Ahaztuak 1936-1977 subrayó que, para las víctimas del franquismo y los colectivos que trabajan por la recuperación de la memoria histórica democrática y antifascista, fechas como el aniversario de las muertes de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera se convierten «en referenciales para socializar la denuncia política de la dictadura y seguir reivindicando las demandas aún pendientes de verdad, justicia y reparación». La asociación de víctimas del golpe de estado, de la represión y del franquismo incidió en que este 20 de noviembre llega a tres semanas de que el Parlamento español aprobara la Ley de Memoria Histórica, «que mantiene con plena validez jurídica las condenas dictadas por el régimen franquista, continuando la impunidad de sus crímenes de lesa humanidad».
A la falta de justicia hacia los represaliados, el colectivo enfrenta el cúmulo de agresiones fascistas que vienen sufriendo desde hace varios meses en todo el Estado español organizaciones juveniles, políticas, sindicales, o personas de izquierda, inmigrantes y homosexuales. La expresión más brutal de esa campaña -en su opinión- fue la muerte el 11 de noviembre en Madrid a manos de un fascista, identificado posteriormente como militar, del joven antifascista Carlos Javier Palomino. Tras esta muerte, que Ahaztuak 1936-1977 califica de «crimen político», censura la reacción de algunos medios de comunicación criminalizando al movimiento antifascista. Además, hace lo propio con las instancias gubernamentales españolas, que prohibieron las movilizaciones de protesta por el «asesinato» de Palomino, permitiendo, en cambio, las convocadas por la extrema derecha española. «Las expresiones apologéticas de la dictadura desarrolladas este fin de semana en el `Valle de los Caídos' o en la madrileña Plaza de Oriente deben hacernos reflexionar acerca de la realidad, las derivaciones y consecuencias reales políticas y sociales de esa aparente entelequia llamada franquismo sociológico que, sin embargo, sigue condicionando de forma inadmisible los derechos de organizaciones y ciudadanos, coartando, amenazando, y más aún asesinando», manifiestan. Así, critican que la ultraderecha española homenajee «con total impunidad» a Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, «un general golpista, `caudillo' de la dictadura que se prolongó durante cuarenta años y al principal ideólogo de Falange Española y de la JONS, partido fascista que fue el principal elemento ejecutor del genocidio político que causó la muerte y la desaparición de decenas de miles de personas de izquierdas, nacionalistas o democratas por toda la geografia del Estado español».
La asociación estima que «el 20-N debe ser un espejo donde se proyecte la reivindicación de verdad y justicia para las víctimas del franquismo y de un auténtico sistema democrático. No podemos callar -remarcan desde Ahaztuak-, nadie puede mirar hacia otro lado en un estado en el que, por ejemplo, mientras un dictador disfruta del mayor mausoleo fascista de Europa, decenas de miles de víctimas de desapariciones forzosas y ejecuciones extrajudiciales continuan perdidas, enterradas en cunetas y fosas comunes». Este colectivo considera importante la movilización para homenajear a Carlos Javier Palomino y denunciar el apuñalamiento hace tres jornadas, en Valencia, del inmigrante Raoud Daoun. Se suma así a la concentración de hoy, a las 18.00, frente al teatro Arriaga, a convocatoria de la Asamblea Antifascista de Bilbo.
La asociación de víctimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista de Euskal Herria insiste en que ante la llegada del 20 de noviembre no se puede callar y no hay que mirar hacia otro lado, especialmente tras las exhibiciones y actitudes adoptadas por la ultraderecha española que, con el «beneplácito» de las autoridades, «campan a sus anchas».
("Gara"-20-11-2007)