraron en la calle Mayor. Los sobrinos del miliciano vasco, Jon y Unai De Luisa Saseta y Arantza Saseta, así como sus amigos, simpatizantes y representantes institucionales, como el alcalde de Hondarribia, Aitor Kerejeta, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y la portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, entre otros, acudieron para ofrecer un último adiós, esta vez en mayúsculas, al gudari. Varios turistas se sobresaltaron cuando un respetuoso silencio tomó repentinamente la calle ante la presencia de la kutxa con los restos mortales de Saseta, que fue conducida por sus familiares al Ayuntamiento, donde se le ofrendó con un aurresku, y en cuya abarrotada sala capitular tuvo lugar el acto oficial en honor a su figura.

Kerejeta, Azkarate, Olano y el propio sobrino del gudari, Jon De Luisa, resaltaron la importancia de la figura del comandante vasco para la memoria de Euskal Herria, la excepcionalidad de su carácter y de su lucha por la paz, la democracia y la libertad.

Gudaris y no gudaris

Kandido Saseta fue encargado de organizar las milicias vascas de las que más tarde pasaría a ser jefe. Falleció en febrero de 1937 en la Guerra Civil en Asturias, comandando la expedición de la Segunda Brigada de la columna expedicionaria formada por los batallones vascos Amaiur, Euzko-Indarra, Ariztimuño, Prieto y Perezagua, que había acudido a combatir al frente asturiano.

El diputado general destacó la importancia de mantener «la historia y la memoria», ya que «Franco durante su dictadura nos la quiso robar», pero recalcó, no obstante, que Saseta y los gudaris del 36 «luchaban por la democracia y a las órdenes de las fuerzas democráticas. No hay ningún lazo ni ninguna relación entre ETA y estos gudaris», sentenció en este sentido, «ya que ETA se enfrenta a la voluntad de su pueblo y a las fuerzas democráticas». Estas palabras provocaron la protesta de algunos de los presentes. Por otra parte, el sobrino de Saseta agradeció el apoyo recibido, y quiso transmitir a los hondarribiarras «lo importante que es para su familia el que por fin podamos enterrar a nuestro tío en su ciudad natal». Recordó, además, que el sueño de Saseta era «la formación de la República Vasca».

El sol aún atizaba con fuerza cuando hacia las seis de la tarde una multitud acudía al cementerio municipal para dar sepultura a Saseta. Tras el responso ofrecido en la capilla por el párroco de Hondarribia, Martín Iturbe, personas de todas las edades, cargadas de claveles rojos, y entre los cantos del coro Olagarro y las danzas de Kemen Dantza Taldea, recordaron a Saseta. La familia, abiertamente agradecida por las muestras de cariño recibidas, recordó algunas de las anécdotas que las hermanas del homenajeado narraban, «cuando podían, pues las lágrimas las asaltaban». Rememoraron, por ejemplo, el cartel que Saseta colocó en la puerta de su oficina en el cuartel oficial español en África, y que rezaba, en euskera: «Será aceptado todo vasco que entre aquí, y se hablará en euskera como en casa».

(Diario Vasco. 27 / 04 / 08)