Vecinos del barrio iruindarra de la Txantrea salieron a la calle para reivindicar lo que llevan exigiendo desde hace tiempo: que las calles del barrio dejen de recordar a aquellos que actuaron a favor de Franco, ya que precisamente el régimen del dictador les dedicó las calles «por haber muerto en la Cruzada».
Un centenar de personas se dio cita para mostrar su rechazo a la nomenclatura de unas veinte calles de la Txantrea que rememoran a militantes franquistas, al tiempo que recordaban que su reclamación ha sido amparada por el Tribunal Administrativo de Nafarroa. Por ello, tras la pancarta de «No más símbolos franquistas. Txantrearen erabakia errespetatu», exigieron al Ayuntamiento de Iruñea que asuma su responsabilidad de acatar la resolución de este tribunal. La concentración se celebró en la calle Magdalena, en el punto donde se inicia la de Alfonso Beorlegui. Precisamente éste es uno de los nombres más denunciados, ya que conmemora a ese coronel del régimen fascista al que ayer desde la Txantrea no dudaron en calificar de «asesino», recordando la represión ejercida por los sublevados en Nafarroa.
Los casos de Alemania e Italia
De esta reivindicación nació hace cuatro años la Plataforma por la Retirada de Símbolos Franquistas de la Txantrea, que, según destacaron ayer, ha obtenido un respaldo mayoritario en el barrio. La reivindicación se ve fortalecida por la Ley de Símbolos de Nafarroa y por la recién aprobada Ley de la Memoria Histórica. Por añadidura, ha sido reconocida por el Poder Judicial, a través del TAN. «Por una vez que la Justicia se pone de nuestro lado, que se tenga en cuenta nuestra reclamación», incidieron desde la plataforma. Y es que, tal y como señalaron, «es vergonzoso que, cuando ya han pasado 32 años desde la muerte de Franco, se sigan manteniendo los nombres que fueron asignados por el régimen». Se citaron los casos de Alemania e Italia, países en los que, una vez caído el régimen fascista, se procedió de inmediato a la sustitución de símbolos que lo ensalzaban.
En el caso de la Txantrea, la responsabilidad está en manos del Ayuntamiento de Iruñea, lo que obliga a actuar sobre la sustitución de los nombres de unas veinte calles a la alcaldesa Yolanda Barcina (UPN) y su equipo de gobierno. Al respecto, criticaron la intención mostrada por Barcina de presentar un recurso contencioso-administrativo ante la resolución del TAN. En su opinión, de esta forma sólo se consigue alargar la problemática iniciando una serie de procedimientos administrativos.
Asimismo, la plataforma informó de una reunión a realizar en el barrio mañana mismo, en la que se acogerán aportaciones de los vecinos para así fortalecer la plataforma.
El Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Iruñea ha defendido mantener los nombres franquistas de las calles, pero la resolución del TAN ampara la reivindicación de los vecinos. Barcina ha anunciado la intención de recurrir dicha resolución, pero la plataforma de la Txantrea exigirá ante el Consistorio que se acate la voluntad del barrio.
Identidad de los nombrados en las calles del barrio
Tanto la Plataforma por la Retirada de Símbolos Franquistas de la Txantrea como la revista «Auzolan» del mismo barrio han indagado en la identidad de las personas que dan nombre a una veintena de calles que reclaman cambiar. Al contrario de lo alegado por el Ayuntamiento de UPN, entre esos nombres figuran destacados militares que actuaron contra la República, como lo fue Alfonso Beorlegui, que siguiendo al general Mola fue uno de los instigadores de la sublevación en Nafarroa en 1936. Otra de las calles lleva el nombre de Lucio Arrieta, que participó en los asaltos a Irun y Donostia y fue vocal del patronato que construyó la Txantrea, como lo fue Andrés Gorricho. Otros nombres como Francisco Mayo destacaron en sus profesiones por ser partidarios del régimen. También existen entre los nombres que se piden sustituir personas de menor relevancia pero que, tal y como ha señalado el TAN, al ser nombrados por el régimen queda demostrada su representación como militantes del franquismo.
De todas maneras, «Txantreako Auzolan» destaca el caso de Jesús Blasco, que, según ha indicado a la revista el hermano del fallecido, «no era franquista; los franquistas eran los que pusieron su nombre a la calle». Al parecer, a sus 19 años se vio involucrado en la guerra del 36 cuando realizaba el servicio militar.
(GARA. 02 / 03 / 08)