sábado, septiembre 12, 2009

LA LINEA DE LA SALVACIÓN

Pugna quin percutias. Lucha sin armas. Ése fue el santo y seña de la Red Comète que entre 1941 y 1944, en pleno apogeo de la contienda que resquebrajó el orden mundial, actuó a salto de mata entre Hegoalde e Iparralde poniendo a salvo a centenares de aviadores atrapados en territorio enemigo. Suyas fueron algunas de las gestas más épicas de la resistencia antinazi en la Europa ocupada y, por ese motivo, la Sociedad en Memoria de las Líneas de Escape (ELMS) recordará este fin de semana a todos aquellos que ayudaron a cruzar el río Bidasoa a 228 personas y mostrarles el camino de vuelta a su país de origen para seguir combatiendo o, simplemente, para vivir.

A esta conmemoración, que cumple su vigésima edición, acudirán, como en años anteriores, una representación de los antiguos aviadores compuesto por familiares y amigos que realizarán a pie las dos etapas que separan el cementerio de Sokoa (Ziburu), punto en el que se agrupaban para comenzar su camino hacia la salvación, de Oiartzun, desde donde desplegaban sus alas hacia Gibraltar. "De la veintena de redes que operaban en toda Europa, la de Pirineos es la que mayor número de gente atrae a este tipo de acontecimientos", explica Joe Lineham, representante en Euskal Herria de la ELMS.

De hecho, es habitual que ciudadanos canadienses, belgas, estadounidenses e, incluso, australianos se acerquen estos días a tierras vascas con el sano propósito de homenajear a personas como Florentino Goikoetxea, el reputado mugalari hernaniarra [fallecido en el año 1980] que compartió noches al raso con uniformes deslucidos y miradas lo suficientemente elocuentes como para evitar las palabras.

Su destreza para cruzar el Bidasoa le valió años después el reconocimiento de varios países; una admiración que este fin de semana revivirá un nuevo episodio en el que también se recordará a otros vascos que colaboraron, con mayor o menor suerte, en trazar aquella línea de la salvación.

Y es que durante los años de actividad clandestina tres ciudadanos vascos donaron su último aliento a la causa: Frantxia Usandizaga, vecina de Urrugne; Alejandro Elizalde, natural de Elizondo; y Manuel Larburu, de Hernani. De hecho, hoy sábado los marchistas visitarán el caserío Bidegain-Berri, donde precisamente fue detenida Usandizaga junto al hermano de Manuel y Andrée de Jongh (alias Dedée), enfermera belga que fundó la Red Comète.

Ofrendas y paso del Bidasoa
Desde Sokoa hasta San Miguel

Será desde este punto, en el lado norte del Bidasoa, cuando las decenas de participantes en esta pseudohuída badeen el río, a la altura de San Miguel, emulando a todos aquellos fugitivos. Previamente, depositarán flores en la tumba del intrépido mugalari hernaniarra, enterrado en Urrugne.

"Son algunos de los momentos más emotivos de esta iniciativa, pero también algunos de los más solemnes. Se realizan ofrendas florales en memoria de los combatientes muertos, con una multitudinaria presencia de espectadores de carácter internacional", apostilla Juan Carlos Jiménez, otra de las caras visibles de la Sociedad en Memoria de las Líneas de Escape.

En la jornada de mañana se hará un alto en el caserío Sarobe, otro de los puntos clave en la historia menos conocida de la II Guerra Mundial. "Allí haremos un descanso y un almuerzo", relata Lineham. Desde ahí caminarán por el bidegorri hasta Pasai San Pedro, tras pasar por Errenteria, Lezo y Pasai San Juan. No serán aquellas caminatas de ocho y nueve horas, pero los peregrinos de la libertad tendrán que afrontar un par de duras etapas en ambas jornadas.

La importancia del Sarobe, donde vivía la familia Iriarte Berasategi, reside en que se convirtió durante esos años en un territorio libre donde los escapistas aprovechaban para reponer las maltrechas fuerzas y, además, enfundarse unas alpargatas nuevas destrozadas a esas alturas de la marcha. "Para ello debían comprar muchos pares, cosa que los del Sarobe hacían por diferentes tiendas con el fin de no llamar la atención", ilustraba Jiménez.

El lunes 14, último día de esta vigésima edición de la travesía tendrá su epicentro en Hernani, donde se rendirá otro sentido homenaje a Florentino Goikoetxea y otros mugalaris que escribieron parte de una narración épica poco conocida. Por ese motivo, los simpatizantes de la ELMS en Euskal Herria visitarán una ikastola en Donostia. "Los veteranos -responde Joe Lineham- hablarán con los estudiantes" con el propósito de familiarizarles con un pedazo de la historia mundial en el que un grupo de ciudadanos de Euskal Herria tuvo una implicación vital.

"Cualquiera que quiera participar en esta marcha en homenaje a aquellos que desde diferentes horizontes y nacionalidades participaron en el combate contra el nazi-fascismo", apuntan Lineham y Jiménez, pueden hacerlo todavía a través de la dirección de correo electrónico wordlan@euskalnet.net. Como en otros años, esperan la complicidad de decenas de personas.

La frase

"Esta travesía atrae a mucha gente que viene de todas las partes del mundo"

Joe Lineham. Portavoz de la ELMS en Euskal Herria

Los caseríos Sarobe y Bidegain-Berri eran puntos clave del plan de escape elaborado por la Red Comète

La anécdota
En Buckingham Palace
El negocio de la vida

Cuentan las crónicas que, una vez finalizada la contienda, el rey Jorge VI quiso reconocer el esfuerzo de Florentino Goikoetxea y le impuso una medalla por su coraje. En ese momento, el alto dignatario británico preguntó al hernaniarra por su voluntariosa dedicación y éste le respondió, con socarronería: "Estoy en el negocio de importar y exportar".

La cifra
228 aviadores que pasaron la muga

Entre 1941 y 1944 la Red Comète vasca logró salvar la vida a 228 aviadores. El primer año fueron 36; el segundo casi el doble, 76; y el último, 176.

(Deia. 12 / 09 / 09)