*A la memoria de Sebastián Alvarez García de diecisiete años, que un
dia de Octubre de 1934 partió fusil en mano a buscar y defender sus
sueños. Al igual que tantos otros nunca volvió".
Sebastían, a
cuya memoria va dedicado este artículo, murió defendiendo las
posiciones obreras situadas en La Corredoria, en Oviedo, frente a las
tropas comandadas por el general López Ochoa que por orden del Gobierno
de la II República habían sido enviadas a acabar con la insurrección que
habia estallado en Asturias el día 4 del mísmo mes. Al igual que él
miles de hombres y mujeres decidieron intentar aquel més de Octubre de
hace 80 años tomar el cielo por asalto bajo la consigna UHP, ¡Unios,
Hermanos Proletarios!.
No esta de más recordar desde la memoria
histórica democrática y antifascista, donde la memoria de clase tiene
un espacio más que relevante, la razón de dicha decisíón. Aquel 4 de
Octubre de 1934 tuvo lugar en el estado español una huelga general para
responder a la entrada de la CEDA (Confederación Española de Derechas
Autónomas) en el gobierno de la República, algo que por la creciente
fascistización y voluntad golpista demostrada incluso publicamente por
dicho partido era visto por los partidos y sindicatos de izquierdas como
un ataque a la propia esencia del régimen republicano que en su
constitución se declaraba como "una República de trabajadores de toda
clase" y un claro intento de involución del propio régimen político. En
la mayor parte de la peninsula la huelga es derrotada por diferentes
motivos, logrando en el mejor de los casos como en diferentes zonas de
Euskal Herria lanzar conatos insurrecccionales o hacerse con el poder
por unas horas o incluso varios dias. En el caso de Asturias sin embargo
UHP fue mucho más que una mera consigna al lograr la clase obrera
asturiana demostrando su incontestable madurez, dar cuerpo a la llamada
Alianza Obrera, donde se agruparon la práctica de la totalidad de
partidos y sindicatos obreros -PSOE, PCE, BOC, UGT, CNT...- siendo
además capaz de dotarse de una estrategia política, social y militar que
permitió que la insurrección triunfase y se mantuviese. Esa misma
madurez idologica, politica y organizativa será la que propicie en
Asturias un evidente salto de calidad que fue capaz de convertir la
insurrección en revolución social, en toma de poder por la clase obrera
real y efectiva, afirmando claramente los insurrectos asturianos que su
acción no tenia otro objetivo que: "...frente a la situación
económico-política del régimen burgués, se impone la acción mancomunada
de todos los sectores obreros con el exclusivo objeto de promover y
llevar a cabo la revolución social" consituyendose asi en lo que ha sido
hasta el dia de hoy la última experiencia europea de insurrección, toma
de poder e intento de construcción de una sociedad sin clases por parte
de la clase obrera.
En nuestra Euskal Herria los sueños y las
intenciones de una buena parte de la clase obrera vasca no eran muy
diferentes y más allá de la pronta derrota de ellos, de su preparación y
determinación para conseguirlos nos hablan las barricadas instaladas en
Portugalete y los casi doscientos encausados de ese pueblo, los más de
400 detenidos en Bilbao, los hechos de Arrasate y Eibar, los
enfrentamientos en Erandio y Lamiako, los ininterrumpidos hallazgos
durante los meses posteriores a la derrota de depositos de dinamita, de
armas de fuego, de propaganda, de emisoras, las voladuras de los puentes
en la zona minera, los bombardeos de Galdames... Todos esos deseos de
emancipación derrotados pero absolutamente vigentes los encontraremos
posteriormente reflejados en la determinación ante los pelotones de
ejecución de miles de fusilados por el franquismo, en las causas
dictadas contra decenas de miles por ese régimen, en el mito del Octubre
Rojo asturiano alentando la resistencia en el monte y la
clandestinidad... La insurrección de Octubre, "la del 34", tal y como
hemos escuchado referirse a ella con el cariño y la familiaridad de un
sueño tantas veces acariciado a tantos viejos militantes obreros y
antifascistas, marca un hito y una esperanza en la clase obrera
asturiana y de todo el estado y es la luz roja que dicta a las clases
dominantes la necesidad de arrancar de cuajo ambos -mito y esperanza- y
anular la memoria de la realidad que fueron, lo que intentarán hacer
llegando hasta el genocidio a partir del 18 de Julio de 1936.
