Crisis económica y crisis de identidad por parte de la clase obrera. Los portavoces de la Asociación de Víctimas 3 de Marzo realizaron ayer un llamamiento a la unidad de los trabajadores, reclamaron el regreso del poder a la asamblea por encima de los individualismos y propusieron a los sindicatos la celebración de una huelga general para enfrentarse a la "ofensiva" que ha desplegado la patronal aprovechándose de la recesión económica por la que atraviesa la sociedad. "Hay motivos para ello", garantizaron sus portavoces.
"Si analizamos la situación, ahora mismo nos encontramos en una situación de precariedad incluso peor que la que sufrimos hace 33 años", argumentaron los representantes de la agrupación, que aboga por recuperar el espíritu de aquel 3 de marzo de 1976. "Padecemos una intensa y agresiva ofensiva por parte de la patronal, que reclama el despido libre y el trabajo a la carta. Ante esta situación creemos que es necesario luchar y creemos que los sindicatos deben convocar una huelga general", precisaron.
Uno de los lastres que arrastra la actual clase obrera y que a juicio de los portavoces de la asociación debe abandonar, es el individualismo, por lo que sus miembros celebraron ayer una asamblea de trabajadores en la iglesia de san Francisco, escenario de la matanza, en la que se habló fundamentalmente de la crisis y de la respuesta de los diversos agentes sociales en este contexto.
Santiago Díaz de Espada, portavoz de la Asociación 3 de Marzo, destacó ayer que la responsabilidad de la recesión recae sobre "un sistema económico injusto" y censuró que "los empresarios quieren que seamos los trabajadores quienes lo paguemos". También criticó el papel jugado por las instituciones, "que se han puesto al servicio del capital como demuestran su apoyo a la banca y a los ERE". Por todo ello, exigió "un cambio social, económico". "La clase trabajadora debe responder a los empresarios. El espíritu del 3 de marzo ha de estar más vigente que nunca debido a la crisis", agregó.
Por su parte, Andoni Txasko, también miembro de la asociación, se sumó a la convocatoria de actos conmemorativos organizados para el 3 de marzo en Vitoria por los sindicatos ELA, LAB, ESK y STEE-EILAS y aprovechó la ocasión para criticar el Decreto que regula la Norma Foral de Solidaridad con los afectados por los hechos acaecidos hace 33 años. Según manifestó, la normativa planteada por la Diputación Foral de Álava adolece de los mismos problemas que la Ley de Memoria Histórica en lo que a resarcimientos se refiere, ya que resulta "incompleta".
Paso positivo Esta norma aprobada es considerada por la agrupación como "un paso positivo, pero insuficiente y a falta de completar" con el expreso reconocimiento, la verdad y la justicia que merecen tanto los trabajadores asesinados como las personas heridas y represaliadas.
Tal y como explicó Txasko, los familiares que reclamen una indemnización deben acreditar la convivencia y la dependencia económica con los fallecidos, aspecto este último muy difícil de demostrar en el caso de las víctimas adolescentes. Por otra parte, lamentó que sólo se valoren las consecuencias que dejaron huella a que, según indicó "en caso de recibir un disparo sólo se tiene en cuenta la cicatriz y no los meses de baja ni el resto de secuelas". "Si lo que se recibieron fueron golpes y traumatismos, no se tienen en cuenta", añadió. Por todo ello, instó a cambiar el decreto, bien por cauces técnicos o bien por la vía política.
(Noticias de Alava. 27 / 02 / 09)