Las obras de mejora, limpieza, acondicionado y seguridad del fuerte de San Cristóbal, llevada a cabo por el Ministerio de Defensa en colaboración con el Gobierno de Navarra que ha supuesto un desembolso de 500.000 euros, se han saldado con la eliminación de todos los elementos expresamente construidos en su día para convertir el fuerte en una de las prisiones de mayor dureza del régimen franquista, destruyendo así un poco más de la memoria histórica.
Durante estas obras se han derribado todos los muros que conformaban la estructura carcelaria como son: el muro de entrada a la prisión que delimitaba el patio de la zona de pabellones y brigadas y la zona de entrada para los familiares que acudían a visitar a sus presos. También se ha derribado lo que quedaba de la estructura de la cocina que, aunque estaba derribada se mantenían los muros que dejaban constancia de lo que ese espacio había albergado durante más de una década. Las estancias por las que no se realiza la visita se han mantenido intactas como es el caso del locutorio y de la brigada número uno (semienterrada) en la que se conservan escritos realizados por los propios presos. Las asociaciones que trabajan por la recuperación de la memoria histórica temían que se hubiera pintado por encima de estas escrituras pero, según las informaciones de los militares que custodian el fuerte (en la visita no se puede acceder ni salirse del recorrido marcado), siguen ahí.
Durante estas obras se han derribado todos los muros que conformaban la estructura carcelaria como son: el muro de entrada a la prisión que delimitaba el patio de la zona de pabellones y brigadas y la zona de entrada para los familiares que acudían a visitar a sus presos. También se ha derribado lo que quedaba de la estructura de la cocina que, aunque estaba derribada se mantenían los muros que dejaban constancia de lo que ese espacio había albergado durante más de una década. Las estancias por las que no se realiza la visita se han mantenido intactas como es el caso del locutorio y de la brigada número uno (semienterrada) en la que se conservan escritos realizados por los propios presos. Las asociaciones que trabajan por la recuperación de la memoria histórica temían que se hubiera pintado por encima de estas escrituras pero, según las informaciones de los militares que custodian el fuerte (en la visita no se puede acceder ni salirse del recorrido marcado), siguen ahí.
Desfigurar la memoria
Estos procederes en la realización de las obras fueron tomadas con desilusión por parte de aquellos que luchan porque no se olvide lo que ocurrió en San Cristóbal. "Las obras lo que intentan es recordar los aspectos más militares del fuerte y desfigurarlo como prisión que al final es desfigurar la memoria histórica al quitar esa obra que se hizo para convertirlo en prisión. Realmente tan valido sería mantener esos arreglos que se hicieron para convertirlo en prisión como los que se hicieron para que fuera fuerte", dijo Iñaki Alforja, director del documental Ezkaba, la gran fuga de las cárceles franquistas y co-autor del libro Fuerte de San Cristóbal,1938. , quien añadió que "ofrecen una visión que no se corresponde con la realidad, se opta por un modelo de no recuperación de la memoria histórica".
Desde la asociación Txinparta están preparando un impreso para repartir entre los visitantes durante el próximo fin de semana en el que se explican todos los elementos que se han eliminado de la visita y los hechos que se están intentando ocultar. Koldo Pla, de la asociación y concejal de Ansoáin por NaBai afirmo que en el impreso se explicará que están visitando un campo de concentración que produjo más de 700 muertos, que si bajan al cementerio de las antenas que tiene debajo 235 muertos, que hay otros muchos por toda la ladera del monte y otros datos que quedan fuera de la explicación en la visita guiada.
"Nuestra mayor vergüenza es que la subvención con la que se ha costeado la obra sale de una moción que presentó NaBai a los presupuestos del estado en la que se requería el dinero para obras de limpieza y de eliminación elementos de peligro. Se consiguió esa partida y lo que han hecho realmente con ella ha sido todo lo contrario a lo que habíamos pedido; se han cargado las paredes de cierre y mucho nos tememos que con el blanqueo de paredes se hayan cargado las pintadas que habían hecho los propios presos", dijo Pla que se mostraba indignado por la transformación. "Lo lógico hubiera sido que en un acto de sensibilidad con lo que pasó, los militares hubieran invitado en primer lugar a las personas que estuvieron ahí presas. El problema es que han puesto al zorro a cuidar a las gallinas porque es un fuerte que los militares deberían que ceder para el patrimonio común y lo que ha hecho el Gobierno ha sido dejarles a ellos que hagan la reforma, no tiene sentido, lo consideramos una burla a NaBai, una bula a los que estuvieron dentro y una burla a todos los que estamos trabajando por la recuperación de la memoria histórica. Quieren convertirlo en lo que nunca ha sido", concluyó Koldo Pla.
La Asociación de familiares de Fusilados de Navarra ya advirtió que es "imprescindible que se tenga en cuenta la memoria histórica".
(Noticias de Navarra. 7 / 06 / 09)