Desde aquel día Pako fue un amigo, un compañero, un colaborador más de Ahaztuak 1936-1977 siempre dispuesto a acudir a todos aquellos lugares y eventos donde la lucha por la memoria histórica democrática y antifascista de Euskal Herria se expresaba publicamente y publicamente lanzaba a los cuatro vientos sus planteamientos y reivindicaciones. Aún recordamos con cariño y emoción su nerviosismo, su sentimiento y sus lagrimas cuando fué el encargado de reponer en la balconada del Ayuntamiento de Berritxu la bandera republicana que las tropas italianas encuadradas en el ejercito fascista habian arrancado de la misma setenta y dos años antes para llevarsela como troféo de guerra...
Pako fue uno de los Barreña, una familia que pagó caro tras el levantamiento fascista de 1936 su amor a la libertad y la justicia social y su disposición a luchar por ellas: él mismo miliciano en el batallón socialista "UGT 1 - Fulgencio Mateos" y su hermano Nikolas militante de la CNT y de la FAI y miliciano del batallón "Malatesta", desaparecido en octubre de 1937 en Santander, a los 25 años... Tras la derrota Pako sería condenado a trabajos forzados y se convertiría en uno más de los esclavos del franquismo de la zona del Pirineo navarro, en su caso construyendo la carretera entre Artesiaga e Irurita.
Lucha, lagrimas, dolor, cárcel, muerte de camaradas, de compañeros y seres queridos... nada de ello doblegó ni un ápice el temple de verdadero socialista y republicano de Pako Barreña. Nada de ello abrió ni una ligera grieta en su ideología ni en su amor a la Libertad y al derecho de personas y pueblos, el nuestro incluido, a ejercerla sin cortapisas, algo que mantuvo hasta su último día de vida y que siempre predicó con el ejemplo.
Pako Barreña. Para nosotros un compañero, un miliciano ayer y hoy, un ejemplo.
Agur eta ohore askatasunaren aldeko milizianoa, eusko gudaria.
AHAZTUAK 1936-1977
