viernes, febrero 25, 2011

LA CÁMARA VASCA PIDE POR UNANIMIDAD LA RETIRADA DE SIMBOLOS FRANQUISTAS

Una vieja reclamación que comienza a materializarse. El Parlamento vasco aprobó ayer, con la poco habitual unanimidad de todos los partidos, iniciar el camino para que los símbolos que elogian el franquismo y la sublevación militar de 1936 desaparezcan de las calles de Euskadi. Como primer paso, los grupos instaron al Gobierno autónomo a elaborar un listado en el que se recojan todos los vestigios de la dictadura y la represión aún presentes en la vía pública.

La moción, impulsada por Aralar y a cuya redacción se sumaron PNV y PSE, obliga al Ejecutivo de Patxi López a enumerar «los escudos, insignias, placas y objetos de exaltación personal o colectiva» de la sublevación militar y la Guerra Civil para que los consistorios, a través de la asociación Eudel, lleven a cabo el procedimiento para eliminarlos de las calles. Para ello, ambas instituciones deberán calcular la cuantía económica de su retirada y comenzar a consignar diferentes partidas en sus respectivos presupuestos.

El acuerdo formalizado ayer en la Cámara establece, además, sanciones para aquellos organismos o particulares que en el futuro se nieguen a quitar los símbolos que pueda haber en edificios de propiedad privada. En ese caso, el Gobierno vasco les retirará todo tipo de subvenciones públicas que pudiesen recibir o solicitar.

La supresión de este tipo de elementos ornamentales aparece recogida en la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Congreso en 2007, pero apenas se ha llevado a la práctica en todo el Estado. Sólo en Cataluña se ha elaborado un listado similar en el que se incluyeron hasta las placas con el yugo y las flechas que como escudo caracterizaron a la Falange y que se colocaron en la década de los sesenta y setenta en los inmuebles de protección que promovió el Instituto Nacional de Vivienda. Muchas de ellas siguen perennes en los edificios vascos.

Al margen de esas placas, los especialistas sostienen que la presencia en Euskadi de símbolos franquistas es «muy reducida», mucho más que en comunidades limítrofes como Cantabria o provincias como Burgos. Así lo sostiene uno de los mayores expertos del país en este tipo de imágenes, el profesor de la UNED Jesús de Andrés. «El País Vasco, junto con Cataluña, es uno de los lugares donde más se hizo en la Transición por la eliminación de todo aquello que exaltaba al régimen de Franco. El mayor esfuerzo se efectuó durante la primera y segunda legislatura», sostiene el catedrático, en conversación ayer con EL CORREO. Fue entonces cuando desaparecieron del callejero las vías dedicadas a militares o personalidades vinculadas a la dictadura.

Calles y ayuntamientos

Como ya informó en 2006 este periódico al hilo del proyecto de ley que presentó José Luis Rodríguez Zapatero como embrión de la Ley de Memoria Histórica, en Euskadi hay alrededor de una veintena de símbolos que evocan a la dictadura. Un recuento que confirmó el año pasado la asociación Ahaztuak 1936. El catálogo incluye escudos con el águila imperial como los de la delegación de Hacienda en la Plaza Moyúa de Bilbao, el del interior de la catedral nueva de Vitoria o la capitanía de Marina de San Sebastián.

En recuerdo de las tropas franquistas existe la cruz de Gaztelumendi en Berriz, la lápida en Larrabetzu de un aviador alemán muerto «luchando por una España nacional», una piedra en honor de tres aviadores de la Legión Cóndor en el monte Urbina, en Álava, o un monumento en el cementerio de Polloe en San Sebastián.

La asociación Ahaztuak exige, también, la supresión de imágenes de alcaldes franquistas con uniformes de la dictadura de ayuntamientos como Plentzia y Barakaldo, una placa a los caídos colocada en la Sociedad Bilbaína de la capital vizcaína, efigies como la del ministro de Primo de Rivera José Calvo Sotelo en Laguardia o el nombre de las calles dedicadas al Capitán Mendizabal en Santurtzi, al Marqués de Estella en Vitoria o al Conde de Plasencia en San Sebastián.

El proceso de retirada no será, en todo caso, sencillo. El artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica contempla excepciones. Por ejemplo, cabe la posibilidad de mantenerlas cuando se trate de un recuerdo de tipo privado, sin exaltación de ningún bando, o cuando predomine un valor arquitectónico. Una distinción que deberá hacer ahora el Gobierno de Patxi López.


(El Correo Español. 25 / 02 / 2011)