martes, septiembre 29, 2009

¿TENEMOS QUE PEDIR HORA PARA VISITAR LA TUMBA DE MI HERMANO?

La Audiencia Nacional española irrumpió el fin de semana con una oleada de prohibiciones sobre diversos actos políticos a desarrollar en varios puntos del país. Vetos que incluso fijó sobre actos en memoria de las víctimas del franquismo, convocados inicialmente por Ahaztuak 1936-1977, bajo el argumento de que se iba a «ensalzar el terrorismo» y «humillar a las víctimas del terrorismo».

Sin tiempo aún para amilanar el enfado y la rabia vivida, el zarauztarra Diego Paredes Manot critica con dureza a la Ertzaintza, por la falta de respeto mostrada ante la tumba de su hermano fusilado y mientras su madre, con 80 años, la besaba.

El domingo, como desde hace 34 años, acudieron al cementerio de Zarautz. ¿Qué ocurrió cuando llegaron?

Sabíamos que Ahaztuak tenía una convocatoria a las 13.00, pero Martxelo Álvarez la desconvocó. En el cementerio nos juntamos los familiares y algunos amigos de Txiki. Nada más llegar nosotros aparecieron los policías con material antidisturbio, armados hasta los dientes.

Hablamos con ellos, y Martxelo les dijo cómo no se iba a hacer nada. Había un txistulari y mis hijas vestidas de dantzari que, como siempre, iban a bailar el aurresku. Entonces, el mando de la Ertzaintza, muy prepotente, dijo que no se podía hacer absolutamente nada. Martxelo les dijo que se iría, pero que dejara a la familia en paz.

Pero no estaban por la labor.

Le dije que «ahora, la familia y los cuatro amigos de Txiki que están aquí le vamos a hacer el homenaje que se merece, como lo hacemos todos los años».

«Los familiares, igual se pueden quedar. Pero el resto se tendrá que ir», respondió, muy prepotente. «¿Cómo que los familiares se pueden quedar igual? ¿Tenemos que pedir hora para poder visitar la tumba de mi hermano?», le dije, que estaba ya encendido. «Pues aquí no os vais a quedar», dijo el mando.

Estaban preparados para cargar. Hubo un momento tenso en el que le dije que lo único que les faltaba era que a nosotros también nos fusilara. «Hasta ahí no vamos a llegar», contestó además.

También les identificaron, ¿no?

Pidieron los carné a los que les venía en gana. Les dije que cogían a todos o a nadie, y les di el mío. También mis hermanos y el resto de la familia los sacó, pero no nos los quisieron coger.

Identificaron a cuatro personas, y luego, para hacer la gracia, a los coches que bajaron del cementerio. Dijimos que si no podíamos estar ni la familia con los amigos, que nos íbamos, pero mi madre se enfrentó un poco. «Ya no me dejáis ni visitar la tumba de mi hijo. ¿Tanto miedo os dan los muertos?», le preguntó. Se puso muy nerviosa.

El auto judicial ponía que en caso de hacerlo se «humillaría a las víctimas del terrorismo».

No sé de qué víctimas hablaría... Pero, ¡a mi madre, con 80 años, le van a decir cuándo puede visitar la tumba de su hijo!

Nos sentimos mal. Humillados, impotentes... mi madre besando la tumba de Txiki, y a ellos les importaba tres pimientos. En 34 años no hemos tenido ningún problema, ni ningún otro cuerpo policial ha mostrado esa falta de respeto. Mira, incluso un inspector de la Guardia Civil me llegó a decir que «a tu hermano lo respeto, porque era un verdadero soldado, aunque en el lado equivodado». Pero éstos no respetan nada. Me recordaron a la Policía nazi.

Sin respeto

«`Ya no me dejáis ni visitar la tumba de mi hijo. ¿Tanto miedo os dan los muertos?', les dijo mi madre mientras besaba la tumba. Pero a ellos les importaba tres pimientos»

¿Y el resto?

«Esto pasa en otro lugar y no sale ni en prensa. Pero el 27 de setiembre es una fecha marcada. Tenemos la suerte de que Txiki es conocido, pero ¿qué pasa con el resto?»

Acto el domingo en el monte Intxorta

La plataforma popular Lau Haizetara Gogoan ofreció ayer una rueda de prensa por la que recordó la gesta que distintos voluntarios vascos realizaron desde el 4 de octubre de 1936 hasta el 24 de abril de 1937 resistiendo ante las tropas franquistas en Intxorta e impidiendo así el avance de los insurgentes hacia la toma de Bilbo.

Si bien ensalzaron la labor de quienes defendieron las libertades republicanas, censuraron que en estos 30 años ningún partido que haya estado en algún gobierno ha dado pasos para resarcirles, ni por realizar un censo sobre los muertos, exiliados o represaliados. Y aunque han transcurrido 73 años, desde Lau Haizetara Gogoan mostraron su compromiso en la «defensa de los derechos civiles y políticos de las actuales y futuras generaciones de Euskal Herria», además de reclamar que «se investigue la verdad, se haga justicia y se implementen medidas reparadoras».

En estos meses en los que las amenazas fascitas han vuelto a aflorar, cabe destacar el acto que se llevará a cabo este domingo, 4 de octubre, en el monte Intxorta.

(Gara. 29 / 09 / 09)