Tomás Domínguez de Arévalo, que tenía el título de Conde de Rodezno, fue un ministro franquista que murió en 1952. Sólo un año después se le dedicó el nombre de una plaza en Iruñea. La Ley de Símbolos de 2003 obliga a retirar los nombres y símbolos franquistas y sustituirlos por otros, pero Yolanda Barcina sigue empeñada en incumplir la ley y mantener la denominación impuesta durante la dictadura de Franco.
La alcaldesa de Iruñea ha recurrido a una artimaña de dudosa legalidad para que no desaparezca el nombre de Conde de Rodezno, consistente en sustituir la vieja placa por otra en la que se dice que se trata de «un título nobiliario creado en 1790» y en la que ya no se alude al político que vivió entre 1882 y 1952, tal como figuraba en la vieja inscripción.
Además, en la nueva placa ha desaparecido la denominación en euskara, «Rodezno kontea», y ahora figura sólo en castellano, incumpliendo de esta forma la legalidad vigente.
Como en la Txantrea
Como se recordará, el Tribunal Administrativo de Nafarroa (TAN) ya obligó a Barcina a cambiar los nombres de 21 calles del barrio de la Txantrea que aludían a personajes franquistas. La dirigente de UPN accedió finalmente a ello, pero las nuevas placas fueron colocadas sólo en castellano, lo que obligó a tener que cambiarlas de nuevo con la denominación bilingüe.
En el caso de Conde de Rodezno, la alcaldesa ha repetido la misma operación, ya que la nueva placa, recientemente colocada, sólo recoge en euskara el subtítulo referente al título nobiliario creado en 1790, pero no el nombre en sí.
La decisión de Barcina ha sido recurrida ante el TAN por NaBai, PSN y los concejales de la izquierda abertzale, pero este tribunal todavía no se ha posicionado al respecto.
Cabe recordar que el pasado mes de junio un total de nueve colectivos ciudadanos de Iruñea que trabajan en torno a la recuperación de la memoria histórica presentaron una propuesta para que sea suprimido el nombre de Conde de Rodezno y a esta plaza se la denomine oficialmente La Fuga del Fuerte. Con este nombre quieren que se recuerde y reconozca a los casi 800 presos que el 22 de mayo de 1938 huyeron del gran presidio franquista instalado en la cima del monte Ezkaba.
(Gara. 1 / 08 / 09)