En el atardecer del 18 de octubre de 1934 el dirigente minero asturiano
Belarmino Tomás, cabeza visible del Tercer Comité Revolucionario
Provincial, era el encargado de leer el comunicado que anunciaba el fin
del movimiento revolucionario en Asturias. Lo hizo desde el balcón del
Ayuntamiento de Langreo, sede del Comité, ante una multitud de obreros
que abarrotaba la plaza y las calles próximas y que en gran parte se
mostraba contrario al cese de las hostilidades, multitud entre la que
según reflejan diferentes testimonios «las mujeres provocaban a los
hombres para que éstos no aceptasen ninguna clase de acuerdo con el
ejército de la República». En su discurso, Belarmino Tomás se dirigia
asi a las personas alli congregadas y por extensión a todos los
insurrectos asturianos:
"La lucha no se ha planteado como las
necesidades exigían. Existía y existe el temor de coger las armas, y
este temor, por no llamarlo traición, es el que ha determinado
precisamente el fracaso de nuestro movimiento, tan valientemente y con
tanto heroísmo sostenido aquí por espacio de quince días pero ante esta
situación no es posible seguir luchando por más tiempo con las armas en
la mano. Sin embargo declaramos que la lucha entre el Capital y el
Trabajo no ha terminado ni podrá terminar en tanto que los obreros y
campesinos no sean dueños absolutos del Poder. El hecho de organizar la
paz con nuestros enemigos no quiere decir que reneguemos de la lucha de
clases. No. Lo que hoy hacemos es simplemente un alto en el camino, en
el cual subsanaremos nuestros errores para no volver a caer en los
mismos, procurando al mismo tiempo organizar nuestra segunda y próxima
batalla, que debe culminar en el triunfo total de los explotados."
Tras la deposición de las armas por parte de los insurgentes la
represión sería lanzada con toda su crudeza sobre la clase obrera
asturiana, al igual que ya se venia abatiendo desde principios de ese
mismo mes sobre la vasca, la catalana y la de los otros pueblos de la
peninsula, culpables de haber querido hacer realidad su sueño de
emancipación y de justicia social, culpables de haber hecho que "El
Estado y la Revolución" de Lenin hubiese sido uno de los libros más
vendidos en el año 1933... Torturas indiscriminadas, ejecuciones en
masa, violaciones, miles de detenidos y encarcelados, habilitación de
barcos-prisión o de lugares como el Fuerte de Ezkaba para el encierro
masivo de prisioneros...
Hoy 80 años despues de aquellos hechos
desde Ahaztuak 1936-1977 queremos hacernos tambien eco de aquella
sangre de Octubre, de una memoria que muy pocos -ni siquiera los que se
dicen herederos de las siglas que encuadraban a aquellos que los
protagonizaron- mencionan hoy en día y mucho menos reivindican. La
memoria de Sebastían Alvarez o de Celestino Uriarte por mencionar a
algunos. La memoria que fue en gran medida la impulsora de la victoria
del Frente Popular el 16 de Febrero de 1936 tras la bandera de la
amnistia para los miles de presos politicos encarcelados tras aquella
insurreción, la memoria que alentaria al combate a miles de
antifascistas tras el golpe del 18 de Julio de 1936.
Una
memoria que como parte de la memoria historica de la clase obrera vasca,
como parte de la Memoria Histórica Democrática y Antifascista de Euskal
Herria y de los pueblos y clases populares de todo el estado muchos
prefieren ignorar y hacer que se ignore. Una Memoria que nos muestra que
una vez la clase obrera fue capaz de tomar el poder. Que nos muestra
que una vez la clase obrera fue capaz de ser poder. Una Memoria que nos
dice que eso no es imposible si se alcanza la madurez ideológica,
política, organizativa y estratégica necesaria para ello.
Y en
ello la memoria de clase, la memoria histórica democrática y
antifascista, juega un importante por no decir determinante papel.
AHAZTUAK 1936-1977
(Este artículo fue escrito y publicado en el año 2009 con motivo de la
conmemoración del 75. Aniversario de la Revolución de Octubre. Hoy lo
recuperamos para que sirva de presentación de la dinámica que desde
Ahaztuak 1936-1977 llevaremos a cabo durante el presente año 2014, al
cumplirse el 80. aniversario de los mísmos hechos históricos)