jueves, marzo 10, 2011

QUE CUMPLAN SUS COMPROMISOS. Artículo de opinión de Ioseba Eceolaza

NOSOTROS somos los hombres, mujeres, niños y ancianos de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra. Tal vez nos recuerde, nos alzamos contra el olvido en 2002 y, desde entonces, hemos mantenido nuestra lucha contra la desmemoria y los desmemoriados. Construimos el Parque de la Memoria, nos reunimos en la vuelta del Castillo y pusimos patas arriba la historia escrita con nuestras vivencias contadas.

Han pasado ya 74 años desde que les mataron a sus familiares, desde que les arrebataron el recuerdo, desde que les quitaron sus cuerpos, su memoria. Y hoy nos vemos en la obligación de salir a la calle porque el Gobierno de Navarra no cumple con sus compromisos, hace tiempo que se tenía que haber presentado un mapa de las fosas y un protocolo para exhumaciones, pero nada sabemos de eso.

Se nos agotó la paciencia, porque estamos ya cansados de esperar, estamos hartos de excusas y buenas palabras, esas medidas es lo único a lo que a estas alturas podemos aspirar, porque nos negaron el todo durante demasiado tiempo.

Una placa, un recuerdo, la restitución, eso es lo que pedimos, nada más, algo tan sencillo y humano como eso. Es incomprensible la falta de apoyo del Gobierno de Navarra, pero es más incomprensible a nivel humano que las personas que componen UPN no se sientan conmovidos con las historias particulares que hay detrás de esta petición.

Muchos de los hijos e hijas de estos fusilados tuvieron dificultades para encontrar trabajo en una Navarra callada y miedosa, muchos de ellos sufrieron la penuria económica y, ante esto, perdonen, pero no podemos callar.

En toda Navarra la depuración de funcionarios y representantes políticos fue cruenta. En Pamplona, por ejemplo, seis concejales y exconcejales fueron fusilados. Y todavía hoy nada se sabe de sus cuerpos. Por eso, ante estas tragedias, ante las viudas ultrajadas, ante la desesperación de los familiares por no saber dónde están enterrados sus allegados, ante las balas, debemos actuar con contundencia en el camino de la solidaridad hacia estas personas. Ante nuestros concejales de ayer asesinados, hoy debemos alzar la voz por ellos.

Ésta no es una medida desesperada, aunque a ratos lo parezca, es una medida llena de dignidad, porque ya llueve sobre mojado. Sólo queríamos señalar que aquí estuvimos, aquí estamos y aquí seguiremos con nuestra pelea, por la restitución y la justicia. Por eso queremos salir a la calle

Desgraciadamente, después de más de 8 años empeñados en ese camino, siguen negándonos el apoyo y lo hacen sin importarles el gran movimiento que la memoria histórica ha generado en Navarra. La gran mayoría de la sociedad está de acuerdo en que debe saldarse esa deuda pendiente. Y olvidan que la mayoría del Pleno del Parlamento exigió ese mapa hace ya tiempo, y dejan pasar el tiempo creyendo que así se nos olvidarán los compromisos adquiridos, y tal vez a muchos se les olvidó, pero a nosotros no. Nosotros tenemos memoria, ustedes lo saben bien, entre otras cosas porque nos han acompañado desde entonces.

Tal vez en la balanza de algunos pesará mucho lo que hemos logrado. Tal vez en la balanza de otros pesará más la indignación y la vergüenza que provoca el ver que unos cargos públicos son incapaces de recordar a otros cargos públicos asesinados por pensar diferente. En cualquier caso, no podemos permanecer pasivos, por eso saldremos a la calle en este abril que viene.

Ustedes saben que los que nada tuvieron, a menudo, andan tratando de hacer más ancha la dignidad, y así, paso a paso, estos familiares llegaron a tener tanto que nada les importa seguir clamando, porque ya casi es como que ganaron, y eso se nota cada vez que bajamos a Sartaguda, o cada vez que Josefina Lamberto nos dice que en su cumpleaños no le regalemos nada "porque todo tiene que ser para el parque donde está mi hermana y mi padre".

Los nuestros parece ser que son unos muertos incómodos, y eso hace que no queramos andar mendigando una solidaridad, o se está o no. Estamos ya acostumbrados a la pelea, a batallar con los que se supone están cerca, pero llenos de celos, y a batallar con los que están lejos y llenos de prejuicios.

Después de todo, para algunos los sentimientos pueden ser tan fugaces como los temas más importantes. Pero la velocidad de nuestros sueños es otra, porque no nos resignamos, no bajamos las manos, no nos rendimos, no asumimos la cómoda posición de espectador.

Sabemos que las cosechas de los de abajo nunca son inmediatas, por eso sabemos también que ya ganamos la partida a la desmemoria, porque se habla, se conmemora, se recuerda.

(Noticias de Navarra. 10 / 03 / 2011)