Separados por algo más que por las medidas de seguridad los representantes institucionales dieron ayer la espalda a la sociedad en la inauguración de la plaza en homenaje a los alaveses represaliados por la dictadura franquista.
Tras tres años de polémica y reivindicación ayer se trataba de estrenar una plaza en homenaje a las personas represaliadas por la dictadura franquista en Araba, una plaza ornamentada con una obra escultórica denominada "Bosque de Luz" y un gran visor enmarcado en una pieza de acero sobre el que se van proyectando los nombres y apellidos de 4.000 alaveses que pagaron en la carcel, el paredón o en las cunetas, su compromiso contra el fascismo.
Una inauguración que llegaba tras tres años de reivindicación y controversias al respecto, ya que el anterior Diputado General, Ramón Rabanera, se negó a cumplir el mandato de las Juntas de Alava de septiembre de 2006 en la que se instaba a la colocación de un monolito en homenaje a las víctimas del franquismo. La concienciación social sobre la importancia de la recuperación de la Memoria Histórica Democrátrica y Antifascista creció mucho en nuestro territorio con la actitud neofranquista de Rabanera. La correspondiente indignación de los familiares de las víctimas de la dictadura y el infatigable trabajo de todas las asociaciones que reivindican su memoria junto al cambio de Gobierno en Araba en verano de 2007, crearon las condiciones para que la primera declaración pública del Diputado General de Araba, Xabier Agirre, fuera relativa a que la primera medida de su estrenado Ejecutivo iba a ser colocar ese monumento.
Es entonces cuando desde Ahaztuak 1936-1977 vemos que la oportunidad no se puede desaprovechar y que hay que conseguir que ese monolito sea algo más que un mero aporte estético, por eso iniciamos la campaña "Izen Guztiak / Todos los Nombres" proponiendo que se incluyeran en el Memorial para que avanzaramos así en la socialización de lo ocurrido realemnte en Araba y también para que la iniciativa institucional no se quedara en algo abstracto, anonimo o vacio de contenido. Esta campaña de Ahaztuak ha durado casi dos años, la reivindicación ha sido constante en nuestros escritos, actos, declaraciones públicas y evidentemente, en las reuniones que hemos mantenido con los representantes de la Diputación de Araba. Consideramos por lo tanto, que lo conseguido no es poco, ya que Gasteiz es la primera capital de Euskal Herria que luce en el centro de la ciudad un homenaje explícito, con todos los nombres, a todos los que fueron represaliadas por el franquismo en este territorio.
Dos zonas muy bien delimitadas
Con estos precedentes llegabamos a la inauguración oficial, no dejó de ser significativo el desarrollo deL acto, una especie de inauguración "2 en 1", ya que la ceremonia se dividió en dos zonas muy bien delimitadas. No debe ser fácil diseñar el protocolo y las medidas de seguridad para la inauguración de un espacio público al que además de la presencia de altos representantes institucionales locales, autionómicos y estatales,a su vez se invita a acudir a la ciudadanía en general.
Una zona para las autoridades, protegidos por dos cordones de seguridad compuesto por miñones, unos de gala y otros con el uniforme normal, amén de numerosos elementos policiales de incognito al acecho ante posibles movimientos sospechosos, y todo aderezado con dos furgonetas de la Brigada Movil, otro coche patrulla de la policía autonómica y vaya usted a saber qué más. Así que la plaza, el espacio público que inaugurabamos entre todos no era tan público por lo menos durante la estancia de esos representantes institucionales y sus correspondientes séquitos.
Destacar que allí posaban para las cámaras la subdelegada del Gobierno español en Álava y el presidente del Senado cuyo cargo es el tercero en importancia en el organigrana del Estado; acompañados de consejeros y viceconsejeros del actual Gobierno Vasco. Todos ellos componían una representación del PSOE bastante descompensada con el discurso y sobre todo con los hechos que no les avalan en todo lo referente a la Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo.Esta nutrida representación del PSOE eclipsaba hasta a otra presencia surrealista, la de dos representantes del PP que allí se presentaron en calidad de presidente de las Juntas de Álava y portavoz del grupo en dicha cámara, dejando casi en un tercer plano a los anfitriones del Gobierno Foral alavés compuesto por PNV, EA y Aralar que aún así no perdían la sonrisa en semejante puesta en escena.
Alejados de ellos, a mucha distancia y no sólo por los 15 metros longitudinales, separados por algo más que las medidas de seguridad, estaba el pueblo. Alrededor de 200 gasteiztarras se acercaron a un acto del que seguramente esperaban un poco más de respeto a lo homenjeado o por lo menos más protagonismo a las ideas y a la memoria de, no nos olvidemos, militantes políticos de izquierdas, libertarios, abertzales o republicanos.
En el centro del acto, ellos, dando la espalda a la sociedad en una especie de metáfora de su manera de actuar, ellos con su discurso acartonado, sin ningún tipo de simbología antifranquista y desdibujando las luchas de miles de alaveses. ¿Cómo puede ser que no nombraran la palabra "República" en todo el acto, ni la voz en off que hacía de speaker, ni en los discursos del actual Diputado General ni en el precocinado discurso que leyó la nieta de su predecesor asesinado en 1936? Sin embargo tuvimos que escuchar terminología franquista como "zona roja" y "zona nacional" o incluso ese final que tanto molestó a los asistentes en el que se recordaba a los niños huérfanos de “ambos bandos”.
