miércoles, septiembre 22, 2010

"PROHIBIDO RECORDAR", EL OTRO "CARA AL SOL" DE LA CÁRCEL DE SATURRARÁN


Lo ocurrido en esta prisión de mujeres de la localidad de Mutriku, que fue cerrada en 1944 y derruida en 1987, ha sido objeto de atención en el 58 Festival de Cine de Donostia por partida doble.

Hoy ha sido el turno de "Prohibido recordar", tras la presentación el pasado domingo de "Izarren argia", un largometraje de ficción de Mikel Rueda sobre los niños que les fueron arrebatados a sus madres presas en esa cárcel, que compite por el premio Nuevos Directores de la sección Zabaltegi.

Larreategi y Martínez son dos jovencísimos directores de 24 años, que decidieron filmar esta parte oscura de la Guerra Civil y los años posteriores a la contienda tras constatar que no sabían "nada" de un lugar del que ya no quedaba ni siquiera "rastro físico".

Eran conscientes de que sólo quedaba por coger "el último vagón", ya que cada vez eran menos las protagonistas de aquellos hechos que estaban a su alcance, unas porque habían muerto y otras porque no estaban en condiciones de hacerlo.

Había sido una cárcel con 1.700 internas "amontonadas", llevada por monjas, en la que se llegó a separar a madres de sus hijos para darlos en adopción, aunque los directores no se detienen únicamente en este dramático suceso, que integran como una parte más de los horrores y torturas que padecieron las presas.

Enfermedades, hambre, torturas, castigos, humillaciones y abusos sexuales por parte de las monjas son algunas de las cosas que esas mujeres guardan en la memoria, y que algunas han llegado a revivir incluso en procesos de demencia senil.

Lo cuenta la hija de una de ellas, que fue trasladada de Albacete a Saturrarán. Otras descendientes de aquellas mujeres, dos hermanas gallegas, sufrieron un drama aún peor porque no quisieron saber nada de su madre, ya que las habían convencido que fue la culpable de que fusilaran a su padre.

Con el tiempo supieron la verdad y empezaron a quererla, pero ella no lo supo, porque ya había muerto. El sentimiento de culpa por no haber dado un beso a su madre cuando se lo pidió lo arrastra una de ellas desde entonces y lo sufre con estados de ánimo depresivos.

Son pequeños relatos que cuenta cada una los que conforman una tragedia colectiva que los directores del documental aseguran que es necesario dar a conocer a su generación.


"Pa Negre"

Por la mañana, la Sección Oficial acogía la proyección de "Pa Negre", donde su director, Agustí Villaronga, retorna a los duros años de la postguerra en Catalunya pero abordando, esta vez, una historia que queda lejos del discurso político habitual, y se centra en el sufrimiento personal de los personajes.

Agustí Villaronga viaja a la década de los cuarenta con "Pa Negre" (Pan Negro), con una cinta ambientada en una pequeña localidad catalana. Sin embargo, la historia no se sumerge en los tópicos que rodean habitualmente a esta época. El jovencísimo Francesc Colomer, hijo de una humilde familia catalana, encabeza esta narración que se adentra en el drama personal de su entorno y la suya propia. En el reparto lo acompañan Nora Navas, Roger Casamajor, Laia Marull, Eduard Fernández y Sergi López, cuyas interpretaciones han sido positivamente valoradas por la prensa al término de la proyección de esta mañana.

Tras "Pa Negre", Zinemaldia ha presentado "Genpin", un título dirigido por la nipona Naomi Kawase, donde retrata el «ciclo natural» de la vida y de la muerte a través de los partos de una serie de mujeres que acuden a una clínica privada para dar a luz de forma natural. El médico que las atiende, un veterano tocólogo llamado Tadashi Yoshimura, basa su metodología en las ancestrales costumbres de la era Edo, en la que las mujeres se mantenían en una excelente forma física hasta el momento de dar a luz. Grabada en un formato de 16 mm, la directora, que también dio a luz a su hijo en el mismo centro clínico, permaneció durante un año recogiendo las experiencias de estas mujeres y llevandolas al cine de forma real.

(Gara. 22 / 09 / 2010)