martes, marzo 06, 2012

EL GUDARI DE LA JUSTICIA SOCIAL

El histórico jeltzale y veterano militante de ELA Ramón Agesta Irastorza falleció el domingo en Irun, a un paso de cumplir los 100 años de edad. Tenía 98 años y una vida llena de avatares y aventuras más propias de una novela que de la biografía de un irundarra nacido en 1914.

Agesta, tal y como recodaron ayer sus allegados, centró su vida fundamentalmente en tres causas: desde ELA, peleó por la justicia social y la defensa de los derechos de los trabajadores; como miembro del PNV, luchó por el reconocimiento de Euskal Herria dentro de una Europa federal; y a título personal, se dedicó a cuidar y a amar a su esposa Claire Mary Smith, compañera inseparable de vida junto a la que falleció ayer en la Residencia Inmaculada de Mendibil de Irun.

La suya no fue una vida fácil, ya que fue testigo y víctima directa de los acontecimientos más importantes del siglo XX. Vivió dos guerras mundiales, dos dictaduras, una guerra civil y fue apresado en un campo de concentración.

Agesta nació el mismo año en el que estalló la Primera Guerra Mundial en el seno de una familia aber-tzale de Irun. Hijo de un agente de aduanas, Ramón era el menos de cinco hijos, tres varones y dos mujeres. Y, precisamente, su calidad de hijo menor lo condicionó de por vida, en tanto en cuanto se convirtió en el compañero inseparable de Gabriel, el hermano que le predecía.

Entre los años 1932 y 1934 fueron miembros de la Junta Local de ELA y juntos, también, trabajaron en la célula de información del Gobierno del lehendakari Aguirre. "Era un servicio rudimentario, pero muy valioso porque, cuando estalló la Guerra Civil, ayudaron a sacar de Euskadi a muchas familias para que se refugiaran en Iparralde", destaca el senador del PNV Iñaki Anasagasti.

resistencia en hendaia Tras el golpe de estado, los hermanos Agesta también cruzaron la muga, desde donde continuaron luchando en el grupo de Resistencia de Hendaia. Permanecieron allí hasta 1940, año en el que fueron apresados y recluidos en el campo de concentración de Gurs por la policía francesa del régimen filonazi de Vichy.

Mikel Agesta, sobrino de Ramón e hijo de Gabriel, recordaba ayer cómo, tras ser expulsados del campo de concentración, los dos hermanos partieron en barco hacia Inglaterra. Fue allí donde el destino quiso unir de por vida a Ramón y a Claire, una francesa de padres ingleses que fue rebautizada con el nombre de Argiñe.

La pareja se casó el año 1947 y se trasladó a París, donde Ramón empezó a trabajar nuevamente para el Gobierno vasco. Pero su actividad política no terminó ahí, ya que cuatro años más tarde, Agesta fue uno de los fundadores del Consejo Vasco del Movimiento Europeo Eurobask, participó en el impulso de colectivos como Galeusca y representó a ELA en numerosos foros internacionales. De hecho, el año 1957 fue el representante de este sindicato en un congreso internacional que se celebró en Washington.

Ramón Agesta invirtió la mayor parte de su vida laboral como funcionario de la Embajada de Venezuela en París. Pero, como recuerda Anasagasti, su tiempo libre lo dedicaba a escribir artículos de opinión y a "cuidar de los demás vascos que habían emigrado".

Tal y como indica, algunos, bromeando, le llamaban "el sepulturero de los vascos" porque iba a todos los funerales de los vascos que morían en el exilio. Eran tan bueno que, aunque no los conociera, se acercaba a las familias a darles el pésame", añade el senador.

Al propio Anasagasti se dirigió repetidas veces por escrito para advertirle de que tuviera cuidado con las represalias que podrían causarle sus opiniones. "Era el típico vasco bueno, trabajador, entregado a la causa y a la convivencia de Euskadi", rememora el jeltzale.

El secretario de ELA Oarso-Bidasoaldea, Xabier Pérez, solo tiene palabras de agradecimiento para Agesta: "Su vida fue ciertamente novelesca, pero jamás se jactó de ello. Al contrario, su característica principal era la humildad y el trabajado militante discreto".

base social El sindicalista recordó el homenaje que se le brindó el pasado año a Agesta, con motivo del centenario de ELA. Fue en ese emotivo acto donde Agesta volvió a incidir en la importancia de la defensa de los derechos de los trabajadores. "Recordad siempre que la base de todo progreso está en lo social", recalcó a sus 97 años de edad, un ejemplo, en palabras del secretario de ELA, "para reforzar los argumentos que nos empujan a seguir peleando para que la lucha de militantes como Ramón no haya sido en vano".

Desde el ámbito familiar, el sobrino Mikel Agesta se queda con la sensación de que su tío era un "hombre muy bueno, un ser afable, culto e interesante". Y que, tras toda una vida entregada a la liberación nacional de Euskal Herria, llegó a conocer el cese de la violencia de ETA y el nuevo panorama que se abría para el país.

Familiares, amigos y compañeros de Agesta le darán su último adiós, hoy, a las 19.00 horas, en la parroquia Santa María del Juncal.

(Deia. 6 / 03 / 2012)