miércoles, marzo 03, 2010

BILBAO RINDE POR PRIMERA VEZ HOMENAJE A LAS VICTIMAS DEL FRANQUISMO

Pasó cuatro años en prisión. Santos Monzón, cántabro de nacimiento y «bilbaíno de toda la vida», acudió al homenaje que el Ayuntamiento de Bilbao rindió ayer, por primera vez y de forma oficial, a todas las víctimas «directas o indirectas» del franquismo. En el parque de Doña Casilda, frente a la escultura 'Memoria viva' de Néstor Basterretxea, inaugurada el 19 de febrero de 2006 por iniciativa del Gobierno vasco, reclamó a los ayuntamientos «como institución más cercana a los ciudadanos» que abanderen, además, el reconocimiento exclusivo a «todas las mujeres e hijos que sobrevivieron gracias a la ayuda de amigos y a la solidaridad internacional».

Monzón no fue el único en revivir 74 años después del comienzo de la Guerra Civil española los efectos de la contienda. Un grupo de mujeres recordaba a escasos metros de él los días y meses que siguieron al final de la guerra. «Salí con seis años camino de San Juan de Luz», rememoraba una bilbaína mientras la Banda municipal de Txistularis interpretaba la marcha fúnebre 'Gernika', de Pablo Sorozabal. «Sollube está lleno de fosas comunes, al igual que Artxanda», añadía «como aviso a navegantes» su amiga que, por otra parte, lamentaba que no se hubiera dado más publicidad al acto. Frente a la comitiva oficial, una decena de miembros de Ahaztuak 1936-1977 -Asociación de víctimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista- mostraban su malestar por el acto bajo el lema: 'El mejor homenaje=la justicia', ya que lo consideraban como «una utilización para el mero marketing político».

La razón y la palabra

La caída de Bilbao el 19 de junio de 1937, tras un largo asedio de la ciudad por parte de las tropas franquistas, supuso el exilio de 150.000 personas, más de 6.000 fusilamientos, alrededor de 7.000 fallecidos en el frente y más de 45.000 detenidos y encarcelados «por defender la libertad y la democracia». El reconocimiento a todos estos bilbaínos llega un mes después de que el Consistorio dedicara otra ofrenda floral en este mismo parque a las víctimas del terrorismo. El alcalde de la villa, Iñaki Azkuna, lanzó en aquella ocasión un llamamiento a la sociedad vasca a realizar «un esfuerzo» para lograr que desaparezca la violencia y triunfen la libertad y la democracia. Azkuna continuó ayer por este camino e insistió en la necesidad de «arreglar los asuntos en paz, con la razón y la palabra». En su discurso, y arropado por el resto de la Corporación, el regidor, pidió que «nunca más» las armas resuelvan «nuestros problemas, por muy graves que sean» y porque nadie termine en la cárcel, el exilio o fusilado por motivos políticos. «No nos mueve la represalia ni el odio para hacer este acto, porque nuestros padres nos educaron en la tolerancia, sino el recuerdo a las víctimas de aquel régimen, de aquellos años oscuros de la dictadura, que cambió desgraciadamente la vida de tantos», insistió Azkuna.
(El Correo Español. 3 / 03 / 2010)