
La donostiarra Teresa Lassalle perdió a su padre cuando tenía seis años. Apenas se acuerda de él. «Vinieron a buscarle cuando estaba trabajando en su herrería, en el barrio de Amara. Le llevaron el 26 de octubre del 36 y el 28 le dieron la libertad... de muerte. Pensamos que está enterrado en Hernani», recuerda.
Pasados más de 70 años, Teresa pudo hacer ayer una ofrenda floral junto a unos paneles en los que aparecía el nombre de su padre, Jorge Lassalle, rescatado del olvido junto a otros 380 donostiarras fusilados por las tropas franquistas entre 1936 y 1942. Convocados por el "Colectivo de Víctimas del Franquismo" de San Sebastián, dos centenares de personas, en su mayoría hijos y nietos de las víctimas, participaron en un emotivo acto de homenaje en los jardines de Alderdi Eder de Donostia. «Nosotros no pudimos hacer ni un funeral, ni poner una esquela... No pedimos nada, sólo que la gente sepa lo que pasó», afirma otra donostiarra, hija de fusilado.
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En su intervención, el historiador recordó que los fusilados fueron donostiarras «de todas las ideologías y colores», de «partidos y sindicatos distintos» partidarios de la República. Hay quien fue fusilado por «tener una taberna de nombre Euskadi», otros por negarse a entonar «el Cara al sol...». La mayoría de ellos descansan desde entonces en «fosas comunes de Hernani, Oiartzun y Bera», según detalló el historiador.
Egaña recordó que la lista de fusilados identificados no está cerrada. «Hoy -por ayer- he hablado con una mujer cuyo padre murió en un campo de concentración de Alemania».
Durante el acto de ayer, hubo quien escribió con sus propias manos el nombre de su familiar ajusticiado por las tropas franquistas, como es el caso de Santi Iparragirre, que escribió el nombre de su tío José. Otros, como Julen, todavía desconocen el paradero de su abuelo, Hilarión Navarro, trabajador del puerto de Donostia. «La última vez que le vieron con vida estaba en Barcelona, en 1937».
En el acto se ondearon banderas republicanas españolas junto a ikurriñas, enseñas de ANV y de los sindicatos LAB y CNT; se cantó el Himno de Riego, La Internacional y el Eusko Gudariak; y Joan Mari Irigoien leyó un poema.
(Diario Vasco. 14 / 09 / 08)