En memoria de José Rodríguez-Medel Briones, comandante de la Guardia Civil de Iruñea, asesinado el 18 de Julio de 1936 por defender la legalidad republicana y la voluntad popular. En memoria de las miles de personas que en todos los rincones de la península fueron represaliadas o asesinadas como él por defender lo mismo.
Marca una vez más el calendario un nuevo 18 de Julio, aquel día de la fiesta nacional instaurada por los franquistas vencedores como fecha recordatoria del triunfo de su golpe militar contra la voluntad popular expresada en la legalidad republicana y como fecha laudatoria también del genocidio político desatado seguidamente y cuyo objetivo declarado era exterminar hasta la raíz lo que había sido la base social de la República y del corto pero intenso aprendizaje de la Libertad -así, con mayúsculas- que la mayoría de la población y fundamentalmente las capas populares habían comenzado a vislumbrar por primera vez en su historia.
Dieciochodejulios aderezados por discursos oficiales, almidonadas camisas azules y sotanas relucientes, y vigilados por omnipresentes uniformes, porras y pistolas de verdad -no sólo las de la dialéctica joseantoniana- pero día también de «paga extraordinaria», aquella paga «del dieciochodejulio» de nuestros padres y abuelos que aquel régimen brutal pero hábil había adosado a la conmemoración de su Alzamiento para intentar silenciar-sobornar a los derrotados y en la medida de lo posible incluso -a través de un dinero no por escaso menos necesario- hacerles asumible y hasta atractiva su propia derrota.
18 de Julio de 2008. Median 72 años desde el comienzo de aquel planificado exterminio, casi 33 desde la muerte del dictador Francisco Franco y 30 de la proclamación del actual sistema denominado democrático. Iruñea -ciudad donde tuvo lugar el primer asesinato de un defensor de la legalidad republicana y de la voluntad popular frente al golpe fascista en marcha- sigue conservando el mausoleo donde guarda y por tanto donde se honra al responsable de ese asesinato y de los miles que le siguieron al igual que sigue conservando la Plaza Conde de Rodezno, co-autor intelectual y financiador de la carnicería en tierras navarras. En la misma ciudad, sólo la presión popular ha conseguido quitar los rótulos franquistas de una docena de calles del barrio de la Txantrea, lo cual no quiere decir que hayan mejorado ni la voluntad ni la neofranquitis que sufren no pocos de sus mandatarios municipales.
18 de Julio de 2008. Nos damos una vuelta por la geografía internauta. Diez minutos son suficientes para encontrarnos con nuevas evidencias de estos mismos días, de esta misma semana. Así, leemos que en la localidad toledana de Miguel Esteban el alcalde del PP no sólo mantiene la simbología franquista sino que además defiende que se ponga más junto a la ya existente, en la que se dé «gracias a Dios porque vinieron a salvar a España». Tecleamos de nuevo y leemos que la retirada de una placa franquista de la iglesia de Pedro Bernardo (Ávila), en la que se recordaba a los «mártires de la Guerra Civil», ha irritado tanto al Obispado que ya ha anunciado acciones legales contra el Consistorio.
18 de Julio de 2008. Leemos que Carmen Franco prepara la boda de su nieta en el Pazo de Meirás, aquél que se apropió el golpista y siguen rentabilizando sus herederos. Y leemos que después de su abroncamiento a un ex preso republicano por exhibir una bandera republicana en una recepción de homenaje a quienes habían estado presos por defender esa bandera símbolo de la legalidad, de la voluntad popular frente al fascismo golpista, José Bono -al que ya hemos de referirnos como el de siempre- vuelve a retratarse como antifranquista que fue y que es negándose a retirar los retratos de tres fascistas -Esteban Bilbao, ni Antonio Iturmendi, ni Alejandro Rodríguez de Valcárcel- que fueron presidentes de la Cámara baja a lo largo de la dictadura y por tanto cargos políticos del régimen franquista.
18 de Julio de 2008. Al hilo de estas noticias, que siguen a otras como la decisión en Salamanca o Alicante -alcaldías del PP- de mantener los títulos honoríficos al dictador Franco -por ejemplo-, no podemos sino volver a la permanentemente presente reflexión sobre la Transición que ya es casi un tópico en el debate y en el trabajo en torno a la denominada Memoria Histórica y a su necesario carácter antifascista y democrático de hechos y no sólo de palabras. Hechos como los reflejados -sólo una parte- no hacen sino volver a plantearnos por enésima vez si desde 1975 hasta hoy mas que haberse ido construyendo democracia no había ido desmontándose dictadura y así y todo ni lo suficientemente rápido ni con la profundidad suficiente como para evitar involuciones reales y/o posibles como las que esos hechos nos plantean.
18 de Julio de 2008. Reflexiones en torno a una fecha tan señalada y en un momento en que desde determinados sectores se pretenden quitar placas en homenaje a algunos luchadores antifranquistas, antifascistas, cuando aun no han eliminado -y además se niegan a hacerlo- las del dictador, las de los responsables de su régimen y de los crímenes de éste.
Elementos que creemos lo suficientemente graves como para que sigan preocupándonos los dieciochodejulios.
(Gara. 18 / 07 / 08)