Fuera de los focos y casi fuera del acto, la gente. Con el pueblo, como excepción a la división entre políticos y sociedad que había impuesto el protocolo, señalar que había junteros de la izquerda abertzale y de Ezker Batua compartiendo ese tercer anfiteatro con la ciudadanía en general. Allí estabamos también las gentes de Ahaztuak 1936-1977 junto a nuestros compañeros de Martxoak 3 Elkartea, personas vinculadas a movimientos sociales, sindicalistas, antifascistas, republicanos... A este lado de la barrera sí había contenido, incluso banderas tricolores que el protocolo no se atreve a colocar ni siquiera un día como el de ayer, para no hacer sombra a la monarquica rojigualda que preside el Palacio de la Provincia.
No es que hayamos conocido ayer cuales son las formas y los diseños oficiales, ya sabíamos que iba a a ser así o algo parecido, pero no por conocido tenemos que dejar de criticar lo que consideramos un planteamiento vacío, fruto de una estrategia política de memoria muy clara en todo lo que se refiere al franquismo presentandolo como algo ajeno a la actualidad.
La última sonrisa, sonríe mejor
Su acto institucional, breve y descafeinado concluía, tras el aurresku destaparon la lona que cubría el visor de los nombres y pretendieron acabar la inauguración con un sencillo "Agur Jaunak" que no se aproximaba ni de lejos a lo que representaron y representan los ideales y las luchas de todos esos luchadores antifranquistas. Fue entonces cuando se oyeron los primeros gritos reivindicativos de "Gora Euskadi Askatuta!" y "¡Viva la República!", a raiz de los cuales varias decenas de personas se arrancaron a entonar puño en alto y en euskara el himno obrero de "La Internacional", con dignidad y con sentimiento, ante el asombro y desconcierto de las autoridades y sus acompañantes.
Desde Ahaztuak creemos que fue ese el momento, el único momento en el que los miles de alaveses asesinados, desparecidos, fusilados, perseguidos y represaliados por la dictadura franquista esbozaron una sonrisa de complicidad y de orgullo. Sonrieron porque comprobaron que su luz no se ha apagado. Su luz y sus nombres no sólo aparece en el visor de la Plaza, sonrieron porque comprobaron que siguen alumbrandonos el camino.
Oroimenak bizirik dirau!!
AHAZTUAK 1936-1977
(Fotos: Jesús Estrada Arrondo)
Tras tres años de polémica y reivindicación ayer se trataba de estrenar una plaza en homenaje a las personas represaliadas por la dictadura franquista en Araba, una plaza ornamentada con una obra escultórica denominada "Bosque de Luz" y un gran visor enmarcado en una pieza de acero sobre el que se van proyectando los nombres y apellidos de 4.000 alaveses que pagaron en la carcel, el paredón o en las cunetas, su compromiso contra el fascismo.
Una inauguración que llegaba tras tres años de reivindicación y controversias al respecto, ya que el anterior Diputado General, Ramón Rabanera, se negó a cumplir el mandato de las Juntas de Alava de septiembre de 2006 en la que se instaba a la colocación de un monolito en homenaje a las víctimas del franquismo. La concienciación social sobre la importancia de la recuperación de la Memoria Histórica Democrátrica y Antifascista creció mucho en nuestro territorio con la actitud neofranquista de Rabanera. La correspondiente indignación de los familiares de las víctimas de la dictadura y el infatigable trabajo de todas las asociaciones que reivindican su memoria junto al cambio de Gobierno en Araba en verano de 2007, crearon las condiciones para que la primera declaración pública del Diputado General de Araba, Xabier Agirre, fuera relativa a que la primera medida de su estrenado Ejecutivo iba a ser colocar ese monumento.
Es entonces cuando desde Ahaztuak 1936-1977 vemos que la oportunidad no se puede desaprovechar y que hay que conseguir que ese monolito sea algo más que un mero aporte estético, por eso iniciamos la campaña "Izen Guztiak / Todos los Nombres" proponiendo que se incluyeran en el Memorial para que avanzaramos así en la socialización de lo ocurrido realemnte en Araba y también para que la iniciativa institucional no se quedara en algo abstracto, anonimo o vacio de contenido. Esta campaña de Ahaztuak ha durado casi dos años, la reivindicación ha sido constante en nuestros escritos, actos, declaraciones públicas y evidentemente, en las reuniones que hemos mantenido con los representantes de la Diputación de Araba. Consideramos por lo tanto, que lo conseguido no es poco, ya que Gasteiz es la primera capital de Euskal Herria que luce en el centro de la ciudad un homenaje explícito, con todos los nombres, a todos los que fueron represaliadas por el franquismo en este territorio.
