José Mejuto era un obrero gallego detenido tras el golpe militar del 18
de Julio de 1936 y preso varios meses en diferentes cárceles hasta ser
llevado al paredón. Este hombre escribió treinta y cuatro cartas durante
su cautiverio que consiguió hacer llegar a su familia y que conforman
un estremecedor testimonio que refleja aparte de lo propio la tragedia
de miles y miles de personas "culpables de nada, juzgadas por si acaso y
fusiladas por las dudas" como dice Eduardo Galeano en el pequeño texto
que escribe para prologar el libro que contiene dichas cartas
recientemente publicado. «Estas cartas, como un tesoro inestimable,
recogen el ser de mi abuelo, sus últimas sonrisas, sus últimas palabras
que lo rescatan del dominio de la muerte injusta. Hablan por todos los
seres humanos que sufrieron el mismo destino. Sobre cada uno de los
fusilados reposa un universo». nos dice Ana Paula Mejuto, nieta de José
y que desde Buenos Aires nos acompaña en esta nueva edición de "La
Memoria".
Con ella, en otro aparte, tambien acojemos a Paolo Albanese, nuevo alcalde de la localidad navarra de Sartaguda -el conocido como "pueblo de las viudas"- cuyo primer acto oficial ha sido llevar un ramo de flores al lugar del cementerio de ese pueblo donde se honran los nombres de las varias decenas de vecinos asesinados por los fasciofranquistas.
Y como siempre esas músicas que son ecos sonoros de esas memorias que siguen latiendo frente al olvido.
LA MEMORIA
Con ella, en otro aparte, tambien acojemos a Paolo Albanese, nuevo alcalde de la localidad navarra de Sartaguda -el conocido como "pueblo de las viudas"- cuyo primer acto oficial ha sido llevar un ramo de flores al lugar del cementerio de ese pueblo donde se honran los nombres de las varias decenas de vecinos asesinados por los fasciofranquistas.
Y como siempre esas músicas que son ecos sonoros de esas memorias que siguen latiendo frente al olvido.
LA MEMORIA