martes, septiembre 16, 2008

NAVARRA FUE LA PRIMERA. Artículo de opinión de Fernando Mikelarena

Para evitar duda alguna, el título no se refiere a la obra de compilación, publicada en 2006 y prologada por Payne, que en casi 700 páginas recogía cinco obras de exaltación y legitimación de la participación en la guerra civil de la derecha navarra, así como del voluntariado adscrito a la misma, en un afán de volverlas a presentar ante la opinión pública y permitir que las nuevas generaciones conozcan su contenido apologético.

Como más de un lector conocerá, las cinco obras recopiladas bajo aquel título son "Memorias de la Conspiración" de Antonio de Lizarza, en la que se narra, en parte por quien fue el máximo responsable del requeté navarro, cómo se configuró el golpe de estado; En "La 1ª de Navarra" de Javier Nagore, narración de las memorias de guerra de un joven voluntario carlista; "Cómo ganó Navarra la Cruz Laureada de San Fernando" del general Salas Larrazábal, estudio de la contribución en combatientes y en caídos en combate de los navarros que lucharon en el bando faccioso; "Cantatas de mi mochila" del novelista falangista Rafael García Serrano; y, por último, "La violencia y el orden", ensayo de Álvaro d´Ors sobre la legitimidad de las razones de los sublevados que el mismo autor catalogó de "teología política".

No. Con el título de Navarra fue la primera nos estamos refiriendo al posicionamiento de nuestra provincia en la clasificación de las provincias españolas según la tasa de asesinados por cada mil votos al frente popular. Tal y como explicamos en el libro "Sartaguda 1936 .El Pueblo de las Viudas" , que publicamos este año y cuya autoría compartimos con José María Jimeno Jurío, dicho indicador, a diferencia de otros indicadores más toscos como la tasa de asesinados por cada mil habitantes, incorpora un cierto dimensionamiento de la población de riesgo susceptible de ser asesinada por las ansias purificadoras de la violencia del bando franquista. Pues bien, según dicha tasa la limpieza política vivida en Navarra aparece en toda su magnitud ya que los 81,7 asesinados por cada mil votantes del frente popular constituyen el valor, con diferencia, más alto, de la tabla constituida por la mitad de las provincias españolas en donde se han contabilizado las víctimas de la represión fascista. Los siguientes valores son los de Huelva (68,5), Córdoba (60,6), Zaragoza (58,8), Rioja (56,0), Málaga (52,1) y Granada (50,5). Unos datos que alteran nuestra percepción acerca de la denominada Covadonga navarra. Covadonga insurgente sí, pero también Covadonga de la brutalidad y del comportamiento despiadado para con el desafecto en su máxima expresión.

Por otra parte, con el título de Navarra fue la primera nos referimos asimismo al hecho de que, gracias a la labor de José María Jimeno Jurío, Navarra se constituyó como una provincia pionera a escala estatal en el proceso de recuperación de la memoria histórica de las víctimas del franquismo. Jimeno Jurío cumplimentó esa labor, al igual que el conjunto de su trayectoria investigadora, desde una posición de outsider , de intruso en relación con los cenáculos académicos, pero desde una práctica historiográfica de enormísima eficiencia, exhaustividad y rigor. A partir de 1977, basándose en una metodología inédita hasta entonces que incluía la indagación en archivos de parroquias y de juzgados de paz, así como en libros de cárceles y de cementerios y en testimonios orales, metodología no suficientemente reconocida por los historiadores profesionales que la aplicaron después, Jimeno Jurío cumplimentó un primer censo de asesinados por la violencia franquista en Navarra que llegaba hasta los más de 2.400 relacionados. Ese censo y esas investigaciones constituyeron en muchos casos la guía de las primeras exhumaciones de fusilados a cargo de sus familiares que se llevaron a cabo en pueblos navarros en la segunda mitad de los setenta. Todo ello hizo que Jimeno Jurío, después de ser volada por la "Triple A" la redacción de "Punto y Hora de Euskal Herria", publicación con la que colaboraba, recibiera una amenaza de muerte de la misma organización, lo que en aquel entonces no era algo baladí- Por ese motivo aparcó ese tema de investigación, entregando los materiales a "Altaffaylla Kultur Taldea" , colectivo que prosiguió la tarea por él empezada. Por otra parte, hay que remarcar en dos sentidos el carácter precursor del libro del citado colectivo, titulado "Navarra 1936 . De la esperanza al terror", editado por primera vez en 1986 y reeditado y actualizado en varias ocasiones, la última este año. No sólo es que Navarra fuera de las primeras provincias en publicar el censo de los asesinados. Además, el libro sirvió de ejemplo para otros ámbitos provinciales en cuanto a cuestiones metodológicas, pero también en relación con los contenidos, formas, cronología, etcétera, de la represión franquista en la guerra civil. Si por ejemplo repasamos las referencias sobre la represión en la zona nacional hasta la primavera de 1937 en el libro de síntesis Víctimas de la guerra civil publicado originalmente en 1999, advertiremos que múltiples aspectos atestiguados a mediados de los 80 en Navarra han sido corroborados en muchos otros lugares.

Aunque uno se inclina hacia el escepticismo en relación con sus resultados finales, sirvan estas acotaciones para ponderar el grado de concernimiento que muchos navarros puedan sentir respecto a las recientes actuaciones del juez Garzón acerca de los desaparecidos del bando republicano a partir de julio de 1936.

(Noticias de Navarra. 15 / 09 / 08)