El 2 de agosto de 1968 muere como consecuencia del primer atentado de ETA Melitón Manzanas, un emblema de la represión franquista en Euskal Herria. Este policía español fue jefe de la Brigada Política Social de Gipuzkoa, y ha sido considerado el máximo exponente del terror franquista en el territorio vasco. Algunos cronistas afirman que Melitón Manzanas fue encarcelado en el año 1936 por los republicanos, acusado de sus simpatías con el emergente régimen falangista.
Una vez finalizada la guerra civil, Franco lo designará, hacia el año 1941, como inspector en Irun, otorgándole carta libre para realizar todo tipo de violaciones de los derechos fundamentales de las ciudadanas y ciudadanos vascos. Todo indica que a Melitón Manzanas le quedaba aún tiempo libre para bravuconear en ciertos bares y lugares públicos de Gipuzkoa, y también para colaborar con los nazis, especialmente con la Gestapo. En definitiva, Manzanas ha sido catalogado como un torturador de extrema brutalidad.
En saco roto caían todas las denuncias sobre la bestialidad ejercida así como sobre los métodos utilizados para lograr las confesiones de parte de sus víctimas. Será a partir de esas «técnicas terroristas» que mantuvo el estado de terror en Gipuzkoa, convirtiéndose en el dueño de la vida y de la muerte de los ciudadanos y las ciudadanas vascas, hasta aquel 2 de agosto, cuando fue ajusticiado. Cabe recordar que la noticia sobre su muerte desató un clima de satisfacción entre la ciudadanía, sin distinción de procedencias políticas.
El presidente del Estado español en el año 2001, José María Aznar, en total sintonía con Mayor Oreja, condecoró al torturador otorgándole la Real Orden del Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo. Esta distinción, concedida por parte de un Gobierno supuestamente democrático, fue repudiada por la principal asociación de derechos humanos, Amnistía Internacional, como así también por el Foro por la Paz de Madrid, entre otras organizaciones no gubernamentales. La misma postura defendieron otras muchas personalidades.
Se cumplen hoy 40 años de la muerte de un personero de la muerte y resulta necesario recordar la fecha, en memoria al menos de sus víctimas. Las denuncias actuales sobre la utilización de la tortura demuestran lamentablemente que Melitón Manzanas ha dejado una despreciable impronta, y que los cómplices de estas atroces actividades tienen nombre, apellido y nacionalidad.
En tal sentido, sirva este recordatorio para mantener la memoria, agilizar las mentes distraídas y poner en claro que los métodos y los fines son los mismos; y que los ejecutores, con otros argumentos, caretas y ropajes, continúan desbastando al pueblo vasco 40 años después.
(Publicado en "Gara" el 2 / 08 / 08 y en "Noticias de Navarra" el 3 / 08 / 08))