Hemos vuelto a recordar, un
año más, la tragedia del bombardeo de Gernika, pero aquí nos referiremos
a lo que globalmente significó la actuación germana en tierra vasca a
partir del 26 de julio de 1936, cuando el dictador alemán, Adolf Hitler,
tomó la decisión de intervenir a favor de las fuerzas sublevadas contra
el gobierno de la República. Se formó así la Plana Mayor especial W
(Sonderstab W) del Estado Mayor del Ministerio del Aire, órgano que
planificó y ejecutó la ayuda inicial al bando rebelde. Con ella comenzó
la intervención alemana contra Euzkadi. El 23 de septiembre llegaron al
aeródromo Lakua seis cazas Heinkel He-51 tripulados por alemanes. Junto a
varios bombarderos, entre ellos tres Junkers Ju-52 con tripulaciones
germanas, actuaron en los ataques a Bilbao los días 25 y 26 del mismo
mes. Causaron cerca de 700 víctimas entre muertos, heridos y
contusionados, desencadenando la ira popular y los asaltos a los
barcos-prisión de la ría, saldados a su vez con la muerte de numerosos
presos. Finalmente, el 30 de octubre de 1936 se constituyó el llamado
Winterübung Rügen (Ejército de invierno de la isla Rugen), nombre
oficial de la fuerza militar intervencionista, pronto eclipsado por el
de Legión Cóndor que adoptó a su llegada a la zona franquista.
Durante la batalla de Villarreal, los cazas de la Cóndor
actuaron a partir del 4 de diciembre. El epílogo de los combates en el
aire fue el ataque a Bilbao del 4 de enero de 1937, efectuado por cinco
Junkers Ju-52 germanos y cuatro Fokker rebeldes, escoltados por 13 cazas
He-51. El bombardeo causó víctimas civiles y en los combates aéreos
librados fue derribado un bombardero de la Cóndor, pereciendo tres de
sus tripulantes. De nuevo, la respuesta de las masas se saldó con
víctimas mortales al producirse el asalto a las prisiones bilbainas.
A partir del 31 de marzo de 1937, se inició la devastadora
ofensiva franquista que acabó con la autonomía de Euzkadi. En ella, el
contingente remitido por Hitler tuvo un papel de primer orden. La Legión
Cóndor aportó 85 de los 152 aviones participantes. Del total, que
sumaba 370 armas de fuego y una capacidad de carga superior a las 77
toneladas de bombas, los alemanes aportaban más de la mitad del
contingente de aviones y dos tercios de la carga de explosivos. De
nuevo, los aparatos germanos llevaron el terror y la muerte al frente de
combate y a la retaguardia vasca. Gernika, Bilbao, y decenas de
localidades fueron bombardeadas. La primera se convirtió en un símbolo
universal de la sinrazón de las guerras. Cuando se libró la batalla
final por la capital vasca, en junio de 1937, el bando defensor libró
una épica batalla sin esperanza. Y sin aviones.
En tierra, la actuación germana fue mucho más limitada; pero
experimentó armamento y tácticas que luego emplearía en la II Guerra
Mundial. La Cóndor utilizó dos baterías del famoso cañón de 88 mm, su
principal baza anticarro en la II Guerra Mundial, que se empleó en
Euzkadi para batir con tiro rasante las fortificaciones de los
defensores. Igualmente, actuaron piezas de 37 mm anticarro y antiaéreos
de 20 mm. Y el batallón de carros ligeros Panzer I, puesto a disposición
de las Brigadas de Navarra con asesores alemanes, fue utilizado en
sucesivas operaciones de ruptura del frente.
En el mar, la armada germana actuó desde el 26 de julio de 1936, fecha en que el acorazado Deutschland
se presentó en Donostia para evacuar a la colonia alemana. En meses
sucesivos, numerosos buques alemanes realizaron la misma misión de forma
paralela a claras labores de inteligencia. Y facilitaron a los
franquistas las minas marinas de fondo que emplearon para establecer el
bloqueo marítimo de Bilbao, contrarrestado con pérdidas dolorosas por la
improvisada Armada Auxiliar de Euzkadi. En diciembre de 1936, la
detención del mercante alemán Palos y la incautación por el
Gobierno Vasco del material del mismo remitido a los franquistas
motivaron las represalias del crucero nazi Königsberg, que
acosó el tráfico marítimo entre Euzkadi y Santander. Además, Pasajes se
convirtió en base naval de los submarinos alemanes y sus barcos
nodrizas. Tras la caída de Bilbao, su puerto fue uno de los puntos de
llegada de personal y material germano, al tiempo que decenas de miles
de toneladas de minerales y otros productos marchaban en las bodegas en
el viaje de regreso al Reich.
Alemanes e italianos jugaron el papel principal en el triunfo
franquista en Euzkadi. Del estudio de la intervención de sus efectivos y
material se deduce que, como mínimo, causaron la mitad de las bajas
militares y el grueso de las víctimas civiles en Euzkadi. Un total de
más de 15.000 bajas incluyendo un porcentaje de muertos superior al 20%.
A cambio, alemanes e italianos sufrieron unas 750 bajas (con cerca de
150 muertos, de ellos 37 germanos), y perdieron poco más de una decena
de aviones. La intervención de dos grandes potencias fue, en definitiva,
la causa principal de la derrota de Euzkadi y la República.
(Noticias de Gipuzkoa. 11 / 05 / 2013)