Dos zonas muy bien delimitadas
Con estos precedentes llegabamos a la inauguración oficial, no dejó de ser significativo el desarrollo deL acto, una especie de inauguración "2 en 1", ya que la ceremonia se dividió en dos zonas muy bien delimitadas. No debe ser fácil diseñar el protocolo y las medidas de seguridad para la inauguración de un espacio público al que además de la presencia de altos representantes institucionales locales, autionómicos y estatales,a su vez se invita a acudir a la ciudadanía en general.
Una zona para las autoridades, protegidos por dos cordones de seguridad compuesto por miñones, unos de gala y otros con el uniforme normal, amén de numerosos elementos policiales de incognito al acecho ante posibles movimientos sospechosos, y todo aderezado con dos furgonetas de la Brigada Movil, otro coche patrulla de la policía autonómica y vaya usted a saber qué más. Así que la plaza, el espacio público que inaugurabamos entre todos no era tan público por lo menos durante la estancia de esos representantes institucionales y sus correspondientes séquitos.
Destacar que allí posaban para las cámaras la subdelegada del Gobierno español en Álava y el presidente del Senado cuyo cargo es el tercero en importancia en el organigrana del Estado; acompañados de consejeros y viceconsejeros del actual Gobierno Vasco. Todos ellos componían una representación del PSOE bastante descompensada con el discurso y sobre todo con los hechos que no les avalan en todo lo referente a la Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo.Esta nutrida representación del PSOE eclipsaba hasta a otra presencia surrealista, la de dos representantes del PP que allí se presentaron en calidad de presidente de las Juntas de Álava y portavoz del grupo en dicha cámara, dejando casi en un tercer plano a los anfitriones del Gobierno Foral alavés compuesto por PNV, EA y Aralar que aún así no perdían la sonrisa en semejante puesta en escena.
Alejados de ellos, a mucha distancia y no sólo por los 15 metros longitudinales, separados por algo más que las medidas de seguridad, estaba el pueblo. Alrededor de 200 gasteiztarras se acercaron a un acto del que seguramente esperaban un poco más de respeto a lo homenjeado o por lo menos más protagonismo a las ideas y a la memoria de, no nos olvidemos, militantes políticos de izquierdas, libertarios, abertzales o republicanos.
En el centro del acto, ellos, dando la espalda a la sociedad en una especie de metáfora de su manera de actuar, ellos con su discurso acartonado, sin ningún tipo de simbología antifranquista y desdibujando las luchas de miles de alaveses. ¿Cómo puede ser que no nombraran la palabra "República" en todo el acto, ni la voz en off que hacía de speaker, ni en los discursos del actual Diputado General ni en el precocinado discurso que leyó la nieta de su predecesor asesinado en 1936? Sin embargo tuvimos que escuchar terminología franquista como "zona roja" y "zona nacional" o incluso ese final que tanto molestó a los asistentes en el que se recordaba a los niños huérfanos de “ambos bandos”.
Fuera de los focos y casi fuera del acto, la gente. Con el pueblo, como excepción a la división entre políticos y sociedad que había impuesto el protocolo, señalar que había junteros de la izquerda abertzale y de Ezker Batua compartiendo ese tercer anfiteatro con la ciudadanía en general. Allí estabamos también las gentes de Ahaztuak 1936-1977 junto a nuestros compañeros de Martxoak 3 Elkartea, personas vinculadas a movimientos sociales, sindicalistas, antifascistas, republicanos... A este lado de la barrera sí había contenido, incluso banderas tricolores que el protocolo no se atreve a colocar ni siquiera un día como el de ayer, para no hacer sombra a la monarquica rojigualda que preside el Palacio de la Provincia.
No es que hayamos conocido ayer cuales son las formas y los diseños oficiales, ya sabíamos que iba a a ser así o algo parecido, pero no por conocido tenemos que dejar de criticar lo que consideramos un planteamiento vacío, fruto de una estrategia política de memoria muy clara en todo lo que se refiere al franquismo presentandolo como algo ajeno a la actualidad.
La última sonrisa, sonríe mejor
Su acto institucional, breve y descafeinado concluía, tras el aurresku destaparon la lona que cubría el visor de los nombres y pretendieron acabar la inauguración con un sencillo "Agur Jaunak" que no se aproximaba ni de lejos a lo que representaron y representan los ideales y las luchas de todos esos luchadores antifranquistas. Fue entonces cuando se oyeron los primeros gritos reivindicativos de "Gora Euskadi Askatuta!" y "¡Viva la República!", a raiz de los cuales varias decenas de personas se arrancaron a entonar puño en alto y en euskara el himno obrero de "La Internacional", con dignidad y con sentimiento, ante el asombro y desconcierto de las autoridades y sus acompañantes.
Desde Ahaztuak creemos que fue ese el momento, el único momento en el que los miles de alaveses asesinados, desparecidos, fusilados, perseguidos y represaliados por la dictadura franquista esbozaron una sonrisa de complicidad y de orgullo. Sonrieron porque comprobaron que su luz no se ha apagado. Su luz y sus nombres no sólo aparece en el visor de la Plaza, sonrieron porque comprobaron que siguen alumbrandonos el camino.
Oroimenak bizirik dirau!!
AHAZTUAK 1936-1977
(Fotos: Jesús Estrada Arrondo)