Dicen que han puesto una placa conmemorativa por los fusilamientos de los 298 pamploneses cometidos durante el 36. No especifica que fueron a-se-si-na-tos (fusilamiento fue una de las formas de cometer el asesinato, pero no fue la única). Dicen que la placa está en la parte trasera del primer arco según se entra de la «vuelta del Castillo a la Ciudadela por la puerta de Socorro». Dicen también que está a unos tres metros de altura y que es de un color y tamaño tan pequeño que se mimetiza con las piedras que conforman el arco. Nos cuentan que la Asociación de Fusilados de Navarra solicitó al Ayuntamiento, una vez aprobada la moción, que al colocar la placa recordatoria de tan horrendos crímenes se consultase sobre el sitio y día de colocación, junto a la realización de un homenaje a estas víctimas del fascismo.
El resultado es una placa pequeña, mal definida, bien escondida y camuflada. Esa ha sido la respuesta a un acuerdo de la mayoría de la corporación de Iruñea por parte de una UPN abstencionista ante estos asesinatos.
Desde Ahaztuak queremos dejar patente nuestro desacuerdo con el fondo, formas y lugar como se ha colocado dicha placa. No lo decimos de manera gratuita. Pensamos que 298 pamploneses asesinados, 6 de ellos concejales de ese Ayuntamiento, se merecen más respeto que el manifestado por UPN. Quisiéramos recordarle una vez más a UPN, por si no se ha enterado, que en Nafarroa no existió frente de guerra, que lo ocurrido en el 36 se trató simplemente de un genocidio, hecho por tanto perseguible como crimen de lesa humanidad no prescriptible, como consta en la legislación internacional. Sólo por esto la moción aprobada debiera de haber tenido otro tratamiento que el que UPN le ha dado. Es por esto que la colocación, tal como se ha realizado, es una burla y un escarnio para l@s asesinad@s y sus familiares.
UPN, con la colocación de dicha placa, trata de acallar de malas maneras las voces que durante 70 años vienen reclamando verdad, justicia y reparación. Nuestras víctimas. Esas que conformaron los rojos, los separatistas y los republicanos, merecen un puesto de honor, no sólo en la historia, sino en la memoria ideológica -entendida ésta como algo evolutivo- hacia una sociedad más justa, más igualitaria y más libre. Ya que eso es lo que defendían esos 298 pamploneses en 1936 y por lo cual fueron asesinados. Queremos también recordar que muchas más personas, sin llegar a perder la vida, sufrieron cárcel, tortura, exilio, despidos, expolio de sus bienes así como otras formas de represión, sólo por ser de izquierdas, nacionalistas o republicanos. También estas personas merecen recuerdo, justicia y resarcimiento.
Exigimos que, así como a otras víctimas se les ha dado lugar, forma y homenaje acorde a los intereses de UPN, también a estas otras se les resarza de este agravio comparativo, colocando la placa de mayor tamaño en lugar visible y legible, así como su inauguración y homenaje con todos los honores por ese Ayuntamiento. Ni más ni menos.
¡Es de justicia!
(Publicado en "Gara" el 20-12-2007)