Poco, o casi nada, tiene uno que decir acerca de que la Asociación de Víctimas del Golpe de Estado, de la Represión y del Régimen Franquista, Ahaztuak 1936-1977 se vaya a dedicar a recoger firmas para "presionar" a las instituciones con el legítimo fin de eliminar la simbología franquista que aún pervive; ni, tampoco, sobre la creencia de que el rechazo a la Comisión de la Verdad en el Parlamento Vasco refleja "la vigencia absoluta del modelo de impunidad español". No obstante, y aún apoyando que se exija la inmediata retirada de la simbología franquista que a día de hoy aún existe, sí me veo perfectamente legitimado para recordar a la citada Asociación que, en el caso del paseo dedicado en Bilbao al "ideólogo y dirigente del partido fascista Falange Español y ministro del Gobierno fascista entre 1939 y 1941, Rafael Sánchez Mazas", ha sido el que suscribe quien, con fecha 12.11.09, interpuso una reclamación ante la Comisión Especial de Quejas y Reclamaciones del Ayuntamiento de Bilbao tendente a la eliminación de dicha denominación en el nomenclátor de la Villa.
Cabe recordar que, una vez recibida contestación (por parte de la Secretaría General del citado Ayuntamiento por la que se comunicaba que, en virtud del art. 122 de la Ley 7/85 de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, la potestad e iniciativa para la nominación y, en su caso, eliminación de nombres o lugares en el callejero de la Villa "es del exclusivo ámbito competencial del alcalde"), opta por interponer un segundo escrito dirigido ya al propio Sr. Alcalde de la Villa de Bilbao (27.11.09) por el que le otorga un plazo no superior a los diez días naturales como previo a ulteriores actuaciones en vía judicial y ello con el fin de que, en función a lo establecido en la denominada Ley de Memoria Histórica, revoque el otorgamiento de la denominación Paseo de Rafael Sánchez Mazas. De nuevo, vuelvo a incidir en el cambio de denominación por el de Paseo de la Memoria.
Transcurrido dicho plazo y sin obtener manifestación oficial alguna, es este firmante quien se persona en el Juzgado de Instrucción que por Guardia correspondía (Número 4 de los de Bilbao) con el fin de denunciar la citada vulneración legal, encontrándose dicho asunto admitido a trámite y a la espera de inminente resolución.
Bien. No se trata de polemizar con los promotores de la mencionada iniciativa ya que los fines son idénticos, pero sí creo que resultaría oportuno recalcar cómo algunos se han visto obligados a hacer un recorrido en solitario, esto es, abriendo zanjas para que, una vez expedito el camino, vengan en retaguardia otros para ponerse las preceptivas medallas.
Vaya por delante que el autor de estas líneas no es para nada sospechoso dado que, al ser hijo de una madre nacida en la cárcel, procedió (también por su cuenta) a interponer una querella criminal contra el Sr. Mayor Oreja a raíz de unas desafortunadas declaraciones en la que afirmaba que, en el País Vasco, durante el franquismo, se vivió "una etapa de placidez". Acudió al Juzgado solo y Mayor Oreja salió de rositas. Apoyos, muchos; de Ahaztuak... ninguno.
Tampoco al autor le gusta la politización sistemática de estas iniciativas ni esa especie de monopolio por el cual Ahaztuak sienta cátedra y lo demás se obvia. Conozco a fundadores de esa Asociación y publico periódicamente en mi blog noticias relacionadas con personas adheridas (como las cartas del gudari José Moreno), pero debo mostrar mi malestar, independientemente de reconocimientos, por un detalle muy puntual: Ahaztuak propone la sustitución del nombre Paseo Rafael Sánchez Mazas por el de su hijo Rafael "Chicho" Sánchez Ferlosio. Vamos a tirar de axioma: Hitler era un dictador pero, pongamos por caso que, además de genocida era también poeta. Un alcalde de Berlín le dedica una calle por ser poeta. Un ciudadano dice que hay que eliminar esa denominación y así lo manifiesta en el Ayuntamiento de Berlín y en el Juzgado correspondiente. Cuando el campo está libre de minas, llega una Asociación y dice que esa calle no podría llamarse Paseo de Hitler pero sí podría llamarse Paseo del hijo de Hitler (a la sazón, también poeta). Entenderá el lector que ello resultaría, per se, o bien un auténtico despropósito o bien un mero matiz tendente a esquivar un ficticio plagio en toda regla.
Pero tampoco sería ésa mi guerra. Como autor y titular de la demanda contra el Ayuntamiento de Bilbao, propuse al mismo el cambio por el citado y aséptico Paseo de la Memoria. Es éste un concepto bien visto por todos los partidos políticos con representación en el Consistorio bilbaino (y por los que no disponen de la misma) o, al menos, así me lo han manifestado públicamente en diferentes tertulias televisadas, luego grabadas. Entiendo que llega a lo absurdo acabar con estos asuntos en una colapsada Sede Judicial pero, cuando existe determinada gente obcecada, es de recibo recordarles que, al margen de dicha obcecación, también sus cargos comportan cumplir y hacer cumplir la ley. Y, cuando el despropósito llega a niveles que rozan la ficticia existencia, en su más puro concepto, de la verdad absoluta, pues existen magistrados encargados de poner a cada cual con los pies en la tierra, en la tozuda realidad... y, por descontado, todo ello dentro del Ordenamiento Jurídico.
Aún está a tiempo Ahaztuak de adherirse a mi denuncia sobre la denominación del Paseo de Rafael Sánchez Mazas y si no, esperen al fallo que les dejará, sin lugar a dudas, el campo libre para denunciar directamente con la L.M.H. debajo del brazo lo cual, según me dicta la experiencia, es el camino más rápido. Nunca les diré "de nada/ez horregatik" porque nunca me dirán "gracias/eskerrak". Pero, yo juego destapado o, si se prefiere, con las cartas vistas.
(Deia. 12 / 02 / 2010)